DIOS ES AMOR, MEJOR CON HUMOR

martes, 28 de diciembre de 2010

LA EPIDEMIA DE PAJARITOS SUICIDAS SE CURA CON UN CÓCTEL EN SPRAY

LA EPIDEMIA DE PAJARITOS SUICIDAS SE CURA CON UN CÓCTEL EN SPRAY

Ayer iba conduciendo hasta mi trabajo, como de costumbre. Escuchando música y saludando a los radares que te controlan y te ponen zancadillas para que no corras. Claro que hay radares que no te ponen zancadillas ni nada. Te ponen sólo una multa. Y te acuerdas de todos los antepasados de quienes los fabricaron. Pero tienen razón. El acelerador no debería dejarse llevar. Pero el acelerador sólo cumple órdenes.
-Si me estás pisando la cabeza todo el rato no te quejes luego...
-Tienes razón...-Respondí yo.
La mañana era muy bonita. Había un sol naranja que tomaba té al limón. Se había comprado unas gafas bifocales y leía un libro. Posiblemente uno que trataba sobre el olimpo.
Las nubes se apartaban bailando una polka y maquillándose los párpados. Con colores pastel que se comían entre ellos. Colores antropófagos. Aritméticos. Anacrónicos. Colores que comían de todo. A quienes la operación bikini no les importaba ni un pepino.
Pepino, que es lo que comen quienes se lanzan a dicha operación. Y es lo que a mí me gusta también. Pero yo no hago operaciones. Las matemáticas se me dieron siempre garrafal. Que le den a los bikinis. Yo me voy a bañar desnuda. O con traje de buzo. O disfrazada de plátano. Ya veré.
Pero no nos desviemos, iba yo así tranquila, sumergida en mis pensamientos cuando de repente, algo se acercó al parabrisas. Pensé que era un meteorito. Pensé que era un mosquito. Pensé que sería un agujero negro convertido en monje budista. Pero no. Era un pájaro que se había estrellado contra mi coche.
Me eché a la derecha aturdida. Y paré para ver qué pasaba. Qué podía hacer por el pobre animal que yacía en la parte delantera de mi vehículo japonés.
El pajarito sólo dijo unas palabras pequeñas. Dijo que era un camicace y que quería alcanzar el paraíso con su suicidio. Que se suicidaba por amor. Que estaba cansado de vivir en un mundo raro. En un mundo agujereado por el insomnio y por las presiones del euribor. Y por la crisis de los concursos de televisión. Que le daba la gana morirse y no se hable más.
Yo tomé al pajarito con mucho cuidado y lo coloqué en una caja mortuoria que llevaba en mi maletero. Siempre llevo cajas mortuorias en mi maletero. Nunca se sabe. Lo enterré al lado de un jaramago. O era una amapola. O una mata de tomates. O un ciprés. La botánica tampoco es lo mío. Volví a subir a mi coche y mi día de trabajo rutinario comenzó. Pero el pajarito revoloteaba en mi cabeza. Alrededor de mis pensamientos. A veces era un pajarito, a veces era una mosca cojonera. No estaba segura.
Cuando me tocó volver a casa lo hice. Al llegar a mi cocina, después de haberme dado una ducha y cambiado de ropa, decidí prepararme una sopa. Cuando el agua estaba en ebullición algo se coló por la ventana. Me asusté. No supe si sería un ángel, una gota de lluvia o un extraterrestre. Pero fue a parar exactamente al agua hirviendo. Era otro pajarito. Empecé a asustarme. Sólo escuché sus últimas palabras: “me suicido en nombre del amor. No te aconsejo que hagas sopa ahora. Cambia el agua. Y no sufras nada porque el agua hirviendo no me afecta. Pero quiero acabar con este desatino. Díselo al mundo.”
Menuda faena. No sólo me quedaba sin sopa sino que tenía que anunciar al mundo la epidemia de pájaros suicidas. ¿Y qué significaba que tuvieran la manía de suicidarse en mi casa o en mis dominios? Intentaban decirme algo. Pero no sabía qué exactamente.
Tomé el cuerpo del animalito con las plumas mojadas y casi cocinadas…y le di correcta sepultura. Tenía una maceta con menta que me regaló mi padre. Le hice un agujerito con una cuchara y metí ahí al animal. Ni que decir tiene que le puse encima un palito de color rosado. Para que se supiera que ahí descansaba infinitamente.
Me hice otra sopa. Pero cerré la ventana por si acaso. Me fui al salón a tomarla viendo las noticias como siempre.
