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domingo, 2 de diciembre de 2012

Los primates cotillas

Los primates cotillas
Esta semana saltó a la actualidad el robo o 'hackeo' del teléfono de Pipi Estrada, cuya agenda contenía los números de decenas de personajes famosos. Los teléfonos fueron difundidos por la red, formando un revuelo que aún continúa. Este tipo de fenómenos no son en absoluto exclusivos de nuestro país, ya que los estudios realizados demuestran que el interés por la vida social de los otros es universal.
 ¿Pero de dónde viene esta infinita curiosidad sobre la vida de los otros que poseemos los humanos? ¿Es sólo el cotilleo por el cotilleo o también cumple algún tipo de función social? Los grandes simios son grandes cotillas y curiosos insaciables. En cautividad, los chimpancés aprovechan cualquier agujero para espiar a sus vecinos y enterarse de lo que les sucede, al igual que hacemos con nuestros vecinos o los paparazzis con los famosos. Además, a los chimpancés también les encanta espiar a los visitantes y cuidadores, a quienes disfrutan observando a través de las rendijas e incluso cerraduras.
 Roger Dunbar ha estudiado los cotilleos sociales en los humanos desde el punto de vista científico y cree son imprescindibles para el buen funcionamiento de la sociedad, ya que facilitan información relevante y facilitan la cohesión.
 Los primates se acicalan los unos a los otros para establecer vínculos, pero los humanos, desde que apareció el lenguaje, también usamos la charla social para vincularnos con otros individuos. Este fenómeno se produce desde los primeros años de nuestra vida, poco después de comenzar a hablar. Los seres humanos dedicamos aproximadamente dos tercios del tiempo que hablamos a temas sociales o a la vida de terceras personas.

 El caso de Julián Muñoz e Isabel Pantoja, ha sido uno de los temas que más portadas de revista ha llenado en el último año y que más rumores han generado. Los rumores proporcionan información sobre la reputación de personajes relevantes y ayudan a prevenir a otros de las maldades o deshonestidades.
 Se suele criticar a aquellas personas que nos generan inseguridad o representan una amenaza para nosotros de algún tipo, ya sea porque son más guapos, poderosos, ricos o peligrosos. Pero no siempre contienen información negativa, ya que también puede tener el fin de elevar su prestigio, como pasa con algunos deportistas o artistas.
 Este fenómeno social se produce en todo grupo humano, desde grandes empresas que cotizan en bolsa hasta en la comunidad de vecinos de nuestra casa. Algunos científicos creen que la difamación, por su carácter impersonal, también puede servir para hacer llegar opiniones del grupo a personas que están incumpliendo alguna regla social. De esta manera, el grupo les da una oportunidad de cambiar sin enfrentarse a ellos directamente.

Un arma contra los poderosos
 El ex-presidente italiano Silvio Berlusconi ha sido blanco de la prensa rosa en numerosas ocasiones. A pesar de que finalmente aparecieron grabaciones que evidenciaban sus aficiones ilegales, todo comenzó a partir de los chismes. Aunque sigue gozando de una posición de poder, lo sucedido ha disminuido su influencia y dificultado su relación con otros líderes.
James Scott, en un magnífico libro titulado 'Las armas de los débiles', analizó cómo en un pueblo de China, los más humildes reducían el poder de los caciques a través de los chismes y la caricatura. Los rumores desprestigiaban a los poderosos, causándoles un gran daño a la hora de negociar con otros caciques o de pedir mano de obra al pueblo.
Este punto de vista resultó muy enriquecedor, ya que se estudiaron por primera vez las estrategias de las personas que, aún estando bajo fuertes regímenes autoritarios, encontraban huecos para combatir el poder. Por ejemplo, en muchas de las bandas y tribus que habitan África, el cotilleo y los rumores suponen una gran amenaza para los jefes, ya que puede acabar con su poder de un día para otro.
Aunque la tendencia innata a hablar de la vida de los otros que tenemos los humanos nos lleve a cometer muchas injusticias, desde el punto de vista evolutivo ha cumplido una función muy importante. Los cotilleos nos ayudaba a tomar decisiones que afectaban a nuestra supervivencia de manera directa.
Dado que somos seres con intensa vida social y dependemos los unos de los otros, conocer la personalidad y vida de los personajes que forman parte de la red social a la que pertenecemos, pudo haber sido una de las claves del éxito nuestra especie. De esta manera, podíamos saber de quién fiarnos a la hora de cooperar. Es por esta razón que siempre que no sobrepasemos ciertos límites, es importante conocer a las personas que nos rodean.

http://www.elmundo.es/elmundo/2012/11/30/ciencia/1354280056.html

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