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jueves, 14 de marzo de 2013

Cuando el donante es un cordón

Cuando el donante es un cordón
 

El tratamiento de las leucemias, como la que sufre Concha García Campoy, tiene un procedimiento casi estándar, aunque puede variar en función del tipo de cáncer. En primer lugar, se empieza con quimioterapia para matar las células cancerígenas y que las células sanguíneas vaya repoblando la médula. Si ésta no funciona, se recurre al autotrasplante de células madre del propio paciente y, si éste falla, se opta por un alotrasplante, es decir, un trasplante de células madre procedente bien de la médula ósea de un donante o de un cordón umbilical.

En el caso de Concha García Campoy, como el segundo paso no funcionó, se ha optado por un trasplante de células de cordón umbilical. "En todo el mundo hay 21 millones de donantes de médula y unas 600.000 muestras almacenadas de cordón umbilical. A pesar de la diferencia, es mucho más fácil encontrar una muestra de cordón compatible porque no tiene que haber una concordancia exacta entre la sangre del receptor y la del donante, en este caso un cordón umbilical", afirma Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).

El procedimiento consiste en infundir por vía venosa la sangre almacenada del cordón umbilical. Previamente, la paciente habrá sido sometida a un tratamiento de quimioterapia para eliminar sus células cancerígenas. Con las células madre del cordón, se pretende reemplazar las células sanguíneas que la paciente no tiene, en otras palabras, son las células de repuesto.

Como apunta Matesanz, este tipo de trasplantes, es muy complejo y requiere de controles muy específicos y que el hospital tenga experiencia en este proceso. "En España, todos los trasplantes alogénicos (los que proceden de un donante o un cordón) se hacen en centros públicos. El Hospital de La Fe, en Valencia, [donde ha sido trasplantada Campoy] es el que más trasplantes de cordón umbilical hace en adultos y uno de los tres primeros en el mundo con mayor actividad de este tipo", señala.

El hecho de que el trasplante se realice a partir de un cordón umbilical no tiene por qué limitar la viabilidad del proceso, al no contar con un número suficiente de células. "Por eso llevamos a cabo el plan nacional de cordón, para hacer hincapié en la calidad de la muestra que se almacena, ya que tienen que tener un volumen determinado. Esto se hace porque antes ocurría que cuando se encontraba una muestra compatible al final podia no trasplantarse porque no había suficientes células para la persona adulta", afirma Matesanz.

Antes de extraer la sangre, se pesa el cordón y si no pesa más de una cantidad determinada no se recoge la muestra. "Los estándares de los cordones españoles son muy altos, de ahí que España sea un país exportador. Este criterio es también el mismo por el que no se utilizan los cordones procedentes de una cesárea, ya que en estos casos se pierde más sangre", aclara.

En cuanto a la probabilidad de éxito, el director de la ONT explica que depende del tipo de leucemia y del estado previo de la paciente. "La supervivencia suele ser bastante alta, pero hay que valorar muchos factores".

Tras el trasplante, Campoy deberá permanecer unas semanas en aislamiento, para intentar reducir al máximo la aparición de infecciones. Así permanecerá hasta que las células madre hayan 'prendido', es decir, hasta que hayan repoblado su médula y pueda tener suficientes para que su organismo combata cualquier tipo de infección. Tras ese plazo, la paciente deberá tomar medicación inmunosupresora como cualquier trasplantado y llevar a cabo unos controles médicos rigurosos para constatar que todo va bien.

http://www.elmundo.es/elmundosalud/2013/03/13/oncologia/1363201499.html

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