A la mañana siguiente después de levantarme fui a mi terraza a mirar cómo se presentaba el día. Me gusta ver el sol que sale, las primeras luces, respirar el aire nuevo…pero había algo mucho menos bonito. El suelo estaba empedrado con cuerpos de pájaros. Eran de diferentes colores. Violetas, rosados, anaranjados, amarillos…como un arcoiris desparramado fingiendo ser una alfombra. Había una carta. Era un suicidio colectivo. Metí los cuerpecitos en una bolsa para llevarlos a una parte digna pero de repente se evaporaron convirtiéndose en burbujas de colores. Y se lanzaron al cielo.
Me decidí a avisar a todos mis conocidos de lo ocurrido. A todos les había pasado algo así. Formamos un club para encontrarle una solución al problema. Alguien pensó que sería buena idea crear sprays en los que pondríamos antidepresivos. Y elementos que pudieran cambiarles el ánimo a los seres volantes. Podríamos llenar el aire de este antidepresivo para que hiciera efecto sobre los animalitos.
Dicho y hecho. Mezclamos ¾ partes de chocolate, porque dicen que es bueno contra la tristeza y fomenta la actividad sexual. Unas partes de extractos de ostras y aceite de jengibre. Polvo de ginseng. Jalea real. Mantequilla de cacahuete. Medio litro de estrógenos y un cuarto de kilo de andrógenos. Lo metimos en una coctelera de plata que me regaló mi madre. Lo agitamos bien. Lo echamos en los sprays que se repartieron. Cada miembro del grupo salió por su calle. Muy temprano. Nos repartimos la tarea. El aire se impregnaba de todo aquello. Era extremadamente excitante. Pero estábamos de servicio. No podíamos pensar en nada que no fuera convencer a los animales de que cambiaran de opinión. Íbamos a los sitios donde creíamos que estarían. Los árboles, los tejados, los campanarios, las pajarerías, los zoológicos…
Nos pasamos todo un día en la labor de echar aquel producto. Al día siguiente todos los del “club de los pajaritos muertos” que así nos hicimos llamar…esperamos. De madrugada hicimos una “kedada” como los moteros. Pero cada uno en su casa. Delante de las ventanas, con las antenas puestas, con las cámaras dispuestas a tomar cualquier incidencia y comunicarnos entre nosotros.
No se movían los árboles. No se movía el aire. No se movían las ideas. Estábamos al acecho como los gatos en celo. Pero sin expectativas de sexo. Que nadie se llame a equívoco.
Pasados unos minutos de aquel amanecer memorable las cosas comenzaron a vislumbrarse. Los gatos se buscaban sensuales. Los pajaritos revoloteaban contentos haciéndose la corte. Las mariposas se acicalaban las alas inventándose nuevos colores. Las abejas polinizaban frenéticamente las flores una y otra vez. Más que polinizar daba la impresión de que hicieran mantequilla. Las ramas de los árboles se buscaban huecos prohibidos para indagar placeres. Las nubes entreabrían sus orondas piernas ergonómicas en un sensual paseo por los anticiclones quienes no se resistían a entrar y hacerlas gemir.
De repente una lluvia empezó a caer. Era helado de coco. Chorreaba por el pelo, dulce, oloroso, imaginativo, denso…caía por los hombros, lo manchaba todo pero no dejaba huellas. Pero si se te ocurría saborearte, era el helado más rico jamás inventado.
El invento surtió efecto. Los pájaros no querían suicidarse. Deseaban hacer más pajaritos. Todos se querían. Se saludaban. Se besaban. El cobrador del gas besaba al moroso. El moroso besaba al director del banco que no le prestó el dinero. El director del banco besaba a su mujer. La mujer del director besaba al que repartía bombonas de gas. El repartidor besaba a la chica que vendía periódicos. La chica besaba al taxista que le compraba el periódico en huelga por la subida del carburante. La subida del carburante corría a llamar a la puerta de los poderosos para que pararan este desatino. Los poderosos no hacían caso pero se lamían entre ellos completamente enganchados al helado que caía como maná del cielo. La diferencia es que este helado era letal para ellos. Se convertían en calabacines. Y por allí se quedaban. En sus fiestas. En sus aviones privados. En sus yates. Calabacines y más calabacines. Nadie podría seguir costeando carreras políticas de corruptos. Nadie oprimiría al pueblo

