El mundo seguirá tras el 21 de diciembre de 2012
El anuncio del fin del mundo para el viernes no tiene base científica ni razón histórica | Los apocalípticos hablan de cinco finales cósmicos, que la ciencia descarta | El calendario al que se achaca el final del mundo sólo apunta un cambio de ciclo
Al mundo le quedan más de seis días. O lo que es lo mismo, la interpretación apocalíptica hecha por algunas personas, en base a uno de los calendarios mayas, para pronosticar el fin del planeta el 21 de diciembre carece de todo fundamento. Así lo aseguran científicos, físicos, arqueólogos y hasta la NASA, obligada a dar la cara e informar públicamente de que no hay ninguna amenaza externa (choque de un planeta, tormenta solar, impacto de un meteorito, inversión de los polos magnéticos o alineación cósmica) que ponga, a día de hoy, en peligro al mundo conocido.
La mayoría de la sociedad reacciona ante este tipo de profecías (avivadas como nunca por las redes sociales y nuevos canales de comunicación) con la tranquilidad lógica que da la incredulidad. Pero como ocurre siempre ante este tipo de anuncios apocalípticos, un reducido número de ciudadanos, más vulnerables a estas informaciones, experimentan ansiedad y cambios en su comportamiento.
El psicólogo Juan Carlos Albadalejo define estos cuadros de ansiedad como "pánicos culturales y endémicos que suelen darse cada fin de siglo". Pero con esas personas que llevan mal los anuncios de este tipo de profecías, el riesgo, va más allá del día 21 de diciembre, apunta el también psicólogo Damián Ruiz. "La cuestión estriba en cómo se explicarán esas personas, el día 22, el hecho de que no haya sucedido nada. Puede darse el caso que alguno de esos ciudadanos tenga que vivenciar esa experiencia de otra manera para que no se produzca una disonancia psíquica y un conflicto difícil de resolver".
Las personas que hacen una interpretación histérica de la información que corre por todo el mundo, en base a ese calendario maya, no suelen prestar, sin embargo, atención a los datos contrastados y científicos que desmienten esa información. No les vale que la NASA haya habilitado incluso una página web para tranquilizar a las más de cinco mil personas que han enviado, en los últimos días, mensajes para expresar su angustia. Ni tampoco les sirven informaciones como la de la arqueóloga de la Universitat Autònoma de Barcelona, Victòria Solanilla, del Grupo de Estudios Precolombinos, que califica como "montaje" toda la teoría difundida sobre esa profecía. "Lo que finaliza el próximo 21 de diciembre es el decimotercer Baktun, un ciclo de uno de los tres calendarios mayas, que es el de la cuenta larga. Empezó a correr el seis de septiembre del 3114 a.c. (para los mayas el día de la creación), que ellos escriben de la siguiente manera: 13.0.0.0.0." Acaba, pues, un ciclo según este calendario, "pero los mayas no predijeron nada especial para este día, pues la cuenta larga no se pone a cero, sino que pasa del 13.0.0.0.0 al 13.0.0.0.1", concluye esta arqueóloga.
Aquellos que dan credibilidad a esta profecía auguran también cómo se va a acabar el mundo. Y en las redes sociales han corrido cinco finales, que la misma NASA se ha visto obligada a desmentir. Mònica Usart, licenciada en Física por la Universitat de Barcelona, Máster Oficial en Meteorología y colaboradora en varios medios del Grupo Godó, aporta datos concretos para desmentir, desde la visión más científica, los cinco finales del planeta anunciados. Se habla del impacto de un meteorito, "algo que es imposible que pase el próximo viernes, ya que desde la NASA se hace un seguimiento de todos los objetos potencialmente peligrosos para nuestro planeta, sin que se haya observado a día de hoy ninguna amenaza".
Otra de las teorías que circulan es el choque de la Tierra con un planeta llamado Nibiru. Usart afirma que "ni tan siquiera existe un planeta con ese nombre. Las agencias espaciales disponen de telescopios, sondas y satélites que, con sus ojos, controlan todo lo que pasa alrededor de la Tierra. Con estos instrumentos, sabríamos de la existencia de este planeta desde hace años y también habríamos notado sus efectos gravitacionales sobre los cuerpos más próximos. Si el viernes realmente se fuera a producir este choque, el planeta destructor sería ahora mismo el objeto más brillante en el cielo nocturno".
Y otra amenaza se refiere a una tormenta solar gigantesca. Usart afirma, al respecto, que "cada once años el Sol entra en un periodo de actividad máxima y añade que este año se encuentra en un momento álgido, dentro de su ciclo. Pero el nivel máximo, recalca, "no corresponde al 21 de diciembre de este años, sino a finales del año que viene".
También se ha apuntado que el mundo podría acabar por una inversión de los polos magnéticos. "Esta idea -continúa Mònica Usart- contempla el hecho de que haya un cambio de orientación del campo magnético terrestre. De esta manera habría un intercambio del polo norte con el polo sur magnéticos. Esta hipótesis se fundamenta en algunas observaciones que confirman que el campo magnético terrestre se está debilitando, pero los expertos consideran que si así fuera, este proceso duraría miles de años sin tener una fecha concreta de inicio".
Y por último se habla también de un final apocalíptico por una alineación cósmica. "La teoría de que el próximo viernes la Tierra y el Sol se alinearán con el centro de la galaxia ha generado temor en una parte de la población, por los efectos negativos que esa combinación tendría sobre el planeta", indica Usart. Pero la NASA asegura que aunque esa situación podría darse, "no entrañaría ningún peligro para nosotros.
Visto todo esto, queda claro que ni el calendario maya anuncia el fin del mundo, ni ahora mismo el planeta corre peligro por una amenaza cósmica. Para el psicólogo Juan Carlos Albadalejo la parte positiva del revuelo creado con el anuncio del final del planeta es que, "si nos planteamos el tema como un cambio de ciclo, podemos pensar que, pasada esa fecha, podremos mejorar y salir de esta crisis". Y es que en momentos de coyunturas como la actual, este tipo de profecías "se pueden usar como una terapia para ganar en optimismo".
http://www.lavanguardia.com/vida/20121216/54358021591/mundo-seguira-tras-21-12-2012.html#ixzz2Fcpzewla
“Dios es amor mejor con humor” trata de acercar El Antiguo Testamento a todos. La dosis de humor intenta facilitar la comprensión del Libro Santo. Siempre con respeto y con matices didácticos nunca pierde la parte espiritual y sensible de un conjunto de textos tan antiguos como actuales. Para traernos a un Dios que sigue con nosotros. Que nos perdona a pesar de las torpezas y debilidad del hombre. Que sigue con el pueblo elegido. Porque los elegidos somos los que nos dejamos elegir.
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