Succionar pomos o la última fantasía nipona
La discreción les caracteriza. Las muestras afectivas, léase besos, abrazos y arrumacos varios, no son expuestas a miradas ciudadanas. Sin embargo, de puertas adentro, la vida erótica de los japoneses se vuelve cuanto menos... curiosa. Ahora los guiones de las fantasías niponas son algo así como: «si olvidaste las llaves para abrir la puerta, prueba con la lengua». Y ella procede. Luego aparece una mente artística famosa por su vanguardismo, como Ryuko Azuma y con un clic inmortaliza la escena en una fotografía. Alguien ve la instantánea y empieza a circular por la red.
Ponen un nombre a semejante práctica, «Doorknob girls», y crean más y más fotos de lánguidas japonesas al puro estilo manga que con su lengua lamen, literalmente, picaportes de puertas de diferente tamaño y forma mientras clavan la mirada en el objetivo. Pero, ¿se pueden llegar a excitar con ello? ¿Es arte o pornografía «sutil»? Porque tal vez un simple pomo no sea un instrumento fálico, pero sí lo es la postura sumisa que adoptan las jóvenes maniquíes con la lengua fuera.
Degradación
Emmanuele Jannini, miembro de la Sociedad Internacional de Medicina Sexual y secretario general de la Sociedad Italiana de Sexología, explica que «las fantasías de degradación de una posible compañera sexual es algo común en los humanos y aunque no implica necesariamente que el sujeto sea un macho chovinista o un enfermo, obviamente por comprensibles razones políticas, muchas mujeres lo encontrarán asqueroso». Y es que, según el experto, «en nuestra sociedad hemos aceptado cortar con la perversión, que en este caso de produciría siempre que el fetiche (la chica en este caso) se vea obligada a practicarla». Jannini concluye que «probablemente no es casualidad que sea un producto japonés. Muchos nipones artistas celebran la esclavitud o “bondage” y la degradación femenina».
Ponen un nombre a semejante práctica, «Doorknob girls», y crean más y más fotos de lánguidas japonesas al puro estilo manga que con su lengua lamen, literalmente, picaportes de puertas de diferente tamaño y forma mientras clavan la mirada en el objetivo. Pero, ¿se pueden llegar a excitar con ello? ¿Es arte o pornografía «sutil»? Porque tal vez un simple pomo no sea un instrumento fálico, pero sí lo es la postura sumisa que adoptan las jóvenes maniquíes con la lengua fuera.
Degradación
Emmanuele Jannini, miembro de la Sociedad Internacional de Medicina Sexual y secretario general de la Sociedad Italiana de Sexología, explica que «las fantasías de degradación de una posible compañera sexual es algo común en los humanos y aunque no implica necesariamente que el sujeto sea un macho chovinista o un enfermo, obviamente por comprensibles razones políticas, muchas mujeres lo encontrarán asqueroso». Y es que, según el experto, «en nuestra sociedad hemos aceptado cortar con la perversión, que en este caso de produciría siempre que el fetiche (la chica en este caso) se vea obligada a practicarla». Jannini concluye que «probablemente no es casualidad que sea un producto japonés. Muchos nipones artistas celebran la esclavitud o “bondage” y la degradación femenina».
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