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sábado, 22 de diciembre de 2012

Milenarismo en Rascafría con Iker Jiménez

Milenarismo en Rascafría con Iker Jiménez

Si usted está leyendo esto ahora mismo es que o el mundo no se ha acabado, como habrían predicho los mayas, o en el más allá hay tabletas con wifi que le permiten leer cómodamente Libertad Digital. En atención al principio de la navaja de Ockham, según el cual la explicación más sencilla para un fenómeno suele ser la correcta, estableceremos como hipótesis que lo que vemos a nuestro alrededor es el mundo tal y como lo conocemos y que ningún cataclismo ha acabado con la civilización. En este caso dejemos claro que los mayas no se han equivocado, porque los simpáticos indígenas mesoamericanos, entre sacrificios humanos e ingesta de vísceras de guerreros de tribus vecinas, jamás predijeron que el 21 de diciembre de este año llegaría el fin de los tiempos, en medio de toda suerte de cataclismos y fenómenos cosmológicos. Pero ese pequeño detalle no iba a ser obstáculo para que legiones de descerebrados se estuvieran preparando durante meses e incluso años para el fin del mundo, que, oh fatalidad, finalmente no se ha producido.
En España tenemos también nuestra cuota de adeptos a las teorías apocalípticas de este Solsticio Invernal, para los que el programa de Iker Jiménez en el canal Cuatro es la principal referencia. No deja de tener su aquel que la cadena progre por antonomasia, propiedad del grupo mediático dirigido supuestamente a las capas más avanzadas de la sociedad, concentre cada domingo frente a la pantalla a todos los frikis de España a la espera de que arranque "la nave del misterio", con el verbo reflexivo de Iker Jiménez y las acotaciones siempre pertinentes de su señora esposa, doña Carmen Porter.
El pasado domingo, último antes de la consumación de los tiempos, Iker dedicó buena parte de su espacio a explicar a su selecta audiencia los términos exactos del ultimátum de los mayas para que el fin del mundo no los cogiera mal informados. Por supuesto, Iker no se pronuncia acerca de los disparates que ofrece a su audiencia, para que se vea que es un investigador y divulgador exquisitamente imparcial. Así pues, si aparece un descerebrado diciendo que se ha pulido la herencia familiar para fabricarse un búnker en una montaña donde bajan periódicamente a repostar los ovnis, el gran Íker simplemente ofrecerá a los espectadores esos hechos para que sean ellos los que juzguen, sin que la opinión del presentador pueda perturbar su libre juicio.
En la clasificación mundial del friquismo, los franceses se han revelado como los vigentes campeones de Europa, con un pueblecito llamado Bugarach convertido en capital mundial de la oligofrenia. El ya famoso lugar, con una montañita a la que iban a llegar los ovnis para rescatar del apocalipsis a los que estuvieran en ese momento haciendo picnic en la cima, se encuentra casualmente muy próximo a Cataluña, dicho sea sin más pretensión que ofrecer una referencia espacial. Pero como no todos los creyentes en las teorías de la Nueva Era pueden permitirse un viaje de esas características, Iker Jiménez ofreció en su programa, disimuladamente, una alternativa más cercana. Se trata de Rascafría, encantadora localidad del noroeste madrileño por la que los extraterrestres parecen tener cierta debilidad, lo que la convierte en muy propicia para construir un señor búnker en sus inmediaciones.
Iker ni entró ni salió en la sensatez de invertir veinte mil euros en una construcción de estas características, pero ahí quedó el dato de esta posible vía de salvación para el que quisiera aprovecharla. El ingeniero responsable de la construcción de la mayoría de estas instalaciones para evitar el fin del mundo confesó que, en algunos casos, había construido un búnker con unas asas de hormigón armado, de manera que los ovnis pudieran llevarse a los terrícolas afortunados sin necesidad de que los extraterrestres realizaran nuevas excavaciones y retranqueamientos para colocar las plataformas homologadas de transporte intergaláctico.
Y al final tanto esfuerzo y dinero para nada. Salvo que un investigador despojado de los prejuicios de la ciencia formal y su metodología esclerotizante descubra un error en la interpretación de las leyendas mayas y demuestre que, en realidad, el fin del mundo está fijado para, pongamos, dentro de dos años. Esa semana Iker Jiménez anunciará la buena nueva a sus espectadores de mente abierta ante la mirada siempre sonriente de Carmen Porter. Por supuesto, sin que ninguno de los dos tome partido a favor o en contra. Sus colegas de la cadena dedicados a la información política deberían tomar buena nota de este ejemplo sublime de imparcialidad.
http://www.libertaddigital.com/chic/2012-12-22/pablo-molina-milenarismo-en-rascafria-con-iker-jimenez-66845/
 

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