El nivel del mar ha subido casi siete centímetros en las últimas dos décadas
El Cambio Climático ha vuelto a la escena mediática. Sin duda, la importancia del huracán Sandy en el resultado de las últimas elecciones presidenciales en Estados Unidos ha devuelto a la ciencia climática, si no al nivel que tuvo las fechas previas a la Cumbre del Clima de Copenhague, a cotas muy cercanas. Y la comunidad científica está sabiendo aprovechar la oportunidad de cara a la Cumbre del Clima de Doha (Qatar), cuyas reuniones técnicas ya han dado comienzo a la espera de la llegada de los ministros y jefes de Estado y de Gobierno el próximo día 5 de diciembre.
Hace apenas una semana, científicos del Departamento de Geociencias de la Universidad de Princeton (EEUU) presentaban el primer mapa del deshielo de Groenlandia. Sus resultados, basados en datos tomados por satélite de cómo afecta el derretimiento de hielo a la gravedad terrestre, indicaban que había perdido casi 200.000 millones de toneladas de masa cada año a causa del calentamiento global.
Ahora, por primera vez, los científicos climáticos han querido poner en común todos los datos de deshielo en los casquetes polares continentales registrados durante las últimas dos décadas mediante ese y otros métodos diferentes para que puedan ser comparados. La Antártida y Groenlandia se han estado derritiendo a velocidades cada vez mayores durante la última década, lo que ha generado una gran confusión y preocupación entre los investigadores sobre todo por el efecto que puede tener sobre el nivel del mar.
Un aumento de siete centímetros desde 1992
Desde 1998, los científicos han publicado por lo menos 29 estimaciones distintas de la cantidad de capas de hielo han contribuido a la subida del nivel marino. Y los resultados oscilaban entre 1,9 milímetros por año y 0,2 milímetros anuales.
La nueva estimación, realizada por decenas de los más prestigiosos científicos climáticos del mundo y recién publicada en la revista 'Science', sitúa la contribución de la fusión del hielo de Groenlandia y la Antártida en una media de 0,59 milímetros desde el año 1992, con una posibilidad de error de 0,2 milímetros por año, según citan en la investigaión.
El estudio también recoge que los niveles globales del mar han subido unos 3,3 milímetros por año durante ese período de tiempo. Lo que sitúa el aumento en casi siete centímetros en las últimas dos décadas. La diferencia se debe en gran parte a la expansión de unas aguas oceánicas cada vez más cálidas.
"Nuestras estimaciones de pérdida de hielo en las capas continentales son las más fiables realizadas hasta la fecha y suponen la evidencia más clara de la historia sobre la fusión de hielo en estas masas", aseguró en una teleconferencia con periodistas Andrew Shepherd, investigador de la Universidad de Leeds (Reino Unido) y autor principal del estudio publicado en 'Science'.
Mezclar manzanas con manzanas
"Además, termina con 20 años de incertidumbre sobre los cambios en las masas de hielo de Groenlandia y de la Antártida", dijo Shepherd. "El registro pretende ser la base de datos de referencia para los científicos climáticos que quieren usarla a partir de ahora".
La investigación examina los tres métodos que se habían utilizado para medir el deshielo por los distintos grupos dedicados a ello y establece unos criterios comunes que permiten a los científicos descartar algunas observaciones atípicas y demostrar que los resultados obtenidos son correctos, teniendo en cuenta las incertidumbres aceptadas de los métodos.
"Ofrece una imagen más simple", dijo Benjamin Smith, científico del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad de Washington (EEUU). "En la década de 1990, no ocurría casi nada. Alrededor de 1999, las capas de hielo comenzaron a perder masa, y, probablemente, con el tiempo han estado perdiendo masa cada vez más rápidamente".
La investigación pone en sintonía las tres formas que existen de medir la fusión de hielo. El primer método tiene un enfoque contable, que combina los modelos climáticos y las observaciones para observar la ganancia o la pérdida de hielo. Los otros dos métodos utilizan satélites para medir con mucha precisión tanto la altura, como la fuerza gravitacional de las capas de hielo, para calcular la cantidad de hielo presente en un punto determinado.
"Por fin se han puesto todos en común", dijo Ian Joughin, de la Universidad de Washington. "Ahora, estamos comparando manzanas con manzanas".
Los autores defienden que entender por qué las capas de hielo han estado perdiendo masa cada vez más rápido en la última década es de vital importancia. La pérdida acelerada de hielo en estas masas continentales no fue predicha por los modelos, lo que hizo que el Panel Internacional sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU no pudiese estimar la cantidad máxima de hielo perdido de cara al futuro. Los líderes reunidos estos días en Doha tienen ahora una herramienta más para valorar los riesgos reales a los que se enfrenta la comunidad internacional debido al cambio climático.
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/11/29/natura/1354215799.html
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