Los alimentos con más del 1% de transgénicos deberán advertirlo en la etiqueta
BRUSELAS.- Los alimentos que incluyan en su composición hasta un 1% de organismos transgénicos deberán especificarlo en su etiquetado, según la normativa de la UE que entró ayer en vigor.
El límite del 1% tiene como objetivo pasar por alto la presencia accidental de transgénicos en los alimentos convencionales, según fuentes comunitarias. La Comisión argumenta que en algunas ocasiones se utilizan los mismos medios de transporte para cargamentos de productos modificados y de productos convencionales, lo que provoca, a menudo, la contaminación involuntaria de estos últimos, según informa Efe.
También entró ayer en vigor la ampliación del etiquetado de productos transgénicos a los aditivos y a los aromas que los incluyan en su composición, una medida que afectará a una amplia gama de alimentos. Un ejemplo es la lecitina de soja o el almidón de maíz, utilizados en numerosas marcas de chocolate que ahora tendrán que especificarlo en sus etiquetas.
NUEVA YORK.- La Academia Nacional de las Ciencias de Estados Unidos ha vuelto a considerar seguras las cosechas de alimentos genéticamente modificados, pero ha alertado al gobierno norteamericano para que redoble su vigilancia: hay que evitar riesgos potenciales para la salud, las alergias y la creación de resistencias antibióticas en muchos microorganismos.
«No hemos encontrado distinciones entre los riesgos que producen para la salud las plantas que han sido modificadas genéticamente y las que se producen de forma convencional. Que las cosechas sean transgénicas no las hace peligrosas», ha reconocido Perry Adkisson, el director del Centro Nacional de Investigación, que ha realizado el estudio y que ha prestado mucha atención a los riesgos de los alimentos cuyo genoma ha sido alterado en un laboratorio en el medio ambiente.
Los defensores de estos alimentos como el tomate, el plátano y el trigo transgénicos aseguran que son la garantía de que grandes cantidades de la población mundial no se mueran de hambre. Afirman que sirven para potenciar el crecimiento de muchos productos en regiones del mundo donde es imposible su cultivo.
En la actualidad, unos 28 millones de hectáreas de cultivos en Estados Unidos son genéticamente alteradas y su uso divide a los agricultores, a los consumidores y a muchos expertos que consideran que existen riesgos desconocidos potencialmente muy peligrosos.
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