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miércoles, 16 de octubre de 2013

Nuevas guías para evitar falsos embarazos inviables

Vista de un feto de 10 semanas por la técnica de ecografía 4 D. | El Mundo

Nuevas guías para evitar falsos embarazos inviables

Aproximadamente un 15% de los embarazos no son clínicamente viables y acaban en aborto espontáneo, pero a veces, lo que a priori parece ser un embrión demasiado pequeño o sin latido, en un par de semanas se puede comprobar que progresa con normalidad y convierte al supuesto embarazo imposible en un bebé sano en el transcurso de los nueve meses de gestación. Para evitar realizar falsos diagnósticos de este tipo, un panel de expertos propone una guía con nuevos criterios de evaluación.
El problema, argumentan, es que "el diagnóstico de un embarazo inviable puede propiciar intervenciones para interrumpirlo" (se puede expulsar espontáneamente o mediante unas pastillas que ayudan a conseguirlo) y si, efectivamente, es erróneo, "se pueden causar serios daños a una gestación" que, de no ser mediada, hubiera evolucionado normalmente.
Con dicha medicación, explica Jose Luis Bartha, jefe de servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital La Paz de Madrid, pueden ocurrir dos cosas: "que se pierda a un bebé deseado innecesariamente o que el embarazo continúe". En esta última suposición, cabe la posibilidad de "que el embrión progrese sin problemas y nazca un bebé sano" o que, tal y como advierten algunas referencias bibliográficas, "el recién nacido llegue al mundo con algún tipo de malformación".
Aunque éstas son "situaciones extraordinariamente raras", para evitarlas, un grupo de 15 médicos especializados en Radiología, Obstetricia, Ginecología y Urgencias, tras realizar una revisión sistemática de literatura científica, han elaborado una guía con algunas modificaciones en los criterios que definen un embarazo no viable y las publican en un artículo que difunde esta semana la revista 'New England Journal of Medicine'.
Según proponen, para declarar embarazo inviable con seguridad, no vale con ver (a través de ecografía) un embrión de cinco milímetros sin latido (como indican las guías anteriores). Es mejor esperar a que mida siete milímetros y si continúa sin latido entonces se puede decir que no es evolutivo. Otra de las posibilidades que determinan un embarazo inviable es que se observe un saco gestacional sin embrión. Las nuevas recomendaciones estipulan que se debería aguardar a que mida 26 milímetros en lugar de 16.

Es importante esperar

En definitiva, es importante esperar y no adelantarse a los acontecimientos, coinciden los dos expertos consultados por ELMUNDO.es. Esta guía "estandariza con criterios objetivos y demostrados lo que ya hacemos todos de forma intuitiva para no poner en riesgo un feto viable, es decir, solemos esperar entre una y dos semanas".
Se trata de respetar un margen de seguridad. En primer lugar, porque las medidas de "las ecografías no son 100% exactas (nos permiten ver de forma bidimensional algo que es tridimensional)", señala Sergio Haimovich, del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital del Mar de Barcelona. Además, explica, muchas veces, la edad teórica del embrión no se corresponde con la real (ya que la mujer ha podido tener una menstruación cuando ya estaba embarazada y, por lo tanto, las cuentas son distintas).
Generalmente, cuando una mujer acude al médico para confirmar su positivo en el test de embarazo, lo que espera es "volver a casa con la tranquilidad de que todo está bien". Pero a veces es demasiado pronto como para verlo en la ecografía. "A partir de la quinta semana empieza a verse una especie de guisante y también el latido", apunta el ginecólogo del Hospital del Mar.
Si, por el contrario, no se visualiza latido o no se ve embrión dentro del saco o éste parece ser demasiado pequeño, "hay que esperar una o dos semanas y hacer un seguimiento con una nueva ecografía", argumenta el doctor Bartha. "Puede ser que entonces se vea el embrión, éste haya crecido y tenga latido o que realmente el embarazo sea inviable". Si hubiera alguna duda, agrega, "se puede realizar un análisis de sangre para valorar los niveles de la hormona del embarazo (gonadotropina coriónica -HCG-), aunque probablemente, en este tiempo la mujer ya haya tenido sangrado".
En este punto, subrayan las nuevas guías, el análisis de la HCG no es determinante. Conviene hacer un segundo análisis a las 48 horas del primero para ver la evolución. "Si los niveles de esta hormona han aumentado, el embarazo sigue adelante y si bajan indican que el embarazo no es evolutivo", explica Haimovich. Una doble medición que, aclaran los dos especialistas españoles, sí se cumple en la práctica clínica.
No obstante, con el objetivo de reemplazar a las anteriores recomendaciones, tal y como afirma uno de los expertos del panel estadounidense, Peter Doubilet, del Brigham and Women's Hospital (Boston, EEUU), "convendría extender esta nueva guía a todas las especialidades implicadas en el diagnóstico de los problemas tempranos de viabilidad del embarazo, para reducir posibles daños".


 http://www.elmundo.es/elmundosalud/2013/10/09/mujer/1381345198.html

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