La dieta mediterránea con aceite de oliva y frutos secos reduce el riesgo cardiovascular
Según un estudio multicéntrico español, su consumo regular es un 30% más eficaz que la dieta baja en grasas aconsejada
La dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva
virgen o frutos secos como las nueces, avellanas y almendras, es más
eficaz que las dietas bajas en grasas de todo tipo recomendadas para
prevenir patologías cardiovasculares. Esta es la principal conclusión
del estudio español “Prevención con Dieta Mediterránea”, Predimed, que recoge el “New England Journal of Medicine”, una de las publicaciones más prestigiosas entre los médicos.
El estudio, presentado hoy lunes en el Instituto de Salud Carlos III,
con la asistencia de la Secretaria de Estado de Investigación, Carmen
Vela, “cambiará la política nutricional a nivel global”, aseguró Felipe
Casanueva, director científico del Centro de Investigación Biomédica en
Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (Ciberobn).
Y es que la dieta que se recomienda para prevenir las complicaciones
cardiovasculares aconseja el consumo moderado de grasas de todo tipo, ya
sean estas de origen vegetal o animal. Sin embargo, Predimed ha
mostrado que unadieta
mediterránea en la que se consumen 50 gramos de aceite al día, el
equivalente a unas 4 cucharas soperas, o 30 gramos de frutos secos,
reduce el riesgo cardiovascular en un 30% en comparación con otra baja
en grasa.
Cuatro cucharas soperas, o 30 gramos de frutos secos al día
Un efecto que no logran alcanzar muchos fármacos utilizados
para controlar las patologías cardiovasulares y que fue tan
significativo que el ensayo tuvo que concluir antes de su finalización,
por entender el comité de seguimiento de datos y seguridad (DSMB) que el
grupo control, que no seguía la dieta mediterránea, y a los que
expresamente se les desaconsejaba el uso de aceite oliva y frutos secos,
estaba en desventaja para su salud, según explicó el doctor Ramón
Estruch, del estudio Predimed.
Los resultados sólo han sido estadísticamente significativos de forma aislada en el caso de la prevención del ictus,
aunque el doctor Estruch señala que si se hubiera podido seguir el
ensayo más allá de cinco años, probablemente también se hubieran
observado una diferencia significativa en el caso del infarto de
miocardio, que ya se empezaba a apuntar.
Primer estudio clínico
Hasta ahora la información sobre las bondades de la dieta mediterránea procedía de estudios de observación,
en los que se seguía a poblaciones que llevaban una alimentación
mediterránea y se veía el tipo de patologías que habían experimentado.
“Esto proporciona evidencia científica que no es del máximo nivel,
porque la gente escoge su dieta. Predimed es un estudio clínico aleatorizado, en el que se sortea en qué dieta va a entrar cada participante.
Esto hace que los tres grupos sean equivalentes en edad, índice de masa
corporal, colesterol, hipertensión, diabetes y lo que comen al inicio
del ensayo. Los resultados de un estudio así tienen alto valor de evidencia científica y nunca hasta ahora se había hecho de
esta forma”, resalta el doctor Emilio Ros, de la unidad de Lípidos del
Hospital Clinic de Barcelona, que dirigió la intervención nutricional
del estudio a través de listas de compra, recetas y menús facilitados a
los participantes.
El estudio se gestó en 2001, cuando se dedicaba más dinero que ahora a la investigación y
gracias a ello se pudo poner en marcha este ambicioso proyecto,
calificado por su coordinador, el doctor Estruch, como una carta a los
Reyes Magos. El objetivo era valorar el efecto de la dieta mediterránea en la prevención primaria de las enfermedades cardiovasculares, es decir, la
capacidad de esta forma tan saludable de alimentación para evitar que
las personas con algún factor de riesgo cardiovascular llegaran a
desarrollar patologías como el infarto de miocardio, el ictus o a morir
por estas causas.
Los resultados de este ambicioso estudio, según Estruch, “han permitido crear una base de datos que será un patrimonio esencial para la investigación en nutrición en España durante, al menos, los próximos veinte años. Su relevancia ha traspasado fronteras y ha suscitado un gran interés en todo el mundo”.