EL PIE, UN DESCONOCIDO QUE NUNCA DICE LO QUE SIENTE

EL PIE, UN DESCONOCIDO QUE
NUNCA DICE LO QUE SIENTE

Una vez escuché al protagonista de una muy famosa película que nunca había leído ninguna historia dedicada al pie. Yo no recuerdo tampoco haber leído nada al respecto. Así que me puse frente a mí misma y pensé que sería una buena idea.
El pie. Ese extraño elemento que se encuentra allá abajo. Siempre en mi caso viviendo en bonitos zapatos. Me fascinan los zapatos. Como a todas las mujeres, diréis. Quizás sí. No lo sé. Ahora lo que les gusta a las mujeres no me importa. Me importa lo que les gusta a los pies.
El pie se caracteriza por ser eminentemente sabio y práctico. Toca el suelo. Con frecuencia se cansa ya que sostiene el cuerpo. Y aboga por las dietas de las alcachofas. El pie no come carne. Ni nada que venga de elementos que tengan ojos. El pie se solidariza con los ojos.
Los ojos de los pies son cuadrados. Y tienen cinco. De esta forma disfrutan de una visión panorámica. Miran a todo en todo momento. Y almacenan conocimiento en un disco duro de mucha capacidad. En un disco duro que se formatea con uvas pasas. Y con arroz tres delicias.
Los pies no tienen vida sexual. Excepto los lunes por las mañanas. Entonces su libido se despierta y se revoluciona construyendo barricadas al lado de las botellas de leche. Les gusta especialmente el sexo oral. Se pasan hablando de sexo todo el rato. Contando historias interminables hasta que llegan agotados al clímax. Se besan con las puntas de los dedos y se lanzan poemas de amor por las orejas. Tienen una actividad frenética llena de creatividad y ternura.
Se cuenta que existe un sitio a donde ellos emigran cuando llega su jubilación. Es un paraíso de pies. De pies a cabeza. A pies juntillas. Pies en polvorosa. Con los pies por delante. Pies para qué os quiero. Vestirse por los pies.
El paraíso de los pies vive en una caja de zapatos inmensa que cuelga de un meteorito azul. Es una caja brillante y bien cerrada. Allí se reúnen y juegan al golf. Deberían jugar al fútbol. Pero ellos consideran que el fútbol no es un juego para pies sino más bien para cabezas. Claro que las cabezas piensan de forma diferente. Los pies se concentran allí en la reflexoterapia. Se dedicaban a pasear solos. Dirigiéndose a sí mismos. Sin tener que pensar en ponerse calcetines del mismo color. Libres, descalzos, abiertos, limpios y soñadores.
El dios de los pies es un gran podólogo. Les dio una tabla. Ellos creyeron que era una tabla de planchar. Pero no. La tabla con los mandamientos. Los diez mandamientos. Pero la tabla estaba vacía. El dios no sabía escribir. Así que los pies no tenían leyes por las que regirse. Pero los corazones de los pies estaban siempre limpios y no necesitaban leyes. Ni mandamientos. Ni diluvios. Ni éxodos. Ni tierra prometida.
La vida social de los pies era muy intensa. Hacían fiestas y aquelarres a la luz de una velita. Bailaban valses y tomaban zumos de papaya. No se sabe bien de dónde salía tanta papaya. Pero creemos que venían solas atraídas por el hechizo de uno de los chamanes. Llegaban hasta donde estaban los pies. Y se hacían zumos para ellos. Hablaban de leyendas urbanas. De historias de fantasmas. De extraterrestres que habían visitado el planeta. De brujas buenas que viajaban en batidoras en lugar de escobas. Lo pasaban bien metidos en un gran jacuzzi para pies. Chapoteaban y se relajaban.
La vida de los pies no era siempre dura. A veces después de las complicadas jornadas ellos se desenroscaban de los tobillos y se escapaban. A visitar mundo. A hacer viajes astrales. Mecerse en otras esferas. Y luego volver. Siempre vuelven. A cumplir con sus deberes. A hacerse cosquillas. A beber zumo y consolar a los más débiles. A sentir cosas inmensas pero no compartiéndolas con nadie. Son sumamente introvertidos. Hasta que se cansan de serlo. Entonces te cuentan que el humor de la persona depende mucho de cómo estén ellos. Que te pueden ayudar.
¿Te duele la cabeza? Ellos se masajean con regaliz los dedos pulgares de los pies. Los pulgares tienen mucha importancia. Suelen hacer campañas políticas para acceder a las presidencias de sus gobiernos. Pero no suelen ganar. Sobre todo porque no hay campañas políticas. Pero a ellos les gusta mucho.
Si duelen los ojos entran en juego los dedos índice y corazón. Entonces se masajean con trozos de nubes y el dolor desaparece.
Pero de todas formas ellos están siempre alrededor. En el mundo visible y en el invisible. Calzados y descalzos. Vendados y en libertad. Eróticos y asexuales. Blancos y negros. Pequeños y grandes. Fríos y calientes. Planos y con puentes.
No podríamos existir sin ellos. Que entran en nuestros sueños, en nuestras fantasías, que recorren nuestras alfombras, que suben y que bajan.
Alentamos la belleza de los pies. Animamos a que los mimemos. Que los acariciemos. Que los arropemos. Que les hagamos masajes sensuales. Ellos lo hacen por nosotros. Y harían aún más si les dejáramos. Feliz Día.

SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO

SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO QUE BIEN PODÍA SER DE OTOÑO.
Tengo un amigo que se ríe de mis viajes. Lo hace con buena intención. Y con humor. Que es lo que más me gusta de él. Eso y otras cosas. pero no es importante ahora.
A él le gustan los viajes a las grandes ciudades como Nueva York, Montreal, México, Tokio…A mí me gustan las visitas a lugares con museos, historia, piedras por todas partes, mausoleos, y momias (lo de momias lo dice él mucho y no le falta razón)
Como habíamos tenido una charla sobre este tema el día anterior, la noche siguiente me invadió un sueño muy raro.
Yo estaba en una abadía. Antigua. Era antigua porque en la puerta había un panel que decía “abadía muy antigua”. El panel estaba hecho de luces de colores y cristalitos que brillaban. Más que una abadía parecía una discoteca de la época de los años setenta. Yo había llegado y estaba entrando. La puerta se abrió automáticamente. Era un sitio moderno a pesar de ser tan viejo. O que se estaba modernizando. Para el turismo.
En el vestíbulo apareció una momia. Con vendajes de colores. Con los colores del arcoiris. Lo que me hizo preguntar:
-Qué clase de momia más rara eres tú, ¿no?
-Yo soy como soy. Soy una momia gay. ¿No ves la bandera a mi alrededor? ¿No serás homofóbica verdad?
-No. Soy claustrofóbica. Pero mi homosexólogo dice que de homofóbica nada.
-Ah, vale. En este caso, que tengas una buena visita. –La momia muy simpática después de la conversación se desvendajó a sí misma…
-Querrás decir desvendó….
-No. desvendajó. De vendaje. De venda….es que no lo pillas….Bueno, pues se quitó parte de los vendajes…
-Entonces era menos momia…
-Sí, de ser una momia al 100% se quedó en momia al 60%...
-¿Y para qué se desvendajó? Que por cierto se dice se desvendó.
-Muy listo. Pero a mí me gusta desvendejar.
-Y dale…que por qué se quitó las vendas…
-Pues tendría calor. O era su hora de cambiar de ropa. O iba a salir. Cualquiera sabe. Pero bueno…Me condujo a la otra estancia muy amplia y llena de luz. De repente del cielo empezaron a caer mausoleos.
-Pues te harían picadillo.
-No. eran mausoleos inocuos. Porque no eran peligrosos. Botaban hasta que se quedaban quietecitos. En fila. Iban pasando uno delante de otro a mi lado dejándome el tiempo de leer las inscripciones y saber quiénes eran los fiambres ilustres que estaban supuestamente allí enterrados.
-Qué cool.
-Ya te digo…ellos mismos aparte de desfilar hacían fotos y luego te las regalaban. Para que no tuviera que molestarme en buscar mi cámara, en nada de nada.
-Menudo chollo.
-Sí. Cuando habían pasado todos se subían a un ascensor muy grande y se subían a la segunda planta. Donde seguirían descansando de su trajín.
-Hasta que llegara el siguiente turista, no?
-Claro. Después de los mausoleos, de unos altavoces muy grandes salía una voz diciendo “de un paso a la derecha…” Y yo daba un paso. “de un paso a la izquierda”…yo hacía lo que me mandaban. “ahora otro a la derecha…”
-Pues te quedabas en el mismo sitio.
-Sí. pero después de un tiempo haciendo el canelo así…
-Sí. la verdad es que más que estar de visita parecías estar haciendo una coreografía de los tricicles…
-Pues de repente…salía del suelo una gran pirámide.
-Qué fuerte.
-Eso. La pirámide se abría y dentro había una ciudad perdida.
-Si estaba dentro de una pirámide…estaría perdida.
-Ya no. porque se había autoencontrado…
-Unos sueños raros tienes tú….¿no sería mejor tener sueños eróticos?
-Ya me gustaría. Pero no tengo de esos.
-Así te va.
-Vas a tener razón. Pues la ciudad…se presentaba allí. Con sus reyes, sus costumbres ancestrales, sus gobernantes robando a diestro y siniestro…
-Vamos, como ahora.
-Pero guardado en una pirámide.
-Estarían más calentitos.
-Ni lo dudes. En unos minutos la ciudad se volvía a encerrar en su pirámide y la pirámide desaparecía. En un momento aparecía un cochecito conducido por una nuez.
-¿Y tú quién eres?
-Soy el conductor del cochecito que te llevará a una gran muralla.
-Pero eres una nuez.
-Sí. es que el resto del hombre está viendo un partido de fútbol en el pub. Sólo vengo yo, su nuez.
-Hubiera preferido una castaña.
-¿No te gustan las nueces?
-Sí.
-Pues tira.
-Pues eso…-Así…tira que tira llegamos a una gran muralla…con pagodas alrededor, plantaciones de té y ciudades prohibidas. Estaban tan prohibidas que todo el mundo estaba allí…
-Eso es lo que pasa con las prohibiciones…-Dijo la nuez.
-Tienes más razón que una nuez.
-Sin coñas.
-Por dicho.-La nuez me devolvió al mismo punto de partida. La momia salió a saludarme.
-¿Ha ido todo bien?
-Pues sí. gracias.
-Pues hala, a seguir bien, ciudadana.
-Muchas gracias…-Allí me vi a la puerta de todo. Sin saber dónde ir. Pero mis sueños siempre son colaboradores…-excepto cuando no lo son. Empezó una granizada de calabacines. Tantos cayeron que se hizo una montaña muy grande muy grande. Subiendo y subiendo llegué hasta la cima del sueño. Allí había una especie de agujerito del que pude salir. Y corrí escopetá. Ni subconscientes, ni freíd ni lechugas. Yo quería estar en mi cama. Y abrí los ojos. Vi el techo de mi cuarto. Vi que todo estaba bien. Y el sueño acabó. Como acaban los sueños. Abriendo los ojos. Y es que lo mejor de los sueños es la parte real. ¿Tengo razón?

