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miércoles, 25 de mayo de 2011

Joan Ramon Laporte, jefe de farmacología de Vall d'Hebron

Joan Ramon Laporte, jefe de farmacología de Vall d'Hebron
Debate sobre los límites del negocio de los fármacos Una visita del representante comercial genera unas 35 nuevas recetas del fármaco, dice el catedrático Joan-Ramon Laporte, jefe del servicio de farmacología del hospital Vall d’Hebron y director de la Fundació Institut Català de Farmacologia (colaborador de la OMS).
¿Entiende que haya ciudadanos que desconfíen de los laboratorios farmacéuticos?
Sí. Las compañías exageran los efectos beneficiosos de los medicamentos que comercializan, y minimizan, e incluso niegan, los efectos indeseados graves. Para los ciudadanos, son una herramienta para la salud. Para las farmacéuticas, son un producto que vender al máximo.
¿Existe suficiente control en el sector?
Más bien son las compañías farmacéuticas las que controlan a los estados, y no a la inversa, como debería ser. Más que una regulación legal insuficiente, hay un conjunto de leyes y normas pensadas para favorecer a las compañías farmacéuticas. Los lobbies farmacéuticos compran a políticos, reguladores, profesionales sanitarios y asociaciones de pacientes.
¿Y en Estados Unidos?
En Estados Unidos se gastan más de 500 millones de dólares al año en grupos de presión (que ya son legales) sobre políticos para modificar legislaciones o propuestas de legislación; se calcula que hay ocho o nueve presionadores (en inglés, lobbyists) por cada congresista. Los medicamentos son la tercera actividad económica mundial después del tráfico de armas y el narcotráfico.
¿Qué solución ve a los casos de visitadores médicos que compran recetas?
Ha habido y sigue habiendo casos de compra más o menos formal: regalos, comidas, viajes... Muchos médicos lo aceptan pensando que no influye en sus decisiones de prescribir un medicamento u otro. Las farmacéuticas en España gastan más de 2.500 millones de euros en promoción, es decir, por comprar decisiones: casi el triple del dinero que en investigación.
Si lo siguen haciendo, ¿es porque les resulta rentable?
Sí. Ningún empresario en su sano juicio dejaría que en su empresa entraran representantes de otras empresas de materias primas a hacer allí promoción comercial de sus productos. Pero en los centros de salud se hace.
La Agencia Europea del Medicamento calcula que mueren al año en Europa 197.000 personas por efectos adversos de medicinas.
La cifra probablemente es inferior a la realidad. En EE.UU. los efectos indeseados de medicamentos son la cuarta causa de muerte, por delante de diabetes, EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y accidentes de tráfico. En la FICF calculamos que cada año mueren en España decenas de miles de personas por esos efectos indeseados.
¿Qué le preocupa más?
Que las autoridades no se preocupen por saber qué efectos positivos y negativos tienen los medicamentos. Ven el precio, pero no los efectos.

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