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viernes, 15 de marzo de 2013

La cirugía radical no reduce la fertilidad tras un embarazo ectópico

La cirugía radical no reduce la fertilidad tras un embarazo ectópico

Aproximadamente una de cada 100 mujeres embarazadas desarrolla lo que se denomina una gestación ectópica. El embrión se 'pierde' en su camino hacia el útero y se desarrolla fuera del mismo, normalmente en los conductos que conducen hasta este órgano (aunque también puede 'depositarse' en otras zonas).
 Se trata de embarazos que nunca son viables y que, según se ha descubierto recientemente, si ocurren en una primera gestación están asociados a una menor tasa de natalidad.
 Este problema no tenía, hasta ahora, una guía de práctica clínica clara. Los ginecólogos manejaban tres opciones, que aplicaban según el estado de la paciente. Uno de los parámetros que se tenían en cuenta hasta la fecha era la posibilidad de influir en una futura fertilidad de la embarazada.
 El último estudio publicado sobre este tema en 'Human Reproduction' compara por primera vez la fertilidad de las mujeres con embarazos ectópicos que se someten a las tres técnicas disponibles. La conclusión: su elección no influye en la futura fertilidad.

En el ámbito práctico, la principal consecuencia de este estudio es que algunas mujeres reacias a someterse a la opción más radical –la extirpación de la trompa de Falopio donde se empieza a desarrollar el feto- por miedo a no poder tener hijos, podrán hacerlo con tranquilidad: sus opciones futuras de ser madres serán iguales que si se someten a una cirugía conservadora (salpingostomía, en la que se retira el feto sin extirpar la trompa) o si simplemente siguen un tratamiento farmacológico abortivo con inyecciones de metotrexato.
 La decisión no es fácil. Como explican en el estudio los autores de la investigación, dirigidos por Perrine Capmas, del Hospital Bicetes de Paris, no todas las mujeres que sufren esta afección pueden optar a las tres opciones terapéuticas, pero el estudio permitirá mayor capacidad de decisión.

"Si una mujer tiene un embarazo ectópico para el que la cirugía es el único tratamiento posible, podremos contarle que una operación conservadora puede implicar que en un futuro se tenga que practicar la radical; pero podremos también decirle que su fertilidad va a ser igual en los dos casos", resume Capmas.

El estudio consistió en el análisis de la fertilidad de 406 mujeres que habían sufrido un embarazo ectópico y que se dividieron en dos grupos. El primero eran féminas con embarazos menos activos, es decir, con menor riesgo de ruptura de las trompas de Falopio. El segundo lo componían aquellas mujeres que tenían el peor tipo de embarazo ectópico, el que suele hacer descartable la opción farmacológica.

A las 207 mujeres incluidas en el primer grupo, se les asignó aleatoriamente a recibir cirugía conservadora o inyecciones de metotrexato. A las 199 embarazadas del segundo grupo, se les retiró el feto bien con cirugía radical o bien con una conservadora.

A los dos años, se evaluó si habían tenido embarazos espontáneos tras ese primer 'fracaso'. Los resultados fueron alentadores. En el primer grupo, las mujeres de los dos grupos habían tenido embarazos en el 67% y 71% de los casos, respectivamente. En el segundo, las cifras eran del 70% (para las operadas con cirugía conservadora) y del 64% en la radical, con diferencias no estadísticamente significativas.

Así, los resultados de la investigación llevan a los autores a hacer una serie de recomendaciones, una especie de guía preliminar de práctica clínica para el tratamiento de los embarazos ectópicos. Así, recomienda que en los menos activos se opte siempre que se pueda por el tratamiento farmacológico, pero que se recomiende la cirugía si la mujer no está dispuesta a un seguimiento exhaustivo, necesario con las inyecciones.

En las gestaciones 'fuera de lugar' más complicadas, la elección no está tan clara y el médico ha de informar a la mujer sobre la pequeña (y no significativa) diferencia en una futura maternidad si se aplica la cirugía radical sobre la conservadora, pero también ha de tener en cuenta que la operación menos radical puede implicar que se haya de practicar de nuevo en el futuro.

Además, concluyen los investigadores, se han de controlar los factores de riesgo para evitar un segundo embarazo de este tipo. El primero, como casi siempre, el tabaco.
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2013/03/14/noticias/1363291780.html

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