DON ARTE, EXPOSICIÓN EN FAVOR DE LAS DONACIONES

Un decálogo para 2010

Un decálogo para 2010
El año que se despide fue el de la resaca de la gripe A, el de deshacerse de las vacunas sobrantes y volver a la normalidad epidemiológica en a medida de la posible. Pero 2010 nos dejó también nuevos trasplantes de cara (que han dejado ya de ser una noveda en los quirófanos españoles) y en medicina regenerativa (donde España se pone líder como sede de un nuevo laboratorio de órganos bioartificiales). La crisis, sin embargo, también se ha dejado notar y el sector farmacéutico se ha resentido. Así ha sido, punto por punto, el año que nos deja.
1.
Cirugía sin incisiones
Las intervenciones mínimamente invasivas, que apenas dejan rastro, empiezan a hacerse un hueco en los quirófanos españoles. Las grandes suturas quedaron atrás, dando paso a operaciones realizadas por orificios naturales o que sólo necesitan una incisión en el ombligo.
2.
La píldora de la polémica
La píldora poscoital llegó a España en 2001 bajo prescripción médica y de la mano de Celia Villalobos como titular del Ministerio de Sanidad, pero fue en 2009 cuando la píldora del día después empezó a comercializarse en las farmacias de forma totalmente libre y sin receta. Y se instaló en la polémica.
3.
Manjar universal
La Unesco ha declarado en 2010 la dieta mediterránea Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, mientras la obesidad sigue en aumento en nuestro país.
4.
Órganos a la carta en cinco años
España se ha convertido este año en pionera de la medicina regenerativa. El primer laboratorio del mundo para crear órganos bioartificiales está en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
5.
Malos tiempos para la industria
Los beneficios del sector farmacéutico se han reducido en un 14% y han tenido que prescindir de cerca de unos 2.000 empleados. No hay grandes novedades en cuanto a fármacos de reciente aprobación y los que se han presentado no han tenido muy buena suerte.
6.
Un año polémico para las vacunas
Primero fueron las críticas al Gobierno por las dosis sobrantes de las vacunas de la gripe A. En noviembre, un brote de sarampión en Granada volvió a poner las inmunizaciones y su obligatoriedad en boca de todos. Mientras, en el Reino Unido, los tribunales ponían fin a uno de los mayores escándalos médicos de la década.
7.
Transición en la Oncología personalizada
Un año sin grandes nombres propios para afianzar el uso de dianas dirigidas contra el cáncer. Así podría resumirse este 2010 en el terreno de la Oncología. Por esa línea avanzan también dos de los tratamientos (aún en fase experimental) que se han presentado en 2010 para tratar el cáncer de pulmón (inhibidores de AKL) y el melanoma (PLX 4032).
8.
25 años de antirretrovirales
Cuando los médicos estaban a punto de tirar la toalla, después de ver morir a todos sus pacientes con sida, llegó una pastilla y lo cambió todo. Corría el año 1985 cuando se empezó a hablar de zidovudina (AZT), un nombre que, desde el inicio, quedó escrito en la historia de la medicina por ser el primer fármaco que hizo frente al VIH.
9.
Un escáner para fumadores
El rey don Juan Carlos no es el único que se ha beneficiado de una prueba de imagen como el TAC. Este año, un nuevo estudio ha ratificado que realizar esta prueba de imagen una vez al año a los fumadores podría ayudar a detectar y tratar a tiempo numerosos tumores de pulmón.
10.
El rostro de la esperanza
Después del trasplante de cara realizado en agosto de 2009 en el Hospital La Fe de Valencia, Óscar se convirtió en el tercer español en recibir un nuevo rostro (el segundo fue Rafael, operado en Sevilla). La suya fue la cirugía más completa de este tipo llevada a cabo hasta la fecha en el mundo.

