Aspecto de uno de los tres talleres ilegales que vulneraba la legislación de riesgos laborales
Sin luz. Sin ventilación. Bajo llave y trabajando a destajo. Esas eran las condiciones en las que cuatro responsables chinos de tres talleres clandestinos de confección, situados en los distritos de Carabanchel, Latina y Usera, mantenían a 15 compatriotas en pésimas condiciones de higiene y salubridad.
Los empleados, la mayoría conocidos por los explotadores, tenían larguísimas jornadas laborales en las que cosían piezas a destajo por las que cobraban 30 céntimos de euro por cada una.
En las investigaciones, comenzadas hace un mes por la Policía Nacional, los agentes constataron que los encargados de los locales empleaban a sus conciudadanos sin cumplir permiso alguno. Nadie tenía contrato laboral y todos los locales vulneraban la legislación relativa a la prevención de riesgos laborales.
En un sótano
Uno de ellos, enclavado en el sótano de una vivienda unifamiliar, estaba cerrado con llave y sólo se podía abrir desde el exterior. Las condiciones laborales eran tan pobres que fue clausurado al momento por la Inspección de Trabajo
La investigación fue llevada a cabo por el grupo XII de la Brigada Provincial de Extranjería y Documentación, pertenecientes a la Jefatura Superior de Policía de Madrid y contó con la colaboración de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social.
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