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miércoles, 22 de febrero de 2012

PEDOFILOS SON FELICES Y LIBRES EN ASIA

PEDOFILOS SON FELICES Y LIBRES EN ASIA


El año pasado el presunto pedófilo estadounidense John Mark Karr fue atrapado en Tailandia. Esta semana fue detenido en ese mismo país un canadiense acusado de abusar de cientos de niños en Camboya y Vietnam, mientras que otro estadounidense acusado de violar a su hija y difundir el video del episodio por la internet fue extraditado por Hong Kong.

Con cada nuevo caso, surge una pregunta obvia: ¿Por qué todos estos individuos van a Asia a cometer sus fechorías?. La mayoría de los expertos en tráfico humano coincide en que son atraídos por sistemas legales corruptos, una pobreza endémica que obliga a la gente a hacer cualquier cosa para sobrevivir y comunidades dedicadas al comercio sexual en las que pueden encontrar refugio."Todo se les facilita aquí", expresó Rosalind Prober, presidente de Beyond Borders, una organización canadiense defensora de los derechos de la niñez, durante una visita a Bangkok. "Es algo tan normal que no piensan que están haciendo
algo malo", agregó. Interpol hizo una intensa búsqueda del canadiense Christopher Paul Neil, de 32 años, luego de que éste fue divisado por las cámaras del aeropuerto de Bangkok, bajando de un vuelo procedente de Corea del Sur.

La foto, distribuida por la Interpol, muestra a un individuo con la cabeza prolijamente rapada, anteojos de sol y una camisa blanca con varios botones abiertos. Las autoridades creen que es la misma persona que difundió una imagen modificada electrónicamente en la que un hombre aparece abusando sexualmente de niños vietnamitas y camboyanos, algunos de ellos de seis años.Se cree que cientos de miles de niños y niñas se prostituyen en Asia, especialmente en Camboya, Indonesia, Tailandia, Vietnam y las Filipinas.
Algunos de sus clientes, en su mayoría hombres mayores, actúan con relativa impunidad y se pasean por la calle de la mano de niñas menores de edad en Bangkok o con varones en centros turísticos de Balí. Los niños son casi siempre de familias muy pobres, incluso pordioseros."La pobreza los hace vulnerables", expresó Richard Bridle, subdirector regional de UNICEF para Asia Oriental y el Pacífico.
En una comunicación por internet interceptada por la policía camboyana, dos maestros no identificados hablan de lo fácil que les resultó contactar niños de entre 10 y 14 años, generalmente pordioseros, y llevárselos a sus departamentos para mantener relaciones sexuales."La estoy pasando muy bien con ellos en la cama. Algunos son muy interesantes. No me aburro nunca", escribió uno de los maestros, según denunció Beyond Borders en el 2004. "Anoche tuve cuatro muchachos y me gustaron los cuatro".
Otros pedófilos toman más recaudos y acuden a redes cibernéticas secretas de pedófilos para buscar compañía. Las redes recomiendan lugares donde conocer niños o arreglan encuentros en condominios de lujo o en yates privados.Para tener acceso a esas redes y ganarse la confianza de otros pedófilos, se les pide que entreguen pruebas de que han mantenido relaciones sexuales con niños, como aparentemente hizo Neil al difundir fotos suyas con menores en la internet. Otros optan por trabajar como maestros, lo que les facilita el contacto con menores. La enseñanza del inglés es particularmente popular porque hay mucha demanda y el profesor tiene un aura de autoridad que hace que a muchos niños, e incluso sus padres, les cueste demostrar que ha habido abusos.
"Los niños están indefensos. Es su maestro. Alguien en quien confían y que les dice lo que deben hacer", señaló Prober. "Uno queda atrapado. El maestro tiene mucho poder, que se multiplica cuando es extranjero".Los pedófilos se aprovechan de sistemas legales en los que se pude sobornar a las autoridades para que anulen los cargos o a las víctimas y sus parientes, para que cambien sus historias.
El roquero británico Gary Glitter fue condenado el año pasado a tres años de cárcel, nueve menos que el máximo posible, por molestar a dos niñas vietnamitas. Glitter le había entregado 2.000 dólares a las familias de cada una de las niñas, quienes tenían 11 y 12 años.
Los gobiernos asiáticos, no obstante, han estado tomando medidas para combatir este fenómeno y adoptado una actitud más dura hacia los pedófilos en los últimos tiempos. En Tailandia, por ejemplo, se hace una revisión de antecedentes más profunda antes de contratar maestros.Tailandia fue epicentro de un sonado caso el año pasado, cuando un maestro, Karr, confesó haber matado a la niña JonBenet Ramsey en Estados Unidos. Fue arrestado y enviado a su país. Pero exámenes de ADN comprobaron que no fue él el asesino.
El caso de Neil, según expertos, es un indicio de que las autoridades de los distintos países están coordinando mejor sus esfuerzos y dándole mayor prioridad a los casos de pedofilia.

En la misma semana en que fue detenido Neil, Hong Kong deportó a Estados Unidos a Kenneth John Freeman, acusado de producir pornografía infantil.

Una hija de Freeman de 17 años dice que su padre abusó de ella hace cuatro años, filmó el episodio y lo distribuyó por la internet.
 

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