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domingo, 25 de septiembre de 2011

La paternidad destrona al «macho» que llevan dentro


La paternidad destrona al «macho» que llevan dentro
Antropólogos americanos han descubierto que la testosterona de los varones que tienen un bebé cae en picado. Es algo temporal, pero si el niño sale «rebelde», el bajo nivel puede prolongarse. No era especialmente agraciado, pero no faltaban mujeres en su cama. Tenía aquel «no sé qué, que qué sé yo...» que le hacía irresistible. Incluso casado. Pero la cosa cambió cuando tuvo que empezar a poner pañales. ¿Por qué? Se preguntaba. Y la respuesta se la han dado en la Universidad de Northwestern (Estados Unidos). Es, nada más y nada menos, que la testosterona. La misma que en sus tiempos mozos le hacía irresistible.

Según los investigadores del estudio, cuando uno se convierte en padre los niveles de la hormona masculina por excelencia bajan de forma considerable. Es biología pura, y ocurre en todo el reino animal. Así se centran en cuidar de la criatura y no se despistan con el género femenino.

Lee Gettler, autor del trabajo,  y miembro del Departamento de Antroplogía de Northwestern, explica a este semanario que «encontramos que en los varones que tenían un bebé recién nacido (de menos de un mes) el descenso de testosterona se veía duplicado comparado con los progenitores cuyos hijos eran algo mayores».

Bajo mínimos
La investigación (que se publica en la revista «Proceedings of the National Academy of Sciences) contó con la participación de más de 600 hombres con edades comprendidas entre los 21 y los 26 años. El primer análisis lo hicieron antes de ser padres y lo repitieron un lustro después, cuando ya habían tenido un bebé. De esta forma comprobaron que quienes pasaban al menos tres horas al día cuidando de la prole eran los menos «cargados» de testosterona.
Pero no hay que temer, porque no van a perder el deseo, ni su fuerza ni sus músculos.  «Es algo temporal que se da durante esos primeros meses desde el nacimiento del niño». Aunque, si sale un tanto rebelde, Gettler matiza que «es razonable suponer o predecir que la testosterona de esos hombres podría mantenerse baja algunos años si el cuidado de los hijos se hace complicado». De hecho, «en futuras investigaciones esperamos ser capaces de concretar más cuánto tiempo permanecen estos niveles tan bajos».
A la buena noticia para ellos de que todo vuelve a su ser, y para ellas de que tendrán quien les acompañe en la cuarentena, Christopher Kuzawa, coautor del trabajo, añade que tener los niveles bajos de testosterona podría protegerlos también de ciertas enfermedades crónicas a medida que envejecen».
 

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