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miércoles, 7 de diciembre de 2011

La evidencia científica tras los alimentos y complementos dietéticos más populares

FrutasLa evidencia científica tras los alimentos y complementos dietéticos más populares

Por: Esther Samper
Que si el café podría ser bueno para la diabetes, que si los Omega 3 ayudarían a prevenir las enfermedades cardiovasculares, que si el consumo de ajo podría ser recomendable para reducir el riesgo de cáncer… Titulares clónicos como éstos están a la orden del día en los medios de comunicación. Son los “comodines” del periodismo sanitario. Si un día no sabes de qué escribir o no hay nada relevante de actualidad en el ámbito sanitario siempre puedes recurrir a un alimento y hacer una noticia sobre lo último que se ha investigado sobre sus beneficios saludables. Siempre tendrás garantizado el material porque estudios como esos salen como churros y si se trata de un alimento muy consumido será una noticia bastante leída.

El principal inconveniente es que la amplia mayoría de los estudios sobre los beneficios para la salud de los alimentos o complementos dietéticos son estudios ecológicos y estudios sobre animales o in vitro en el laboratorio. En el segundo caso, es difícil extrapolar los resultados a seres humanos hechos y derechos y, en muchos casos, no tienen por qué coincidir.

En el primer caso, los estudios ecológicos son estudios de poblaciones grandes en el que puedes encontrar correlación pero no causalidad. Para que quede claro cristalino voy a poner un ejemplo ficticio: Hago un estudio con 3.000 personas a las cuales les hacemos una encuesta de su dieta y también sobre la aparición de distintas enfermedades. Tras un análisis estadístico de los resultados, observamos que las personas que consumen más ajo parece que significativamente tienen menos cáncer.
Existe pues, correlación o asociación entre el consumo de ajo y una menor aparición de cáncer, pero eso no quiere decir que exista causalidad (el ajo protege frente al cáncer). Así por ejemplo, podría ser que la razón por la que las personas que consumen más ajo tienen menos cáncer se debe, en realidad, a que llevan un estilo de vida más sano, hacen ejercicio diario, tienen una dieta más sana, etc…
Debido a todo lo anterior, hay que ser cautelosos a la hora de poner titulares a partir de esos estudios, cosa que muchas veces no sucede por no saber distinguir correlación de causalidad. Y, así, tenemos bonitos y exagerados artículos periodísticos sobre pepinos, ajos, puerros y verdulerías varias que lo que más demuestran es la importancia de tener una mínima formación en ciencias para escribir sobre ciencia. Además, no suele pasar mucho tiempo hasta que aparecen nuevos titulares contradictorios con los anteriores que ponen de manifiesto la escasa evidencia científica real que hay sobre el asunto.
Para no volvernos locos en ese maremágnum constante de datos sobre las propiedades beneficiosas de determinados alimentos, David McCandless, Andy Perkins y colaboradores acuden a nuestro rescate. Han hecho una completa revisión bibliográfica de alrededor de 1500 estudios aleatorizados y doble ciego (utilizando
PubMed y Cochrane) sobre los complementos dietéticos y alimentos más utilizados para prevenir ciertas enfermedades: Snake oil? The scientific evidence for popular health supplements.
Los han representado de la siguiente manera: A mayor diámetro del círculo más popular es el mismo y cuánto más arriba en la gráfica está el círculo, más sólida es la evidencia científica para uno o más beneficios para la salud (se ve haciendo click en el círculo). Además, en el lado derecho de la web, se puede seleccionar por enfermedades o por tipos de complementos dietéticos o alimentos. Como puede observarse, la amplia mayoría de los alimentos y suplementos tienen detrás una evidencia científica escasa, conflictiva o nula para muchas de sus supuestas propiedades. A modo de curiosidad, el suplemento dietético con mayor respaldo científico a sus espaldas es el ácido fólico, que se sabe (por incontables estudios) que protege al feto frente a diversas malformaciones congénitas (especialmente del sistema nervioso) si se toma antes y durante el embarazo.

En fin, una maravillosa guía nutricional tan visual como científica que conviene tener a mano. Por supuesto, tendrá que actualizarse con el tiempo y es algo simple en algunos aspectos pero les será de mucha utilidad como chuletilla frente al típico artículo comodín alimentario y frente al cantamañanas de turno. Por citar un interesante caso particular, vemos que los supuestos beneficios de las bayas de goji (que algunos venden como la panacea universal) están escasamente respaldados por la ciencia.

http://blogs.elpais.com/la-doctora-shora/2011/11/la-evidencia-cientifica-tras-los-alimentos-y-complementos-dieteticos-mas-populares.html

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