Unos 130.000 desplazados por el conflicto independentista tuareg
La ONU pide 26,5 millones de euros para cubrir las necesidades de las familias desarraigadas por la violencia
Unas 130.000 personas, según la ONU, se han visto obligadas a abandonar sus viviendas en Malí desde que comenzó la ofensiva independentista tuareg el pasado 17 de enero. La mitad de ellos se ha refugiado en los países vecinos, mientras que la otra mitad se ha desplazado en el interior del país.
A la huida de la violencia se suma, tanto en Malí como en toda la franja del Sahel, una crisis alimentaria debido a la sequía, el rápido crecimiento de la población y la caída de las remesas enviadas por emigrantes que trabajan en Libia, Túnez, Egipto y Costa de Marfil.
ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, ha solicitado este viernes, a través de un comunicado, 26,5 millones de euros para “cubrir, hasta julio de 2012, las necesidades de 85.000 personas desarraigadas por la violencia”.
Entre 10 y 14 millones de personas necesitan alimentos en el Sahel y la ONU advierte que el número podría aumentar hasta los 23 millones. “Ya hay casos de malnutrición severa. Y hay que tener en cuenta que el 60% de los desplazados son menores de 18 años”, cuenta María Jesús Vega, portavoz de ACNUR en España. Unicef denunció por su parte el pasado martes que un millón de niños de la región sufrirá este año de grave malnutrición.La ONU tiene registrados más de 24.000 refugiados en Mauritania y 25.000 en Níger. La mayor parte de los desplazados pertenece a la etnia tuareg, pero también hay songhais, árabes y fulani, según ACNUR.
“Los refugiados necesitan desesperadamente alojamientos adecuados”, subraya el comunicado de ACNUR. Los desplazados carecen, además, de alimentos, agua potable, mosquiteras, mantas y medicamentos.
Elise Villechalane, portavoz de ACNUR en Mauritania, explica que al campo mauritano de Fassala, a tres kilómetros de la frontera malí, “llegan entre 500 y 1.000 personas diarias”. “La mayoría son mujeres y niños que llegan a pie, en carros o en coche con escasos enseres. Vienen sobre todo de la localidad de Léré, en Malí”, añade Villechalane.
“Las localidades que acogen a los refugiados están desbordadas, hay aldeas en las que la población se multiplica por cinco”, explica la portavoz de ACNUR en España. La agencia de la ONU ha iniciado campañas de vacunación, por temor a “brotes de enfermedades que se contagiarían como la pólvora”.
El conflicto entre el Gobierno de Bamako y los independentistas tuareg se remonta a los años 60, con la independencia de Malí, pero se agrava con el millar de combatientes leales al depuesto dictador Muamar el Gadafi y una crisis alimentaria en el Sahel.
http://internacional.elpais.com/internacional/2012/02/24/actualidad/1330098714_646600.html
A la huida de la violencia se suma, tanto en Malí como en toda la franja del Sahel, una crisis alimentaria debido a la sequía, el rápido crecimiento de la población y la caída de las remesas enviadas por emigrantes que trabajan en Libia, Túnez, Egipto y Costa de Marfil.
ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, ha solicitado este viernes, a través de un comunicado, 26,5 millones de euros para “cubrir, hasta julio de 2012, las necesidades de 85.000 personas desarraigadas por la violencia”.
Entre 10 y 14 millones de personas necesitan alimentos en el Sahel y la ONU advierte que el número podría aumentar hasta los 23 millones. “Ya hay casos de malnutrición severa. Y hay que tener en cuenta que el 60% de los desplazados son menores de 18 años”, cuenta María Jesús Vega, portavoz de ACNUR en España. Unicef denunció por su parte el pasado martes que un millón de niños de la región sufrirá este año de grave malnutrición.La ONU tiene registrados más de 24.000 refugiados en Mauritania y 25.000 en Níger. La mayor parte de los desplazados pertenece a la etnia tuareg, pero también hay songhais, árabes y fulani, según ACNUR.
“Los refugiados necesitan desesperadamente alojamientos adecuados”, subraya el comunicado de ACNUR. Los desplazados carecen, además, de alimentos, agua potable, mosquiteras, mantas y medicamentos.
Elise Villechalane, portavoz de ACNUR en Mauritania, explica que al campo mauritano de Fassala, a tres kilómetros de la frontera malí, “llegan entre 500 y 1.000 personas diarias”. “La mayoría son mujeres y niños que llegan a pie, en carros o en coche con escasos enseres. Vienen sobre todo de la localidad de Léré, en Malí”, añade Villechalane.
“Las localidades que acogen a los refugiados están desbordadas, hay aldeas en las que la población se multiplica por cinco”, explica la portavoz de ACNUR en España. La agencia de la ONU ha iniciado campañas de vacunación, por temor a “brotes de enfermedades que se contagiarían como la pólvora”.
El conflicto entre el Gobierno de Bamako y los independentistas tuareg se remonta a los años 60, con la independencia de Malí, pero se agrava con el millar de combatientes leales al depuesto dictador Muamar el Gadafi y una crisis alimentaria en el Sahel.
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