La primera niña trasplantada con una tráquea artificial ha fallecido
A pesar de las esperanzas que se pusieron en su pronóstico, Hannah, la
primera niña que recibió una tráquea bioartificial el pasado 9 de abril,
finalmente, ha fallecido este sábado en el Hospital Infantil de Illinois
(Chicago), según han informado los cirujanos que realizaron el trasplante a
través del periódico 'The New York Times'.
En menos de un mes iba a cumplir tres años, pero la rara enfermedad que la mantuvo ingresada en el hospital desde su nacimiento se lo ha impedido. La agenesia traqueal congénita que sufría -uno de cada 50.000 nacidos la padece- le impedía alimentarse por la boca, hablar o respirar con normalidad, todo porque su tráquea no se había desarrollado.
Paolo Macchiarini fue el principal responsable del trasplante que, creían, podía cambiarle la vida a Hannah. También fue el cirujano que llevó a cabo el primer trasplante de tráquea en el mundo en el año 2008. Por aquel entonces, este órgano procedía de un donante. Sin embargo, el de Hannah realmente era una tráquea bioartificial. Se realizó a partir de fibras de plástico a las que se añadieron las células propias de la niña, extraídas de su médula ósea. Un método que ya se había probado en otras ocasiones, aunque ésta era la primera vez que se practicaba en una paciente infantil.
Pero además de esta cirugía, a Hannah le realizaron otra operación para unirle el esófago al estómago, ya que anteriormente tuvieron que separarlos quirúrgicamente para evitar que el aire se fuera al estómago y mejorar así la ventilación pulmonar.
Aunque la evolución de la tráquea parecía positiva, la intervención del esófago y el estómago no lo fue tanto. De hecho, hace un mes Hannah tuvo que volver a ser operada, pero la intervención se complicó y murió, según explica Mark J. Holterman, un cirujano pediátrico del hospital donde estaba ingresada. "La tráquea no fue el problema", subraya Macchiarini, quien continúa realizando operaciones similares, la última concretamente esta semana en Estocolmo.
Nacer sin tráquea es una condición extremadamente rara y mortal en el 99% de los casos. "Todos estos casos son complejos y difíciles", apunta Macchiarini. Dado que no había otra alternativa, la cirugía de Hannah fue aprobada por la Agencia Americana del Medicamento (FDA) como un procedimiento experimental. El objetivo de la medicina regenerativa (o ingeniería de tejidos) es crear o regenerar tejidos y órganos para aliviar la escasez de trasplantes o tratar condiciones que no tienen cura eficaz, como la de la pequeña.
"Hannah ha sido pionera" en este tipo de medicina y, aunque finalmente ha fallecido, los especialistas afirman que deben "volver a intentar practicar estos trasplantes" en otros casos parecidos.
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2013/07/08/noticias/1373275518.html
En menos de un mes iba a cumplir tres años, pero la rara enfermedad que la mantuvo ingresada en el hospital desde su nacimiento se lo ha impedido. La agenesia traqueal congénita que sufría -uno de cada 50.000 nacidos la padece- le impedía alimentarse por la boca, hablar o respirar con normalidad, todo porque su tráquea no se había desarrollado.
Paolo Macchiarini fue el principal responsable del trasplante que, creían, podía cambiarle la vida a Hannah. También fue el cirujano que llevó a cabo el primer trasplante de tráquea en el mundo en el año 2008. Por aquel entonces, este órgano procedía de un donante. Sin embargo, el de Hannah realmente era una tráquea bioartificial. Se realizó a partir de fibras de plástico a las que se añadieron las células propias de la niña, extraídas de su médula ósea. Un método que ya se había probado en otras ocasiones, aunque ésta era la primera vez que se practicaba en una paciente infantil.
Pero además de esta cirugía, a Hannah le realizaron otra operación para unirle el esófago al estómago, ya que anteriormente tuvieron que separarlos quirúrgicamente para evitar que el aire se fuera al estómago y mejorar así la ventilación pulmonar.
Aunque la evolución de la tráquea parecía positiva, la intervención del esófago y el estómago no lo fue tanto. De hecho, hace un mes Hannah tuvo que volver a ser operada, pero la intervención se complicó y murió, según explica Mark J. Holterman, un cirujano pediátrico del hospital donde estaba ingresada. "La tráquea no fue el problema", subraya Macchiarini, quien continúa realizando operaciones similares, la última concretamente esta semana en Estocolmo.
Nacer sin tráquea es una condición extremadamente rara y mortal en el 99% de los casos. "Todos estos casos son complejos y difíciles", apunta Macchiarini. Dado que no había otra alternativa, la cirugía de Hannah fue aprobada por la Agencia Americana del Medicamento (FDA) como un procedimiento experimental. El objetivo de la medicina regenerativa (o ingeniería de tejidos) es crear o regenerar tejidos y órganos para aliviar la escasez de trasplantes o tratar condiciones que no tienen cura eficaz, como la de la pequeña.
"Hannah ha sido pionera" en este tipo de medicina y, aunque finalmente ha fallecido, los especialistas afirman que deben "volver a intentar practicar estos trasplantes" en otros casos parecidos.
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2013/07/08/noticias/1373275518.html
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