Excluidos de la sanidad Enfermedades mentales que quedan en el 'limbo'

Excluidos de la sanidad Enfermedades mentales que quedan en el 'limbo'

En el caso de Janet, el acceso a la sanidad marca la diferencia entre vivir tranquila o atemorizada por lo que pueda hacerle su hijo, de 22 años y con esquizofrenia. Después de que en abril del año pasado se aprobara el nuevo decreto de la reforma sanitaria, Óscar pasó a ser 'invisible' en la lista de pacientes con derecho a médico.
Coincidió con que esta ecuatoriana de 44 años se quedó "sin trabajo y la tarjeta sanitaria dejó de tener validez". Hasta entonces, afirma, "íbamos al médico cada 15 días para que le pusiera unas inyecciones y le recetara unas pastillas". De la noche a la mañana, Janet y su hijo se vieron en el centro de salud de siempre, ante el personal de administración de siempre tratándoles como a extraños. Su hijo dejaba de ser el de siempre para formar parte del grupo 'excluidos de la sanidad', es decir, los inmigrantes sin papeles. Ya no podían pedir la siguiente cita. Había perdido un derecho universal, el derecho a la salud. Estuvo cuatro largos meses sin tratamiento. "Tenía miedo, escondía los cuchillos. Mi hijo volvía a escuchar voces, estaba agresivo, nervioso. Decía que se iba a matar...". A Janet le aterraba la idea de perder a su hijo o de que les agrediera a ella o a sus hermanos.
No veía salida a su situación. En el centro de salud "no nos daban ninguna explicación, ni nos orientaban, ni nos daban alternativas". Por suerte, "como estoy afiliada a CCOO, la abogada me aconsejó acudir a Médicos del Mundo y, en una semana, mi hijo ya tenía tarjeta sanitaria [...]. Gracias a Dios se regularizó".
En este tipo de situaciones, la salud queda pendiente de lo informada o desinformada que esté la persona que le atiende. A Janet le dijeron que "como está de forma irregular en España, no podía poner a su hijo como beneficiario en su tarjeta, pero no le explicaron que existía otra opción: ponerle de asegurado, una vía pensada para aquellos que no superen un límite de ingresos, que no han trabajado nunca y que no han cotizado", explican fuentes de Médicos del Mundo a ELMUNDO.es.
Su situación se ha regularizado, pero otras, también relacionadas con las enfermedades mentales de los inmigrantes 'sin papeles', claramente perjudicadas por el decreto sanitario, siguen esperando una solución. Como Souad, una mujer marroquí que lleva más de tres años con ansiedad y que, a raíz de la reforma sanitaria, dejó de recibir asistencia y medicamentos.

Ansiedad sin medicación

Perdió el permiso de residencia en 2012 y, ahora, toda la familia está en situación irregular, excepto dos de sus hijas que, por ser menores de edad, sí tienen tarjeta sanitaria. Según cuenta su marido, Ahmed, "sin el tratamiento, la ansiedad de Souad hace que se ponga tan nerviosa que es incapaz de escuchar nada". La última vez que fueron al servicio de admisión en su centro de salud para pedir la cita habitual (para que le facilitaran las recetas pertinentes), "nos dijeron que podían darle cita y que fuéramos al INSS".
Fueron, pero no sirvió de nada. Como explican desde Médicos del Mundo, "sin permiso de residencia, el INSS no puede hacer nada". La desinformación vuelve a ser un obstáculo entre la salud y algunos grupos de personas. Dado que tienen el informe médico, si no fuera porque ninguno de los miembros de la familia trabaja, Souad podría conseguir su medicación en cualquier farmacia, aunque con un coste mayor.
Según el decreto sanitario, la atención que se dará a estas personas variará en cada comunidad autónoma. En Castilla-La Mancha, aseguran en Médicos del Mundo, "aún no hay instrucción sobre cómo aplicar la ley. En Madrid sí se aclara que hay ciertas enfermedades de salud mental consideradas graves que están incluidas en la asistencia sanitaria, por ejemplo, el episodio depresivo grave o los síntomas psicóticos recurrentes".
Para regular casos como el de Souad, "lo que estamos intentando en Castilla-La Mancha es que se publique alguna instrucción para que determinadas enfermedades mentales queden incluidas en la asistencia sanitaria de la región o que se considere a las personas con pocos ingresos económicos".

http://www.elmundo.es/elmundosalud/2013/07/01/neurociencia/1372704189.html