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sábado, 2 de marzo de 2013

Las claves de la operación del Rey El Rey se someterá el 3 de marzo a una operación de hernia discal

Las claves de la operación del Rey El Rey se someterá el 3 de marzo a una operación de hernia discal

La culpable de que el Rey Juan Carlos tenga que volver a pasar por el quirófano es una hernia discal que el monarca padece desde hace años y que se ha agudizado en los últimos meses.
 Este problema, que el jefe del Estado padece en la zona sacro-lumbar, se produce cuando uno de los discos que separan las vértebras se desplaza y llega a comprimir alguna de las estructuras del sistema nervioso que se encuentran en el interior de la columna. Según ha señalado la Casa Real en un comunicado, en el caso del Rey el trastorno se complica debido a la existencia de una estenosis, es decir, un estrechamiento en el canal por el que viajan las raíces nerviosas.
Opciones terapéuticas

Según se desprende de los escasos datos proporcionados por la Casa Real, los responsables de la atención médica del monarca han elegido la mesa de operaciones ya que, en su caso no sólo hay que liberar la opresión que sufren las raíces lumbo-sacras, sino que también es necesario estabilizar la zona de la columna que está afectada. "Algunos pacientes tienen las vértebras muy deformadas y eso les provoca inestabilidad y un dolor mecánico", señala Ricardo Díez Valle, neurocirujano de la Clínica Universidad de Navarra.
 Según explica, en estos casos, además del abordaje de la hernia discal, es necesario colocar algún tipo de implante en la zona -generalmente varios tornillos y placas metálicas- que permitan fortalecer el área dañada.
 Este añadido impide que la operación pueda realizarse por procedimientos mínimamente invasivos, si bien tampoco es necesario la realización de grandes incisiones, recuerdan. "En un 75% de los casos se da una mejoría muy importante", añade Díez Valle, quien, con todo, señala que el resultado final depende mucho del estado general de salud del paciente y de la calidad ósea de sus vértebras.
 "El mayor riesgo de la operación es que no sea completamente satisfactoria, que queden molestias. Y esto a veces ocurre cuando los huesos no están en buen estado", añade el especialista.En general, los expertos coinciden en señalar que se trata de una cirugía segura que permite al paciente una recuperación relativamente rápida si no existen complicaciones previas o posteriores.
 Pese a que establecer pronósticos generales es complicado, sobre todo cuando no se conocen los detalles de las lesiones ni el cuadro general, los especialistas señalan que en la mayoría de los casos, "después de dos o tres días" de reposo en la clínica, el paciente puede comenzar poco a poco a caminar.

Durante aproximadamente cuatro semanas debe llevar una vida relativamente tranquila y, si es necesario, iniciar algún tipo de rehabilitación suave para fortalecer la musculatura. Si todo va bien, en unos meses el paciente podría recuperar su vida habitual.
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2013/03/01/noticias/1362146980.html

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