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sábado, 13 de septiembre de 2014

Nuevas perspectivas en el abordaje del dolor de espalda y las lumbalgias


Nuevas perspectivas en el abordaje del dolor de espalda y las lumbalgias

Las visiones más integrales y multidisciplinares en distintos aspectos de las ciencias de la salud están consiguiendo reorientar la perspectiva de muchas dolencias. Desde hace décadas se estudian las causas de dolores de espalda y lumbalgias. La anatomía, la traumatología y la fisioterapia a abordan el espectro físico. La osteopatía, dentro de las conocidas como disciplinas alternativas, aluden a otros factores relacionados con las articulaciones. Desde hace tiempo, la propia medicina del dolor comienza a arrojar algo de luz sobre los factores psicológicos que influyen en estas dolencias. En un trabajo de investigación publicado en 2010 por la Universidad de Baleares consideraban de especial relevancia "la inclusión del tratamiento psicológico de las emociones negativas para tratar la lumbalgia crónica. Una de las últimas recopilaciones sobre este tema, ha sido realizada por la doctora María Isabel Heraso, autora de Vivir bien sin dolor de espalda. "Ante cualquier situación emocional difícil la espalda sufre contracturas que conllevan un acortamiento de los músculos y una afectación de vértebras y costillas que dan lugar finalmente a una modificación de la postura ideal", explica la autora a Europa Press.

Según apunta Heraso, jefa de servicio de la Unidad del Dolor del Hospital San Francisco de Asís de Madrid, el dolor se puede definir como sufrimiento e implica a la situación anímica de la persona. "Si la persona es feliz no hay preocupación por el dolor", señala Heraso. Para la especialista se puede hablar de un 'triángulo del dolor' en el que intervienen las alteraciones del ánimo (desánimo, animosidad), la mente (pensamientos tóxicos: ansiedad, miedo o estrés) y físicas (dolor y enfermedad) que lleva a una combinación física y emocional.

"No se puede tratar sólo la punta del iceberg, que es el dolor, hay que tratar a la persona de forma global, hay que tratar en profundidad sus alteraciones del ánimo y los pensamientos tóxicos que están produciendo estas alteraciones físicas", afirma Heraso.

En los dolores de espalda, añade la especialista, suelen intervenir tres orígenes: contracturas, ligamentos posteriores del sacro y problemas de cadera. "Cada dolor tiene su significado en la vida", asevera Heraso para quien los ligamentos posteriores están muy asociados al miedo, las contracturas se deben a una sobrecarga de responsabilidades que no nos corresponden y los problemas de cadera suelen asociarse con una decepción en la vida. La doctora explica que en muchas ocasiones los grandes dolores de espalda, que incluso pueden causar inmovilidad, son desproporcionados en relación a su origen, como en el caso de las contracturas, y que pueden tener un tratamiento sencillo y muy alejado del quirófano.

La especialista lanza unos consejos a través de su libro. En primer lugar, aunque sea un dolor leve o una pequeña lumbalgia no hay que dejarlo pasar: si no se solucionan las causas que lo han motivado el dolor seguirá presentándose y probablemente empeorará, considera la especialista. Además, alude a entender el dolor como una llamada de atención ante posibles problemas: el cuerpo emplea un lenguaje no verbal para avisarnos de que algo no va bien. Para Heraso, hemos de tomar conciencia de que es posible controlar el dolor y que depende de nosotros en primer lugar. Es saludable realizar un auto análisis profundo: el estrés en la vida personal y laboral y los desajustes emocionales pasan factura, apunta la doctora. 
 
http://www.diariodesevilla.es/article/salud/1823212/nuevas/perspectivas/abordaje/dolor/espalda/y/las/lumbalgias.html
 
 

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