Rafael Matesanz. Director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) "Se ha hecho un esfuerzo titánico por parte de todos los profesionales"
Rafael
Matesanz (Madrid, 1949) es un rara avis en el mundo de la política
sanitaria, ya que ha 'sobrevivido' a 13 ministros al frente de la
Organización Nacional de Trasplantes (ONT), organismo que creó y dirige
(con un paréntesis de tres años) desde hace 25 años. El éxito de su
gestión, avalado por la primera posición de España en tasas de donación
de órganos, explica el porqué de su largo mandato. Matesanz ha
participado esta pasada semana en los actos conmemorativos del VII
aniversario del Instituto Tomás Pascual Sanz.
-España es sin duda un modelo de éxito en trasplantes. ¿Cuáles son sus virtudes?
-El éxito se basa en tres puntos. En primer lugar, el trasplante no existe si la población no recibe el mensaje y no es solidaria. Yo creo que la población española ha demostrado que es muy solidaria cuando el mensaje es correcto. En segundo, que tenemos un sistema nacional de salud muy bueno y está extendido por las 17 comunidades autónomas. Aquí se funciona igual de bien en todas las comunidades, entre otras razones porque los médicos que hacen trasplantes son los mismos que operan de cualquier otra cosa. La tercera clave es tener un sistema peculiar de organización, el modelo español de donación y trasplante, formado por intensivistas que son muy buenos y que, dentro de las UVI, han recibido un entrenamiento para detectar un posible donante, para hablar con la familia…. Es lo que ha conseguido que al final llevemos 22 años a la cabeza del mundo en un tema que es el paradigma de la medicina moderna.
-¿Ha supuesto la crisis a una bajada en las donaciones?
-No ha afectado, aunque podía haberlo hecho. Nosotros percibimos las estrecheces a las que estaba sometido el país por un lado y el sistema sanitario por otro, que obviamente no son ajenas al sistema de trasplantes y nos planteamos como principal objetivo la sostenibilidad. Se ha hecho un esfuerzo titánico por parte de todos los profesionales. En los últimos cinco años han disminuido las personas que trabajan en el Sistema Nacional de Salud, lo que significa mucho mayor esfuerzo para conseguir los mismos resultados. No es que hayan bajado los presupuestos destinados a trasplantes, ya que la ONT se mantiene. El número de donantes y trasplantes sigue creciendo. La población reacciona, el índice de negativas familiares está en 15,5 por cada 100 habitantes, mínimos históricos.
-Ocasionalmente, algunos médicos reclaman permiso para realizar un trasplante fuera de lo habitual.
-Cuando hay un trasplante que no está incluido dentro de la cartera de servicios, de carácter experimental, tiene que pasar por la comisión del Consejo Interterritorial y de entrada, la comunidad autónoma donde está el hospital que lo necesita tiene que haber aprobado su realización. Es decir, son muchas las personas que tienen que valorar si procede o no. El parámetro fundamental para utilizarlo es que tenga una utilidad clínica para los pacientes y en ese sentido los trasplantes de tejidos compuestos, como los brazos o la cara solucionan problemas muy graves y cuando se han planteado se han aprobado, solo hemos desechado trasplantes unilaterales de brazo, porque entendemos que si a uno le falta un brazo es más fácil aprender a usar el otro o una prótesis que tomar inmunosupresores de por vida.
-Aunque según los últimos datos han aumentado las cifras, parece que España no brilla tanto en donación de médula ósea como en otros órganos. ¿A qué se debe esto?
-El problema es que no se puede hablar de donación de médula, sino de donación de células madre sanguíneas. Este tipo de células madre tiene dos orígenes: la médula ósea y el cordón umbilical. En España lo que ocurrió es que cuando se planteó a principios de siglo, hubo una apuesta por el cordón porque es lo más había en nuestro país. Hay 22 millones de donantes, 21,5 de médula y casi 600.000 de córdones. España se convirtió en el primer país europeo en cordones mientras que la médula crecía de forma menos acelerada. Se llegó a la conclusión de que era mejor ser complementarios con otros países que habían apostado por la médula y así nosotros importamos médula de otros países y exportamos cordones. Ahora, una vez conseguidos los objetivos del Plan Nacional de Cordón se ha apostado por la médula. En este año pasado se ha conseguido el doble de 2012 y cuatro veces más que 2011. No conozco yo ningún otro parámetro sanitario que en plena crisis se multiplique por dos y por cuatro, así que aquí se está haciendo un esfuerzo muy importante. Sin embargo, hay unos estudios que ponen de manifiesto que pasar de 100.000 a 200.000 donantes lo único que hace es aumentar en un 1% la posibilidad de encontrar un donante en España y un porcentaje muy inferior a nivel mundial. Esto es lo que hay que entender. Es un problema estrictamente matemático. Tú estás jugando con 22 millones de posibilidades. Esto no quiere decir que no haya que conseguir más donantes, entre otras cosas porque los donantes serán españoles y será más barato y más inmediato. Pero de eso no depende que un paciente español tenga más posibilidad.
