CAPÍTULO 23: PROVERBIOS, CUANDO SALOMÓN DABA RIENDA SUELTA A SU TALENTO
-« La parole est d'argent et le silence est d'or »…
-¿Y eso ?...-Preguntaron al rey Salomón que era un rey tan sabio tan sabio.
-Hablo francés.
-No sé si eso es normal, don rey.
-Y porque no me has oído en alemán.
-Te temo más que a un nublao…-Comentó por lo bajini otro de sus colegas. Habían formado un grupo de sabios. Se dedicaban a hacer cosas de sabios. Las cosas normales que hacen los sabios.
-¿Nada?
-No. Piensan. Meditan. Y también se lo pasan bien. Menudo es el rey Salomón.
-Vamos a comenzar una forma de comunicación. Vamos a llamar a esto “libros sapienciales”. Serán los libros que haremos nosotros los sabios. Que para eso somos ilustrados y sabelotodos.
Los amigos de Salomón, los lumbreras, quienes le ayudaban a hacer estas virguerías eran normalmente gente de la corte, sacerdotes, funcionarios reales, personas bien formadas y que habían estudiado mucho y profundamente.
-Y somos moralistas y humanistas. Y tenemos que enseñar a la gente. Para que el resto del pueblo se culturice y eso. Que si no...acabaremos mal.
-Vale, pues hagamos los proverbios. Así la gente no tendrá que molestarse mucho para aprender. Y hasta quizás aprendan.
-Sí. Son muy mulos.
-No hay que generalizar. Habrá sus excepciones.
-También es verdad. Tienes más razón que un venerable.
-Pues manos a la obra. Porque los libros sapienciales serán los proverbios, el Eclesiástico, Eclesiastés, Sabiduría y El Cantar de los Cantares.
-¡¡La madre del cordero!!
-No. El Cantar de los Cantares.
-¡El colmo do los colmos!
-El Cantar de los Cantares…
-Pues lo que yo decía.
-La sabiduría en estos libros es un don del alma. Tenemos que convencer para actuar correctamente…-Decía muy persuadido el rey Salomón. Pero en esto otro sabio que era un poco ecuménico, ecléctico y enigmático decía:
-¿Pero qué es lo correcto? ¿Y si lo que creemos que es correcto no lo es? ¿Y si lo que creemos que es malo no es tan malo o sólo lo es porque es simplemente diferente?...
-¿…Y si te meto una guaya que te dejo tonto?-Respondió el rey que no se andaba con chiquitas.
Así que, como hicieron antes con los salmos, el grupo de sabios que era más numeroso, se juntaba primero una vez a la semana, normalmente el viernes por la tarde, si no había partido. Luego todos los viernes por la tarde, porque probablemente los partidos dejaron de ser divertidos. Luego casi todas las tardes en el despacho oval del rey.
Los proverbios corrían por la sabiduría popular. Todo el mundo tenía sus proverbios populacheros. Pero estos nuevos eran más cultos. Más metafóricos. Más trabajados.
-Vamos a dividir el libro en partes. Vayamos por partes. El que parte y reparte se queda con la mejor parte…
-Sí, y nos repartimos el trabajo. Cada uno a lo suyo. Cada uno en su casa y Dios en la de todos.
-Sería interesante…-Reflexionaba el don rey mesándose la barba, en actitud de pensar- invitar a seguir la sabiduría. Vamos a explicar por qué escribimos esto.
-¿Porque no tenemos nada mejor que hacer?
-Habla por ti so destripaterrones…
-¡Uy lo que me ha dicho!- Entre los sabios había de vez en cuando sus “tira y afloja”. Pero Salomón intervenía.
-No. Debemos pedir que se sea sabio para que se vea lo bueno que es vivir con sabiduría y los bienes que da y lo tonto que se es vivir sin sabiduría. Como tontucios.
-Es que cuando se actúa sin sabiduría…es que se hace el ridículo un montón. Y no es nada cool.
-Ni estético.
-Ni paradigmático.
-No seas cursi. También se hablará de la mujer buena. Que hay muchas.
-Tu madre…-Replicó un sabio.
-O la tuya…-Contestó el que hablaba antes.
-No. Todas esas mujeres a las que hemos querido….”to all the girls I´ve loved befoooooore”
-Eso es una canción que ha cantado Julio Iglesias.
-De Willie Nelson
-Puede ser. Salvo que todavía no han nacido.
-Quien sabe…
-Pues va a ser que sí…-Se pusieron a cantar:
“…to all the girls I´ve loved before, to all the girls I once caressed, and may I say I´ve held the best, for helping me to grow, I owe a lot I know, to all the girls I´ve loved before…”
-Sí…muy bonita. Pero dejad de cantar.
-Necesitamos que llueva.
-Dejadlo así. Ya os estáis dispersando. Vamos al turrón. También hay que hablar de que tenemos que apartarnos de la pereza.
-¿De la cerveza?
-No. Y hay que hablar bien.
-¿Sin faltas gramaticales?
-No. Sin calumniar ni insultar ni eso. Y sin decir mentiras.
-De la pobreza y la riqueza. Que hay muchos ricos que se las traen.
-Más bien que se las llevan.
-Pues eso. De los perezosos. Los vagos.
-Qué vergüenza ser vago, vago.
-Pero no por mucho madrugar amanece más temprano.
-No. A quien madruga, Dios le ayuda.
-Pues hay para todos.
-Ya te digo…
-De la prudencia. Hablemos de la prudencia. ¿Ande yo prudente y ríase la gente?
-Podría ser, pero no. Ése es otro.
-Vale. ¿Más vale prevenir que amamantar?
-Que curar…-Acabó correctamente otro sabio.- Al más prudente cede el más potente…sería mejor.
(CONTINUARÁ...)
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