http://www.elmundo.es/elmundosalud/2010/12/23/noticias/1293122601.html

Una sociedad de mensajes cortos

Una sociedad de mensajes cortos
¿Qué es un SMS? La menor cantidad de información necesaria para comunicar algo. De hecho podríamos decir que un SMS (un mensaje corto, del inglés 'short message service') es a la comunicación lo que un 'bit' a la informática. Basta sí, no, ok… y sobran letras. Y es que vivimos en la era de la información. No es que antes no la hubiera, es que ahora es el caldo, el sostén, el texto, el pretexto y el contexto en el que todo sucede.
Eso determina cómo somos, estamos, sentimos, hacemos, vivimos, convivimos, enfermamos, sanamos o morimos. Los seres humanos posmodernos somos el resultado de compartir información. Todo lo que nos ocurre, incluyendo los sufrimientos y enfermedades, está influido por la necesidad, la obligatoriedad, la compulsividad de compartir información. No podemos sustraernos a esa condición. Somos seres 'info-sapiens', desde que, por alguna razón misteriosa, en un cierto momento de la Prehistoria algo facilitó que nos multiplicásemos, mezclásemos y comunicásemos eficientemente.
De hecho, si hemos llegado a ser 'monos-sabios' es gracias a la explosión del simbolismo que sucedió en nuestro cerebro hace unos centenares de miles de años. Después, enseguida descubrimos las banderas y las guerras, las religiones y el arte, las bibliotecas y las depresiones. Y de ahí al SMS sólo ha habido que esperar unos miles de años.
Pero, seguramente, nuestro cerebro no ha llegado a ser de verdad humano hasta que no se ha convertido en un instrumento social, un ingenio biológico conectado a la mayor red social de todas: la raza humana. Los seres humanos nos 'contagiamos' informaciones que configuran nuestro modo de estar, ser, sentir y actuar: nuestra conducta y comportamiento.
Si es cierto que nunca se ha podido ser humano sin los demás humanos, ahora eso es una verdad global, inevitable e incuestionable. Por eso, nunca como ahora ha habido tanta velocidad en el trasiego de información, y nunca se ha sufrido tanto por tenerla, compartirla o carecerla. Ninguna soledad peor que la soledumbre del navegante solitario de Internet. Por eso hay soledades patológicas en la posmodernidad: por 'avitaminosis informacional'.
Nunca hemos tenido tanto, compartido tanto, aproximado tanto a la emancipación definitiva como ahora. Ésa es la gran promesa de la posmodernidad. Pero precisamente por eso, la gran decepción posmoderna es la más ingente de la historia. Fuente inagotable de angustias y depresiones, de soledumbres y malestares, del estresante 'sinvivir' de la vida moderna, y de tantos espejismos morbosos, psicosomatismos debilitantes y miserias morales.
Es notorio que la posmodernidad y la salud mental se llevan fatal. En el mundo del SMS, la SMS (Salud Mental Social) se siente vulnerable, repercutida, dependiente de tantos avatares, que resulta inestable y débil, y padece por ello. La salud mental ya no es cosa sólo mía, o tuya; es nuestra, suya, de ellos, de todos. Precisamente por eso hemos de aprender a compartirla, protegerla y mejorarla. Y los agentes de dicha promoción hemos de ser todos los seres humanos: sociales, globales, plurales, conectados, generosos, comprometidos, creativos y eficaces. No sólo los agentes sanitarios y sociales, sino todos los seres y recursos humanos y técnicos, individuales y globales. Pero, ¿sabremos hacerlo? ¿Podremos hacerlo?
http://www.elmundo.es/blogs/salud/saludmental/2010/12/28/una-sociedad-de-mensajes-cortos.html

