Aconsejan ingerir antitumorales con «el estómago lleno»
La tendencia de recomendar a los pacientes con cáncer que tomen sus fármacos orales en ayunas, aumenta el riesgo de sobredosis y los fuerza «a tirar por el retrete costosas medicinas». Así lo asegura Mark Ratain, director del Centro de terapias personalizadas en la Universidad de Medicina de Chicago (EE UU). Y así lo ha reflejado en el «Journal of Clinical Oncology».
Más económico
El investigador afirma que tomar la medicación en las comidas «podría ser más seguro, eficaz y económicamente más eficiente, si estudiaran bien los fármacos que se absorben mejor con la comida. En vez de tomar altas dosis con el estómago vacío –que es como se administran la mayoría– sería mejor tomar cantidades menores con algo en el estómago». Por su parte, la farmacéutica Patricia Brañas García, explica que «cada medicamento tiene un pH de absorción óptimo para lograr su máxima biodisponibilidad en el organismo. Existen ciertos fármacos para los que el pH o algunos alimentos tomados conjuntamente apenas afecta, pero para otros es crítico, como ocurre con los antitumorales. Su índice terapéutico (diferencia entre la concentración en sangre necesaria para obtener el efecto y los niveles tóxicos) es tan estrecho que ligeras variaciones en la absorción a nivel gastrointestinal condicionan el éxito o la toxicidad». Para cada fármaco, «habría que estudiar la dosis en presencia o no de alimento. Y en este tipo de fármacos sería recomendable escoger la que fuese menor», explica Brañas. Así «obtendremos menos efectos indeseables derivados del metabolismo de estas moléculas», concluye la experta.
Más económico
El investigador afirma que tomar la medicación en las comidas «podría ser más seguro, eficaz y económicamente más eficiente, si estudiaran bien los fármacos que se absorben mejor con la comida. En vez de tomar altas dosis con el estómago vacío –que es como se administran la mayoría– sería mejor tomar cantidades menores con algo en el estómago». Por su parte, la farmacéutica Patricia Brañas García, explica que «cada medicamento tiene un pH de absorción óptimo para lograr su máxima biodisponibilidad en el organismo. Existen ciertos fármacos para los que el pH o algunos alimentos tomados conjuntamente apenas afecta, pero para otros es crítico, como ocurre con los antitumorales. Su índice terapéutico (diferencia entre la concentración en sangre necesaria para obtener el efecto y los niveles tóxicos) es tan estrecho que ligeras variaciones en la absorción a nivel gastrointestinal condicionan el éxito o la toxicidad». Para cada fármaco, «habría que estudiar la dosis en presencia o no de alimento. Y en este tipo de fármacos sería recomendable escoger la que fuese menor», explica Brañas. Así «obtendremos menos efectos indeseables derivados del metabolismo de estas moléculas», concluye la experta.
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