Para comprender el fenómeno de secta de la institución, debemos situarnos en la principal arma utilizada por esta secta; la manipulación psicológica.
Según la asociación española Projuventud A.I.S. (Asesoramiento e Información sobre Sectas); los grupos de manipulación psicológica son organizaciones cerradas y de funcionamiento autoritario, donde se exige una incondicional dedicación o devoción de sus miembros a una persona (líder) o idea, donde se utilizan de forma sistemática procedimientos de influencia no éticas (control de la personalidad). En el control de personalidad, se utilizan técnicas de modificación del comportamiento. Desde la Psicología Social Leon Festinger (1957) propone la teoría de la disonancia cognoscitiva, planteando tres componentes, donde cada componente tiene un poderoso efecto sobre los otros dos: “si modificamos uno, los otros dos se modificaran. Si conseguimos cambiar los tres, desaparecerá el individuo” (Festinger, 1957). La disonancia se refiere al conflicto que se plantea cuando un pensamiento, un sentimiento o un comportamiento es alterado en oposición a los otros dos. Un individuo puede tolerar sólo una cierta discrepancia entre sus pensamientos, sentimientos y acciones, que en definitiva son los diferentes componentes de su identidad. La teoría de Festinger propone, que si uno (cualquiera) de estos tres componentes se modifica, los dos restantes cambiarán para reducir la disonancia y así mantener el equilibrio. En detalle y relacionándolos al concepto de secta religiosa, los componentes básicos del control mental son:
a) Control del comportamiento: Es la regulación de la realidad física del individuo. Incluye el control de su entorno (lugar donde vive, ropa que viste y rituales). La necesidad de tener el control del comportamiento, es la razón por la cual la mayoría de las sectas establecen unos horarios muy rígidos a sus miembros. Cada día, una parte importante del tiempo se dedica a los rituales de la secta y a las actividades de adoctrinamiento. También es normal que a los miembros se les asigne el cumplimiento de unas metas y tareas específicas, para así restringir su tiempo libre y comportamiento.
En el Opus Dei, este tipo de control se ve reflejado en los centros, donde Laicos y Sacerdotes pasan la mayor parte del tiempo; dictándoles su forma de vestir y los rituales que día a día deben repetir (charla fraterna, confesión sacramental), dependiendo del rango del individuo, este debe cumplir metas y tareas especificas, sin que existan cambios importantes en la rutina del día.
b) Control del pensamiento: Incluye un adoctrinamiento, donde los miembros interiorizan la doctrina del grupo, incorporando un nuevo sistema de lenguaje. La ideología es interiorizada como la verdad absoluta o único mapa de la realidad, donde se regula el cómo se debe pensar. Por lo general, se divide al mundo entre un “blanco y negro” o un “nosotros contra ellos”, donde todo lo que es bueno esta representado por el líder y el grupo, y lo malo se encuentra en el exterior. Otro punto clave del control del pensamiento se basa en entrenar a los miembros para que bloqueen cualquier información que sea crítica con el grupo. Los mecanismos de defensa típicos del individuo son reorientados para que defiendan la nueva identidad que le ha proporcionado la secta contra la antigua identidad original. La primera forma de defensa incluye la negación “lo que usted dice no ocurre en absoluto”, la racionalización “esto ocurre porque hay una razón muy buena para que así sea”, la justificación “esto sucede porque tenía que ser así”, y el deseo intelectual “me gustaría que fuese verdad, así que tal vez lo es” (Hassan, 1997)
En el Opus Dei se observa este control, al categorizar a los miembros de la Institución como el único camino de la santificación, tildando a los que no pertenecen del grupo como “pecadores”.
c) Control Emocional: Se intenta manipular y reducir el alcance de los sentimientos. El miedo y la culpa con las herramientas necesarias para mantener a la gente bajo control, dentro de la culpa se encuentran, la culpa histórica, culpa de identidad, por acciones del pasado y la social.