Tiene una solicitud de amistad de su paciente

Tiene una solicitud de amistad de su paciente
 ¿Qué profesionales no tienen su perfil en una red social, como Facebook? Cada vez menos. Lo mismo sucede con los médicos. Ahora, un grupo de investigadores franceses sugiere que el uso de este tipo de páginas web por parte de profesionales de la salud puede generar un dilema ético en su relación con los pacientes, debido a la confusión de las esferas pública y privada.Y lo hacen desde las páginas de la revista 'Journal of Medical Ethics' a raíz de un estudio en el que han participado 405 médicos residentes del Hospital Universitario de Rouen, en Francia. A todos ellos se les envío un cuestionario anónimo en el que se indagó sobre su uso de Facebook, si empleaban su auténtica identidad u otra, si colgaban fotos personales o información privada... entre otros aspectos.
"Varios estudios han descrito el uso generalizado de esta red social entre los estudiantes universitarios, incluyendo aquellos que cursan Medicina y Farmacia. A algunos investigadores les preocupa que estos estudiantes compartan información privada en los espacios públicos sin ser plenamente conscientes de las consecuencias potencialmente nocivas que esta información puede tener en su audiencia", comentan los autores del estudio, liderados por Ghassan Moubarak, del Hospital Lariboisière, en París.
A su juicio, "existen pocos estudios que hayan explorado el uso de esta red social en los médicos. El objetivo de nuestro trabajo fue analizar la frecuencia y características de uso de Facebook entre residentes y becarios, la cantidad y el tipo de protección de datos personales disponibles en su perfil y sus opiniones sobre las consecuencias de este uso en la relación médico paciente".Casi tres de cada cuatro encuestados tenían un perfil en Facebook, y la mayoría lo consultaba a diario. Además, prácticamente todos reconocieron que mostraban en él información personal suficiente para su identificación, incluyendo su nombre real y sus fechas de nacimiento. Incluso un 91% incluyó una foto personal.
Otros datos apuntan a que sólo unos pocos de los 'residentes facebookers' habían recibido una solicitud de amistad por parte de un paciente (6%) y que cuatro de ellos aceptaron la petición. Aunque la mayoría de los encuestados (85%) reconoció que rechazaría automáticamente una solicitud de un paciente, uno de cada siete (15%) aseguró que lo decidiría según cada caso.
Paciente y amigo
Las razones para aceptar a un paciente como amigo incluyeron una sensación de afinidad y el temor a perder a ese paciente si se negaba la solicitud. La necesidad de mantener una distancia profesional o la sospecha de que el paciente estaba interesado en una relación amorosa, fueron los principales motivos de rechazo.
"La disponibilidad pública de información sobre la vida privada del médico puede poner en peligro la confianza mutua entre médico y paciente si éste tiene acceso a información que no está destinada a él. Creemos que ni médicos ni pacientes deben buscar información del otro en la web", reconocen los autores del ensayo.
Los médicos "deben ser conscientes de que los comentarios y fotos publicadas en la Red pueden ser malinterpretados fuera de su contexto original y no reflejar con exactitud sus opiniones y su comportamiento real de la vida", añaden.De hecho, "los residentes frecuentemente usan Facebook y publican gran cantidad de información personal sin utililizar las medidas de protección de su privacidad". Por todo ello, llaman la atención sobre la necesidad de hacer una reflexión "sobre las implicaciones de internet en el rol tradicional de los médicos".http://www.elmundo.es/elmundosalud/2010/12/27/tecnologiamedica/1293479573.html

