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jueves, 28 de julio de 2011

El drama del trasplante en Japón

La familia Nakazawa sostiene una foto de su hijo fallecido. (Foto: AFP)El drama del trasplante en Japón

  • La normativa nipona es muy restrictiva y exige un doble consentimiento para donar
  • Además, establece que los menores de 15 años no pueden ser donantes
  • Desde 1997, sólo se han llevado a cabo 81 trasplantes en el país asiático
MADRID | TOKIO.- El pequeño Sotaro murió cuando tenía un año, víctima de un doble 'handicap': haber nacido con una malformación cardiaca y en Japón, un país donde está prohibida la donación de órganos por debajo de los 15 años.
"Si mi hijo hubiera nacido en Estados Unidos, habría entrado en lista de espera para un trasplante y sin duda estaría todavía vivo". Seis meses después de la muerte de su hijo, Keiichiro Nakazawa sigue fuertemente descontento con los políticos de todo signo de su país.
"Habían dicho que reformarían la ley, pero no han hecho nada durante más de diez años. Y en ese tiempo, decenas de miles de niños y adultos han muerto esperando un trasplante", subraya.
Cuatro enmiendas sobre la citada ley se encuentran actualmente en discusión en el Parlamento japonés y se espera una votación al respecto para la próxima semana.
Después de que se adoptara la ley sobre trasplantes de órganos en 1997, sólo se han realizado 81 trasplantes en Japón, aunque se sabe que cada año varios miles de ciudadanos nipones son intervenidos en Estados Unidos y Europa.
Hoy en día, más de 12.000 pacientes esperan recibir un órgano en el archipiélago, donde, cada año, unas 10.000 personas son declaradas en muerte cerebral. En ese estado, el organismo puede mantenerse artificialmente en funcionamiento para permitir el trasplante de uno o varios órganos.
Este desequilibrio se debe a las exigencias de la ley japonesa. Además de una edad mínima de 15 años, la normativa nipona especifica que el donante potencial debe haber registrado previamente por escrito su intención y que la familia debe dar asimismo su consentimiento.
"La ley japonesa es sumamente restrictiva", comenta a elmundo.es Rafael Matesanz, coordinador de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). "Las trabas se deben principalmente a motivos religiosos y culturales, que no aceptan el concepto de 'muerte cerebral'", añade este especialista.

Un privilegio para unos pocos

Los que disponen de medios económicos van a operarse al extranjero, principalmente a Estados Unidos, donde un trasplante cardiaco cuesta entre 1 y 1,5 millones de dólares.
Para una intervención de riñón o de hígado, los japoneses acuden, sobre todo a China o a Filipinas, donde el tráfico de órganos es un negocio floreciente.
Precisamente Matesanz acaba de participar en Kuala Lumpur (Malasia) en un encuentro organizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para mejorar los sistemas de donación de órganos en el área del Pacífico Occidental.
Según explica, esta región del mundo está a la cola de todos los sistemas de trasplante. "Pese a que el 60% de la población mundial vive allí, sólo se producen el 2% de las donaciones de cadáver", subraya.
Con todo, este especialista aclara que en los últimos años se han producido importantes avances en la zona. "Tanto Filipinas como China han establecido una legislación que prohíbe la venta de riñones, lo que supone un paso muy importante", apunta.
"Aunque queda mucho por hacer, el objetivo de la Organización Mundial de la Salud es lograr la eliminación del 'turismo de trasplantes' y la autosuficiencia de cada país", recuerda Matesanz.
De momento, Australia, Reino Unido y Alemania han anunciado que, en el futuro, rechazarán a pacientes japoneses que pretendan someterse a un trasplante en su país.

Cambio de legislación

El parlamentario Taro Kono, que donó parte de su hígado a su padre en 2002, ha puesto en marcha una enmienda que pretende abolir tanto el límite de edad como el sistema de doble consentimiento. Su intención es que, sin necesidad de un documento escrito, cualquier persona se considere en principio como donante potencial, salvo que su familia se oponga en el último momento.
Las otras tres enmiendas que se discuten en el Parlamento contemplan reducir a 12 años la edad mínima de los donantes y reforzar la definición de 'muerte cerebral'.
"En este país, hace falta aceptar el hecho de que la muerte cerebral es una muerte verdadera", añade Tsutomu Saji, profesor universitario de pediatría.
"Sin duda, hace falta un cambio de legislación", remarca Matesanz, que recuerda que, precisamente por la falta de donantes, el número de personas que precisan diálisis en Japón supera en 12 veces al de España.
En colaboración con la OMS y la Sociedad Internacional de Trasplantes, la ONT trabaja en una guía con recomendaciones para mejorar los sistemas de trasplante de todo el mundo.
"Queda mucho por hacer. Hoy en día se hacen 100.000 trasplantes al año y las estimaciones hablan de una necesidad real de un millón de órganos", concluye Matesanz.
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2009/06/12/medicina/1244831596.html

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