El objetivo de predimed era averiguar el efecto de la
intervención nutricional en la prevención de los eventos
cardiovasculares, explica el doctor Ros. “Estadísticamente se observa
que el
cambio más importante para reducir los factores de riesgo es el que
proporciona dieta mediterránea con aceite de oliva y frutos secos”.
Aunque no se conocen con precisión los mecanismos por los que las
grasas vegetales tienen este efecto sobre la salud cardiovascular, se
apunta al poder saciante del aceite de oliva y los frutos secos, como
explica el doctor Ros: “Las grasas
vegetales sacian y se come menos. El 76% de la energía que aportan los frutos secos se compensa dejando de comer otros alimentos.
Y una parte del aceite que contienen no se absorbe, sino que se pierde
con los restos de frutos secos a su paso por el intestino. El aceite de
oliva también tiene esa capacidad de saciar”. De ahí que a partir de
ahora, las recomendaciones clínicas deberían cambiar, resalta Ros: “Ya que la grasa de origen vegetal, ni engorda, ni es mala para la salud. Es
beneficiosa si su origen está en alimentos como el aceite de oliva
virgen y los frutos secos, que contienen muchos polifenoles, que son antioxidantes naturales”.
Los aceites vegetales sacian y reducen el apetito
Tanto Ros como Estruch resaltan el hecho de que la mitad de los participantes en el estudio tenía un IMC de 30 que marca el inicio de la obesidad y
a pesar de ello no ganaron peso al seguir la dieta mediterránea
suplementada con grasa vegetal. Es más, algunos incluso redujeron el
perímetro de la cintura, que se considera un buen predictor de riesgo
cardiovascular. “Consumir
aceite de oliva virgen y frutos secos no nos va a subir el colesterol, sino que puede contribuir a reducirlo.
Esperemos que a partir de la discusión de los resultados de este
estudio cambien las recomendaciones y el enfoque de dietistas y
médicos”, incide Ros. Le mejor forma de consumo de los frutos secos,
según el doctor Estruch es en ensalada, “y no por la noche, mientras
vemos la televisión”, ya que perdemos el control de lo que ingerimos,
especificó.
El aceite de oliva y los frutos secos no suben el colesterol
Segunda fase en marcha
Según explicó Estruch, ya está en marcha una segunda fase
de Predimed, en la que se estudiará el efecto de la dieta mediterránea
hipocalórica sobre la obesidad. Además, se analizará el efecto añadido
de la terapia conductual e intervención en la actividad física para
ayudar a reducir el peso y ver si a largo plazo se reducen las
complicaciones cardiovasculares y la aparición de cáncer.
analizará el efecto añadido de la terapia conductual para perder peso
Sin embargo, a pesar de todos los beneficios de una dieta,
que ha sido declarada por la Unesco en 2010 “Patrimonio cultural
inmaterial de la humanidad”, en nuestro país se observa un claro
abandono de esta saludable forma de comer, que se sustituye por hábitos
más perniciosos que incluyen de grasas animales y comidas
hipercalóricas.
Predimed, financiado con fondos públicos del Instituto Carlos III, es uno de los mayores estudios realizados en España y Europa, en el que han participado 7.447
voluntarios de ambos sexos con edades comprendidas entre 55 y 88 años y
algún riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, como fumar,
tener alto el colesterol o la presión arterial, y tener exceso de peso. En el estudio han participado 19 grupos científicos españoles.
Un programa informático distribuyó a los participantes de forma aleatoria en tres grupos:
dieta mediterránea con aceite de oliva o con frutos secos y dieta baja
en grasas, con exclusión también de las vegetales. A los participantes
se les hacían seguimientos periódicos para controlar que comían
adecuadamente y controlaban el consumo de carnes rojas. Además se controlaba mediante biomarcadores que realmente seguían la dieta a la que se les había asignado.
El estudio también demuestra que una intervención nutricional adecuada
logra cambiar los hábitos ya bien establecidos en personas que tienen
entre 50 y 80 años.
http://www.abc.es/sociedad/20130225/abci-aceite-oliva-dieta-mediterranea-201302251823.html
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