Descripción en lenguaje coloquial:
La filariasis es una enfermedad tropical, parasitaria, infecciosa causada por la filaria, un gusano nematodes (en forma de hilo), extremadamente rara en los países occidentales. La filariasis es el tipo más común de elefantiasis (tumefacción enorme generalmente de genitales y piernas) y fue la primera enfermedad en que se probó su transmisión por insectos. Primero se demostró la presencia de microfilaria o forma larvaria en orina, luego en sangre periférica, posteriormente se descubrió la forma adulta y finalmente Patrick Manson, en 1878, observó el desarrollo de Wechereria bancrofti en mosquitos. La filariasis es endémica (endemia, enfermedad generalmente infecciosa, constante en ciertos países por influencias de una causa determinada) en muchos países tropicales y subtropicales de Asia, Africa y América Central y del Sur. Las filarias responsables del cuadro clínico son de diferentes especies: Wechereria bancrofti, Onchocerca volvulus, Brugia malayi y Brugia timori. Afecta con mayor frecuencia a la población adulta, entre 25 a 40 años, siendo especialmente propensos quienes padecen malformaciones linfáticas. Se consideran como factores que aumentan su incidencia: el clima y los desastres naturales como huracanes y terremotos, el incremento de la urbanización y la industrialización descontrolada, con pobres infraestructuras, especialmente de la red de saneamiento. La larva del parásito es transmitida a los seres humanos por la picadura de un mosquito infectado. Las larvas invaden el sistema linfático donde maduran y se reproducen. Las microfilarias circulan en linfáticos y sangre de donde son tomadas por especies de mosquitos hematófagos. La patogenia (mecanismos de producción de enfermedad) no está clara. Se cree que los síntomas aparecen como respuesta inflamatoria a la parasitación por los gusanos adultos o las microfilarias. Deben tenerse en cuenta factores secundarios como sobreinfección bacteriana, tipo de HLA (antígenos de compatibilidad de los tejidos), estado nutricional y exposición intraútero a microfilarias. Clínicamente se caracteriza por una fase inicial con fiebre, linfangitis (inflamación de los vasos linfáticos) y elefantiasis. En la fase inicial, después de la inflamación, la parte infectada se mantiene edematosa (edema es la acumulación excesiva de líquido seroalbuminoso en el tejido celular), en sucesivos ataques la hinchazón va aumentando de tamaño y se mantiene por la hipertrofia (desarrollo exagerado de un órgano) del tejido conectivo (tejido de sostén y unión de otros tejidos y partes del cuerpo). A consecuencia del gran edema la piel es muy vulnerable a los traumatismos y las infecciones. El estadio crónico de filariasis linfática se desarrolla unos 10 a 15 años después de la infección, pudiendo progresar a fibrosis (proliferación del tejido conectivo fibroso) de los vasos linfáticos con obstrucción del flujo de la linfa. Aparece linfadenopatía (término general de la enfermedad de los vasos linfáticos) secundaria a la obstrucción linfática crónica, que mantenida por mucho tiempo puede causar elefantiasis en el 10% de los pacientes. La elefantiasis afecta sobre todo a las extremidades inferiores; mientras que orejas, áreas periorbitarias, mucosa oral y muñones de amputación raramente están afectados; aunque dependiendo de la especie de filaria, se afectan preferentemente unas zonas u otras, así Wechereria bancrofti provoca elefantiasis de piernas, brazos, vulva y mamas, mientras que Brugia timori afecta menos a genitales.
Las formas más frecuentes son:
“Dios es amor mejor con humor” trata de acercar El Antiguo Testamento a todos. La dosis de humor intenta facilitar la comprensión del Libro Santo. Siempre con respeto y con matices didácticos nunca pierde la parte espiritual y sensible de un conjunto de textos tan antiguos como actuales. Para traernos a un Dios que sigue con nosotros. Que nos perdona a pesar de las torpezas y debilidad del hombre. Que sigue con el pueblo elegido. Porque los elegidos somos los que nos dejamos elegir.
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