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jueves, 28 de julio de 2011

Mapamundi de las hepatitis

Mapamundi de las hepatitis

Coincidiendo con el Día Mundial de las Hepatitis, The Lancet publica un artículo en el que se detallan las primeras estimaciones mundiales de la prevalencia de la hepatitis B (VHB) y la hepatitis C (VHC) en los usuarios de drogas inyectables (UDI). Según los datos, hay unos 10 millones de usuarios de drogas inyectables en el mundo que se cree que han sido expuestos al VHC (rango de 6 a 15 millones); es decir, casi el 67% de la población mundial de UDI. En cuanto al VHB, se estima que habría 1,3 millones infectados por el VHB (rango de 0,3 a 2,7 millones).

«Las políticas de salud pública para dar una respuesta a la transmisión sanguínea del VHC y VHB en los usuarios de drogas inyectables se ha centrado principalmente sobre las personas portadores del VIH. Sin embargo, aunque hay que mantener y fortalecer dichas políticas, es preciso dar a las hepatitis la atención que por sí mismas se merecen», explican los coordinadores del artículo, Louisa Degenhardt, del Instituto Burnet de Melbourne (Australia), y Paul Nelson, de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia).
Los medicamentos para el VIH están ya al alcance de algunas personas que viven en los países de escasos recursos gracias a los esfuerzos globales y han mejorado sustancialmente su calidad de vida. No obstante, según el artículo, aunque cada vez se hacen un mayor esfuerzo para lograr el acceso a bajo coste a los tratamientos de las hepatitis, todavía su acceso no es tan habitual como en el caso del VIH.
Resolución OMS
Los esfuerzos a los que se refieren los autores del trabajo son, por ejemplo, la resolución sobre las Hepatitis Víricas aprobada por la 63ª Asamblea Mundial de la Salud en 2010, en la que la Organización Mundial de la Salud (OMS) se comprometió a «colaborar con otras organizaciones del sistema de las Naciones Unidas, asociados, organizaciones internacionales y otras partes interesadas en la mejora en el acceso a los tratamientos para las hepatitis en los países en desarrollo».

Pero el acceso a los tratamientos para las hepatitis también debe mejorarse en los países de altos ingresos; se calcula que sólo una pequeña parte de las personas que podrían beneficiarse está recibiendo el tratamiento. No hay que olvidar que alrededor del 80% de las personas expuestas al VHC tendrán infección crónica, y que el 3% de éstas desarrollarán cirrosis hepática en 20 años, con los consiguientes riesgos de insuficiencia hepática y cáncer hepático.
VHB en niños
El VHB se transmite a través de la vía parenteral, sexual y de madre a hijo. Alrededor del 5% de los adultos expuestos al VHB desarrollan hepatitis B crónica, en comparación con el 90% de los niños, por eso la mayoría de los 350 millones de personas crónicamente infectadas en todo el mundo se infectaron durante la infancia. Esa es también la razón por la que vacunación infantil universal contra la hepatitis B es tan crucial para el control a largo plazo de este virus, que es el segundo más importante en cuanto al desarrollo de cáncer en los seres humanos, después del tabaco. La cirrosis y la muerte por cáncer de hígado son importantes consecuencias de la infección por el VHB, y se producen en aproximadamente una cuarta parte de los infectados de forma crónica.

VHC en España
Los datos del estudio muestran que el 60% de los UDI tenían anticuerpos anti-VHC en 25 países, entre ellos España (80%), Noruega (76%), Alemania (75%), Francia (74%), EE.UU. (73%), China ( 67%), Canadá (64%). Las cifras son mayores en países como Italia (81%), Portugal (83%), Pakistán (84%), Países Bajos (86%), Tailandia (90%) y México (97%). El Reino Unido (50%), Nueva Zelanda (52%) y Australia (55%) tuvieron una prevalencia más baja, mientras que se calcula que China (1-6 millones), EE.UU. (1-5 millones) y Rusia (1-3 millones de dólares) contienen las mayores poblaciones de UDI infectados con el VHC.


A juicio de los autores, los esfuerzos para prevenir, tratar y reducir los daños relacionados con la enfermedad hepática en los usuarios de drogas son esenciales, especialmente en situaciones en las que se ha controlado la infección por VIH. «A pesar de todo, el tratamiento del VHC esta infrautilizado... Y una de las razones de ello radica en el coste de los medicamentos, que es un importante obstáculo para aumentar la cobertura del tratamiento en países de bajos recursos».
Los autores subrayan que no sólo se han descuidado la prevención, tratamiento y atención de las hepatitis, sino también la vigilancia de la epidemia: «Hemos hecho los mayores esfuerzos para identificar los estudios más representativos de UDI en todos los países, pero hay una variación considerable en la calidad y actualización de los estudios, lo que es reflejo en ocasiones de una cierta pasividad en la vigilancia de las hepatitis entre las personas que se inyectan drogas». Y subrayan que hasta que no haya un esfuerzo más coordinado y sostenido para entender y responder a la hepatitis, se mantendrán las incertidumbres en cuanto a las estimaciones de la magnitud del problema y la mejor manera de responder».
Salud Pública
En un comentario relacionado, Joseph Amon, Human Rights Watch, (EE.UU.) reconoce que «las grandes variaciones que hay entre los países en cuanto a la incidencia de las hepatitis B y C entre usuarios de drogas con VIH demuestran que éstas no son inevitables. Por otra parte, los datos proporcionan una forma útil para advertir a los gobiernos de los países con una baja prevalencia sobre los posibles costes (económicos y humanos) de no poner en marcha, o mantener, programas de prevención e información eficaces basado en los derechos humanos».

En su opinión, este estudio ofrece los datos suficientes como para «llamar la atención sobre el problema de las hepatitis en las personas que consumen drogas».
http://www.abc.es/salud/noticias/mapamundi-hepatitis-9787.html

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