Dentro del Opus Dei se refleja este tipo de control, mediante el miedo, con la confesión de todos los “supuestos pecados cometidos a diario” (pensar en irse de la institución), ocasionándoles culpa, tildándolos de pecadores. E induciéndoles fobia a la salida del grupo, ya que si se sale, su vida perderá beneficios, desarrollara enfermedades, etc.
Steven Hassan, a esta teoría le agrega un cuarto componente, el control de la información ya que: “Si alguien controla la información que recibe un individuo, restringe su libre capacidad para pensar por sí mismo” (Hassan, 1997).
Para Hassan la gente permanece atrapada en las sectas porque no sólo ha sido despojada del mecanismo interno para emitir un juicio personal, sino que también no tiene opciones de informarse por otros medios. Este tipo de control, puede ser negando la lectura de libros o periódicos, como también en las relaciones interpersonales, negándoles hablar con determinadas personas.
Dentro del Opus Dei esta conducta se refleja, al bloquearles de información que no tenga que ver con su propósito en la vida; como leer sobre temas sociales o interaccionar con personas que no pertenezcan a la institución.
Dentro del control mental, existe la persuasión coercitiva, planteado por Kart Lewin en la década de los cuarenta, y posteriormente desarrollado Scneider, Schein y Barrer (1961), este concepto implica el cómo se utilizan en la practica los mecanismos del control mental para cambiar el comportamiento de las personas; separándose de las otras formas de influencia, ya que la persona destinataria es física y/o psicológicamente sometida a situaciones de presión para su “desocialización”. Para Putnam (2005) los individuos sometidos a técnicas extremas de coerción tienen riesgos de sufrir una despersonalización persistente como amnesia, y endurecimiento emocional, además de profundos cambios de valores, actitudes, creencias y sentido de si mismo. Otro elemento de la persuasión coercitiva, es el ejercicio de una presión intensa sobre el sujeto, limitando su libertad de elección, para dar así más probabilidades a la obtención de la persuasión deseada. Hassan desarrolla esta teoría en base de tres etapas que van creando a un “disciplinado” miembro de la secta. La primera etapa es el “descongelamiento”, que consta de destruir las defensas del sujeto, se perturba su realidad, desorientándolo, sus marcos de referencia sociales son cuestionados y destrozados, cambiando así su visión de la realidad (se priva de sueño, se cambian los horarios de comida y se bombardea al sujeto con una carga emocional superior a la que puede digerir), desde el Opus Dei se puede tomar esta fase con largas sesiones de rezo y confesiones personales. Una ves que la persona esta hundida y desorientada comienza la segunda fase; “el cambio”, que es el proceso de adoctrinamiento (Margaret Singer, 1986), el cambio se fundamenta en imponer una nueva identidad personal, una nueva serie de comportamientos, pensamientos y emociones, para llenar el vacío dejado por la desaparición de la identidad anterior. El adoctrinamiento de esta nueva personalidad se realiza a nivel formal (en seminarios y rituales) como informalmente (en compañía de otros miembros, con lecturas y audiciones de grabaciones y vídeos). Muchas de las técnicas utilizadas en la fase de descongelación son también aplicadas en ésta fase. La repetición, la monotonía y el ritmo: son las tres adormecedoras medidas hipnóticas a través de las cuales se realiza normalmente el adoctrinamiento. Los datos se repiten una y otra vez, hasta lograr el cambio del sujeto. (Hassan, 1997); dentro del Opus Dei se observa esta conducta, mediante la obediencia a una persona autoritaria, fomentándose el sentimiento de comunidad en sesiones de grupo. Y la última etapa es “la congelación”, donde es reconstruido como un nuevo hombre, dándole un nuevo propósito en la vida y nuevas actividades que consoliden su nueva identidad; para acelerar este proceso de congelación, algunas sectas les dan un nuevo nombre, cambiándoles su forma de vestir, peinado, etc. Dentro del Opus Dei este proceso de realiza mediante el “llamado de la vocación”, convenciéndolos y adoctrinándolos de que Dios ha elegido un nuevo camino para su vida.
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