Una cirugía heroica para rescatar el hígado
Una paciente acudió a un hospital madrileño con el hígado repleto de metástasis y salió de él con un órgano 'nuevo' sin haber recibido un trasplante. ¿Cómo? Con una técnica realizada por primera vez en España que permite aumentar el volumen de tejido sano antes de retirar el que contiene las lesiones cancerígenas.
La nueva intervención se realizó en dos etapas. En la primera se preparó el terreno y en la segunda se remató la faena. La paciente es una mujer con cáncer colorrectal y metástasis hepáticas; los artífices, un equipo multidisciplinar de médicos del Hospital Madrid Norte Sanchinarro.
El tratamiento idóneo de las metástasis hepáticas consiste en la administración de quimioterapia y cirugía. Esta combinación terapéutica "aporta resultados tremendamente satisfactorios", según Emilio Vicente, director del Servicio de Cirugía General y Digestiva del citado centro sanitario y principal responsable de la intervención.
Pero en muchos casos, como el de la paciente que nos ocupa, no se puede echar mano del bisturí porque las lesiones están extendidas por todo el hígado y para quitarlas hay que suprimir tanto tejido que el órgano se quedaría de un tamaño insuficiente para realizar sus funciones de depuración de tóxicos del organismo.
Los doctores lograron superar esta limitación manipulando el hígado de una forma muy ingeniosa. Dado que la mujer tenía mucho más afectado el lado (lóbulo) derecho del hígado, lo primero que hicieron fue separarlo del izquierdo y extirpar la única metástasis que tenía este último. A continuación, hicieron un 'truco' para que todo el flujo sanguíneo fuese hacia el lado sano, el izquierdo: cerrar la vena porta derecha. El objetivo era dar a este lóbulo el 'alimento' necesario para que incrementase considerablemente su tamaño. Y así dieron por finalizada la intervención y dejaron a la paciente con un hígado partido en dos.
Tuvieron que esperar tres semanas hasta que la parte izquierda alcanzó el tamaño suficiente para asumir todo el trabajo del hígado. Durante ese tiempo, el otro lóbulo, a pesar de que presentaba varias lesiones, seguía siendo indispensable. Cuando las técnicas de imagen confirmaron que el lado sano ya podía ser autosuficiente, los médicos volvieron a abrir a la paciente y retiraron el otro lóbulo.
La operación había sido un éxito, pero el equipo sanitario aún tuvo que afrontar otro contratiempo: el órgano no funcionaba correctamente. Tuvieron que utilizar en el posoperatorio inmediato un sistema de hígado artificial para mantener su funcionalidad. Se trata del sistema conocido como MARS, que funciona de forma similar a la diálisis renal y hasta ahora no se había utilizado en un caso como este.
Finalmente, la insuficiencia hepática se resolvió y la paciente pudo volver a su casa. Ya han transcurrido cuatro meses desde la primera intervención y, en palabras del doctor Vicente, esta persona "se encuentra libre de enfermedad tumoral y ha conseguido preservar su función hepática, lo que le permite llevar una vida normal". "Si no la hubiésemos tratado con la nueva técnica, probablemente no habría superado el año de vida", agrega el cirujano.
En cuanto a su pronóstico, el doctor Antonio Cubillo, coordinador de la Unidad de Tumores Digestivos del Centro Integral Oncológico Clara Campal, integrado en el Hospital Madrid Norte Sanchinarro, señala que los análisis de anatomía patológica del tejido extirpado mostraron "una respuesta completa al tratamiento previo con quimioterapia". Estos resultados reducen considerablemente el riesgo de recaída de su proceso cancerígeno. "Es raro que una enferma con tanta carga tumoral responda totalmente", apunta.
Los responsables de la intervención están seguros de que otros enfermos oncológicos podrán beneficiarse de este procedimiento pionero, pero señalan que siempre serán una minoría de casos muy complejos.
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/09/29/oncologia/1317317644.html
El tratamiento idóneo de las metástasis hepáticas consiste en la administración de quimioterapia y cirugía. Esta combinación terapéutica "aporta resultados tremendamente satisfactorios", según Emilio Vicente, director del Servicio de Cirugía General y Digestiva del citado centro sanitario y principal responsable de la intervención.
Pero en muchos casos, como el de la paciente que nos ocupa, no se puede echar mano del bisturí porque las lesiones están extendidas por todo el hígado y para quitarlas hay que suprimir tanto tejido que el órgano se quedaría de un tamaño insuficiente para realizar sus funciones de depuración de tóxicos del organismo.
Los doctores lograron superar esta limitación manipulando el hígado de una forma muy ingeniosa. Dado que la mujer tenía mucho más afectado el lado (lóbulo) derecho del hígado, lo primero que hicieron fue separarlo del izquierdo y extirpar la única metástasis que tenía este último. A continuación, hicieron un 'truco' para que todo el flujo sanguíneo fuese hacia el lado sano, el izquierdo: cerrar la vena porta derecha. El objetivo era dar a este lóbulo el 'alimento' necesario para que incrementase considerablemente su tamaño. Y así dieron por finalizada la intervención y dejaron a la paciente con un hígado partido en dos.
Tuvieron que esperar tres semanas hasta que la parte izquierda alcanzó el tamaño suficiente para asumir todo el trabajo del hígado. Durante ese tiempo, el otro lóbulo, a pesar de que presentaba varias lesiones, seguía siendo indispensable. Cuando las técnicas de imagen confirmaron que el lado sano ya podía ser autosuficiente, los médicos volvieron a abrir a la paciente y retiraron el otro lóbulo.
La operación había sido un éxito, pero el equipo sanitario aún tuvo que afrontar otro contratiempo: el órgano no funcionaba correctamente. Tuvieron que utilizar en el posoperatorio inmediato un sistema de hígado artificial para mantener su funcionalidad. Se trata del sistema conocido como MARS, que funciona de forma similar a la diálisis renal y hasta ahora no se había utilizado en un caso como este.
Finalmente, la insuficiencia hepática se resolvió y la paciente pudo volver a su casa. Ya han transcurrido cuatro meses desde la primera intervención y, en palabras del doctor Vicente, esta persona "se encuentra libre de enfermedad tumoral y ha conseguido preservar su función hepática, lo que le permite llevar una vida normal". "Si no la hubiésemos tratado con la nueva técnica, probablemente no habría superado el año de vida", agrega el cirujano.
En cuanto a su pronóstico, el doctor Antonio Cubillo, coordinador de la Unidad de Tumores Digestivos del Centro Integral Oncológico Clara Campal, integrado en el Hospital Madrid Norte Sanchinarro, señala que los análisis de anatomía patológica del tejido extirpado mostraron "una respuesta completa al tratamiento previo con quimioterapia". Estos resultados reducen considerablemente el riesgo de recaída de su proceso cancerígeno. "Es raro que una enferma con tanta carga tumoral responda totalmente", apunta.
Los responsables de la intervención están seguros de que otros enfermos oncológicos podrán beneficiarse de este procedimiento pionero, pero señalan que siempre serán una minoría de casos muy complejos.
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/09/29/oncologia/1317317644.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario