La 'gripe estomacal'
JAVIER MARCO
JAVIER MARCO
|
|||||||||||||||||||||||||||
|
La gastroenteritis es una enfermedad que
afecta al estómago y al intestino delgado y grueso y que en su mayor
parte se debe a infecciones. En países no desarrollados, estos
trastornos son la primera causa de enfermedad en niños y adultos y nada
menos que el principal motivo de muerte infantil. Esto se debe, entre
otras cosas a la falta de higiene y de recursos sanitarios. En países
como el nuestro, a pesar de todo, es una patología frecuentísima. Todos
los veranos salta a la primera página de los periódicos cada vez que se
produce una epidemia.
Contrariamente a lo que mucha gente cree,
son los virus y no la célebre 'salmonela' los responsables más
frecuentes de estos cuadros. Es lo que popularmente se conoce como
'gripe estomacal o intestinal' y suele ponerse de moda en períodos
invernales.
¿Qué la produce?
Aunque hay varios tipos de virus capaces de producir una gastroenteritis
(adenovirus, astrovirus...), los responsables más frecuentes, a gran
distancia del resto, son los rotavirus y los de tipo Norwalk. Cada uno
de ellos tiene unas características especiales.
- Rotavirus
Producen sobre todo enfermedad en los niños menores de tres años. Sin
embargo, es frecuente que la contagien a los adultos que conviven con
ellos. El caso típico e
Los casos son sobre todo frecuentes en el período invernal y son la causa más frecuente de diarrea en los niños. Nada menos que entre el 30 y el 50% de las diarreas infantiles que tienen que hospitalizarse para rehidratación se deben a una gastroenteritis por rotavirus.
Síntomas
Como casi siempre en medicina, estas infecciones pueden producir desde poco más que cierto malestar pasajero hasta una diarrea leve, moderada o incluso llegar a ser mortales si no se tratan. Comienzan de forma brusca, con fiebre alta que puede pasar de 39ºC, seguida de náuseas, vómitos y diarrea que puede llegar a durar entre 2 y 6 días a veces. En ocasiones puede haber también tos con o sin flemas.
¿Se puede prevenir?
Poco puede hacerse para evitarla, ya que a pesar de las medidas higiénicas de los países avanzados, siguen produciéndose casos. Sí que puede disminuir el riesgo de contagio de adultos a partir de los niños intentando extremar las precauciones de limpieza ya que la transmisión es fecal-oral, por tanto: manos siempre limpias y cambiar pañales con cuidado lavándose cuidadosamente después. Existen ciertos progresos en la investigación de una vacuna pero todavía no está disponible.
¿Qué hacer?
En la mayoría de los casos, sobre todo cuando se trata de adultos, no es necesario recurrir a ningún tratamiento. Tan sólo hacer reposo hasta que ceda la fiebre, procurar beber abundante líquido y esperar a que se cure por sí sola, algo que ocurre generalmente entre uno y tres días. A veces, puede ser necesario tomar algún antitérmico si la fiebre es muy alta y molesta. Los antibióticos no sirven para nada y pueden empeorar la situación.
En los niños hay que tener más cuidado, estar atentos a signos de deshidratación y conviene consultar al médico si la diarrea es muy importante o si los vómitos no permiten una buena alimentación. En estos casos puede ser necesaria la hospitalización para hidratar al paciente con líquidos por vía intravenosa con sueros.
- Virus tipo Norwalk
Son un grupo de microorganismos que producen gastroenteritis sobre todo
en adultos. Los casos son tan frecuentes que casi el 70% de las personas
la ha sufrido alguna vez en la vida. Al contrario que los anteriores,
estas infecciones se producen durante todo el año y no en una estación
determinada.
El contagio es también por la via fecal-oral (falta de higiene) aunque también podemos infectarnos por comer algún alimento en mal estado (ostras, ensaldas, dulces...) o a través del agua en sitios como cruceros turísticos, campamentos de verano o residencias de ancianos. Como las posibilidades son muchas, no es de extrañar que estos virus sean los culpables de un tercio de las epidemias de gastroenteritis infecciosas no producidas por bacterias.
Síntomas
El período de incubación es corto, entre 18 y 72 horas y las molestias se inician de forma muy brusca con náuseas, vómitos, retortijones y diarrea. Este tipo de diarrea va acompañado de síntomas similares a los de la gripe como fiebre - generalmente no muy alta -, dolor de cabeza, abatimiento y dolores musculares.
El sufrir una de estas diarreas por un virus Norwalk, no protege contra la posibilidad de contraerla en un futuro. Es decir, al pasar la enfermedad el sujeto no queda inmunizado por lo que no es probable que se consiga inventar una vacuna eficaz.
¿Qué hacer?
Afortunadamente, la enfermedad se cura sola en la mayoría de los casos, en uno o dos días. Tan sólo hace falta recurrir a algún medicamento para la fiebre y el malestar general, similares a los usados para el resfriado, cuando uno se encuentre molesto. Siempre es conveniente hacer algo de dieta y procurar beber más líquido de lo habitual mientras exista fiebre o diarrea. Son muy pocos los casos, sobre todo niños pequeños, ancianos o sujetos con alguna patología añadida, los que pueden precisar ingresar en el hospital durante unos días para recibir sueros.
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2004/01/16/salud_personal/1074243878.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario