¿Consumimos mucho azúcar?
En el siglo XVI, antes de que los europeos descubrieran que podían
extraer azúcar de la raíz de la remolacha, esta sustancia era un bien
escaso, que se traía de lejanos cañaverales, tan valiosa que figuraba en
la dote de las princesas europeas. Cinco siglos después, los dulces
cristales han sido poco menos que demonizados, asociados a obesidad y
enfermedades.
En el año 2003 los españoles consumimos la mitad de azúcar de mesa
que en 1987; sin embargo, el consumo total de azúcar por cabeza aumentó
un 20% en esos años: pasó de 24 a 30 kilos por persona y año,
según un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona publicado en
2009. La explicación es sencilla: al tiempo que la influencia de la
publicidad y la moda de los productos 'light' nos hacía cambiar el
azúcar por la sacarina, aumentaba nuestro consumo de productos
elaborados que, dulces o no, contienen azúcares.
La obesidad -incluida la infantil- y la diabetes no dejan de crecer en el mundo
El 75% del azúcar que ingerimos proviene de productos elaborados:
empanadillas congeladas, salsa de tomate, pepinillos en vinagre,
mayonesa, caldo de verduras, patés. Un sinfín de productos de elaboración industrial contienen azúcares;
pero la mayoría de los consumidores lo desconoce. Mientras, pese a los
esfuerzos por reducir el consumo de dulces, la obesidad -incluida la
infantil, de modo preocupante- y la diabetes no dejan de crecer.
¿Consumimos demasiado azúcar? Lo cierto es que no aporta
nutritivamente mucho más que calorías, si bien su consumo es muy
adecuado después de una intensa actividad física, por su rápida
absorción. Los diferentes tipos de azúcar integral y la panela aportan
algunos nutrientes provenientes de las melazas, aunque la diferencia no
es muy grande. Pero no hay por qué amargarse un dulce: los expertos
recuerdan que, en dosis adecuadas y equilibrando el consumo y el gasto
de calorías, el azúcar no está vetada salvo en casos de enfermedad.
Eso sí: conviene, cada vez más, fijarse en las etiquetas y conocer qué
productos que consumimos habitualmente incluyen azúcares.
Más peligroso es el jarabe de maíz, que muchos
nutricionistas asocian a la obesidad y la diabetes de tipo 2. Este
edulcorante líquido, creado a partir del almidón o fécula de maíz, se
utiliza masivamente, sobre todo en Estados Unidos, para endulzar bebidas
y en la preparación industrial de alimentos. Su uso se extiende por
todo el mundo pese a las advertencias de los expertos: un reciente
informe de las universidades de California y Oxford lo califica de
"grave problema de salud a escala mundial".
Una dulce revolución
La miel y la estevia son sustitutos más saludables al azúcar
Hay sustitutos más saludables, comenzando por la miel, mucho más nutritiva. Otra opción es la estevia,
una planta originaria de Paraguay con un poder endulzante muy superior
al del azúcar, y cada vez más considerada por los movimientos sociales,
entre otras cosas, porque se cultiva fácilmente en cualquier balcón. En
Cataluña surgió un movimiento que fomenta su cultivo a pequeña escala: Dulce Revolución.
Sin embargo, hay quien advierte de sus efectos secundarios y recomienda
consumirla con moderación. También es aconsejable optar por la estevia
natural y no los preparados sintéticos de laboratorio.
Los expertos advierten, sin embargo, de ciertos edulcorantes industriales bajos en calorías.
Por ejemplo, el ciclamato y la sacarina han sido señalados como
posibles cancerígenos, y han sido prohibidos en algunos países.
"Bajo en calorías" no es sinónimo de saludable. La
clave está en la información: saber qué alimentos contienen azúcar y
cuáles conviene sustituir. Para empezar, porque el sistema nervioso y el
paladar se habitúan al nivel de consumo: es decir, cuanto más azúcar
consumimos, más nos pide el cuerpo.
Como siempre, en el medio está la virtud, y el sentido común termina
siendo el mejor consejero. Esto es: ir hacia una alimentación variada,
sana y equilibrada, con más productos frescos y menos productos de
elaboración industrial.
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/03/27/internacional/1364403056.html
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