Los neandertales, unos 'gourmets' de las verduras

Los neandertales, unos 'gourmets' de las verduras
La dieta de los neandertales no sólo se basaba en la carne, sino que era mucho más selecta e incluía vegetales, según ha desvelado un estudio del Museo Nacional de Historia Natural Smithsonian en Fairfax (Estados Unidos) que se publica en la edición digital de la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS).
Según publica la BBC, el estudio es el primero en confirmar que la dieta del hombre Neandertal no se limitaba a la carne sino también a las verduras, tras encontrar restos vegetales cocinados en sus dientes.Los científicos, dirigidos por Dolores R. Piperno, analizaron partículas de alimentos atrapados en placas acumuladas en dientes de neandertal fosilizados que fueron desenterrados en localizaciones arqueológicas en el norte de Europa e Irak.El hallazgo tumba la teoría hasta ahora mantenida de que los neandertales sólo comían carne, e incluso se llegó a relacionar esta dieta carnivora con la extinción de algunos animales como los mamuts.Algunos estudios han discutido que estos ancestros humanos comían principalmente carne y por lo tanto no eran competencia para los primeros humanos modernos que conseguían más calorías de los mismos ambientes al adaptarse a alimentos basados en vegetales y en productos marinos.
El profesor Alison Brooks, de la Universidad George Washington, explica que en estudios anteriores se encontraron también semillas pero en los asentamientos en los que vivían por lo que se pensaba que simplemente era porque dormían sobre ellas.
"Sin embargo, ahora y pro primera vez, las semillas se encuentran en la boca, lo que demuestra que se alimentaban de vegetales", afirma.
No eran agricultores
Brooks también explica por qué en estudios anteriores en nivel de proteínas en los restos de los neandertales apuntaban a un alto consumo de carne en su dieta. Según él, hay plantas que también pueden dar altos niveles proteínicos por lo que no se puede descartar que comieran vegetales.Los autores descubrieron granos de almidón de numerosas plantas, incluyendo un tipo de pasto, legumbres y raíces y tubérculos. Muchos habían pasado por cambios físicos que se correspondían experimentalmente con granos de almidón cocinados, lo que sugiere que los neandertales controlaban el fuego de forma muy parecida a como lo hacían los primeros humanos.Los dientes también conservaban partículas microscópicas de dátiles y abundantes féculas de otras plantas que los investigadores intentan aún identificar.
Los artefactos de piedra no indican que los neandertales utilizaran herramientas para moler las partes de las plantas, lo que sugiere que probablemente no practicaban la agricultura.
Sin embargo, el estudio demuestra que estos ancestros humanos invertían tiempo y trabajo en aumentar la palatabilidad y la calidad nutricional de los alimentos basados en vegetales.
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/12/28/ciencia/1293519830.html

traducción y análisis de obras de 500 autoras del Holocausto.

Las voces femeninas del Holocausto
Expertas de la Universidad de Granada en colaboración con investigadoras de Alicante, Murcia y Vigo trabajan en la traducción y análisis de obras de 500 autoras del Holocausto.Se trata de autoras de primera generación (que vivieron la experiencia personalmente) o de segunda y tercera (que la han vivido a través de sus madres o abuelas), ha explicado Alicia Ramos, investigadora de la Universidad de Granada, especialista en Literatura Judía.
Todas estas escritoras estarán incluidas en una base de datos en Internet que preparan, con la colaboración de instituciones como el Museo del Holocausto de Jerusalén o la Casa Sefarad, en cuatro lenguas (inglés, francés, español y hebreo) y que estará disponible paras los interesados en enero de 2012.
Enfoques
La iniciativa, que se enmarca en un proyecto de excelencia incentivado por la Junta de Andalucía, aborda el asunto desde diferentes enfoques.Uno de ellos es "Las secuelas de la guerra en la literatura de las mujeres" y, en concreto, las autoras de la Shoá u Holocausto judío, que tuvo lugar durante la Segunda Guerra Mundial.
Han sido elegidas unas 500 autoras para recuperar nombres menos conocidos de la literatura u obras desconocidas de otras más populares, según las investigadoras, que darán salida a algunas de estas traducciones a través de una colección de libros que editará la firma Aecibel y arrancará en el primer trimestre de 2011.
Publicaciones
El primer volumen será "El Diario de Eva Heyman", obra de una niña húngara de 13 años que murió en las cámaras de gas del campo de concentración de Auschwitz, y que relata su experiencia desde mediados de febrero hasta el 30 de mayo de 1944, periodo en el cual se produce la invasión alemana del país magiar.
Además, ya se están preparando traducciones de escritoras yídish como Java Rosenfarb y su libro "Der Boym fun lebn" (El árbol de la vida), y de escritoras judeoespañolas poco conocidas. A esta iniciativa se unirá una exposición sobre las voces femeninas del Holocausto para 2012.
El proyecto se remonta a unas jornadas celebradas en 2004 en Granada, en la que una serie de investigadoras corroboraron el interés del tema del dolor en la literatura escrita por mujeres. Tras ese primer contacto desarrollaron múltiples líneas de trabajo basadas en la literatura comparada de escritoras de diferentes nacionalidades durante los siglos XIX y XX.