-España es sin duda un modelo de éxito en trasplantes. ¿Cuáles son sus virtudes?
-El éxito se basa en tres puntos. En primer lugar, el trasplante no existe si la población no recibe el mensaje y no es solidaria. Yo creo que la población española ha demostrado que es muy solidaria cuando el mensaje es correcto. En segundo, que tenemos un sistema nacional de salud muy bueno y está extendido por las 17 comunidades autónomas. Aquí se funciona igual de bien en todas las comunidades, entre otras razones porque los médicos que hacen trasplantes son los mismos que operan de cualquier otra cosa. La tercera clave es tener un sistema peculiar de organización, el modelo español de donación y trasplante, formado por intensivistas que son muy buenos y que, dentro de las UVI, han recibido un entrenamiento para detectar un posible donante, para hablar con la familia…. Es lo que ha conseguido que al final llevemos 22 años a la cabeza del mundo en un tema que es el paradigma de la medicina moderna.
-¿Ha supuesto la crisis a una bajada en las donaciones?
-No ha afectado, aunque podía haberlo hecho. Nosotros percibimos las estrecheces a las que estaba sometido el país por un lado y el sistema sanitario por otro, que obviamente no son ajenas al sistema de trasplantes y nos planteamos como principal objetivo la sostenibilidad. Se ha hecho un esfuerzo titánico por parte de todos los profesionales. En los últimos cinco años han disminuido las personas que trabajan en el Sistema Nacional de Salud, lo que significa mucho mayor esfuerzo para conseguir los mismos resultados. No es que hayan bajado los presupuestos destinados a trasplantes, ya que la ONT se mantiene. El número de donantes y trasplantes sigue creciendo. La población reacciona, el índice de negativas familiares está en 15,5 por cada 100 habitantes, mínimos históricos.
-Ocasionalmente, algunos médicos reclaman permiso para realizar un trasplante fuera de lo habitual.
-Cuando hay un trasplante que no está incluido dentro de la cartera de servicios, de carácter experimental, tiene que pasar por la comisión del Consejo Interterritorial y de entrada, la comunidad autónoma donde está el hospital que lo necesita tiene que haber aprobado su realización. Es decir, son muchas las personas que tienen que valorar si procede o no. El parámetro fundamental para utilizarlo es que tenga una utilidad clínica para los pacientes y en ese sentido los trasplantes de tejidos compuestos, como los brazos o la cara solucionan problemas muy graves y cuando se han planteado se han aprobado, solo hemos desechado trasplantes unilaterales de brazo, porque entendemos que si a uno le falta un brazo es más fácil aprender a usar el otro o una prótesis que tomar inmunosupresores de por vida.
-Aunque según los últimos datos han aumentado las cifras, parece que España no brilla tanto en donación de médula ósea como en otros órganos. ¿A qué se debe esto?
-El problema es que no se puede hablar de donación de médula, sino de donación de células madre sanguíneas. Este tipo de células madre tiene dos orígenes: la médula ósea y el cordón umbilical. En España lo que ocurrió es que cuando se planteó a principios de siglo, hubo una apuesta por el cordón porque es lo más había en nuestro país. Hay 22 millones de donantes, 21,5 de médula y casi 600.000 de córdones. España se convirtió en el primer país europeo en cordones mientras que la médula crecía de forma menos acelerada. Se llegó a la conclusión de que era mejor ser complementarios con otros países que habían apostado por la médula y así nosotros importamos médula de otros países y exportamos cordones. Ahora, una vez conseguidos los objetivos del Plan Nacional de Cordón se ha apostado por la médula. En este año pasado se ha conseguido el doble de 2012 y cuatro veces más que 2011. No conozco yo ningún otro parámetro sanitario que en plena crisis se multiplique por dos y por cuatro, así que aquí se está haciendo un esfuerzo muy importante. Sin embargo, hay unos estudios que ponen de manifiesto que pasar de 100.000 a 200.000 donantes lo único que hace es aumentar en un 1% la posibilidad de encontrar un donante en España y un porcentaje muy inferior a nivel mundial. Esto es lo que hay que entender. Es un problema estrictamente matemático. Tú estás jugando con 22 millones de posibilidades. Esto no quiere decir que no haya que conseguir más donantes, entre otras cosas porque los donantes serán españoles y será más barato y más inmediato. Pero de eso no depende que un paciente español tenga más posibilidad.
http://www.diariodesevilla.es/article/salud/1720027/se/ha/hecho/esfuerzo/titanico/por/parte/todos/los/profesionales.html
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