El banquero con alma de piloto
La F-1 lamenta la muerte de Botín, cuya pasión por las carreras iba más allá de los patrocinios
La expectación que generaba Emilio Botín
cuando se acercaba a cualquier circuito del calendario de Fórmula 1 era
tan o más notoria que la que producía su presencia en cualquier cumbre
económica. Además de ser el grupo financiero más importante de España y
el primero en volumen de activos de la zona euro, el banco también es
uno de los principales patrocinadores del Mundial de F-1. Al margen de
esponsorizar dos grandes premios en este 2014 (Gran Bretaña y Alemania),
la entidad cántabra es la marca más visible en Ferrari, a quien
desembolsa unos 40 millones de euros anuales en una alianza que arrancó
en 2010 y que expira en 2017.
La pieza clave para entender el vínculo del Santander con la F-1 es Fernando Alonso. Con su fichaje por McLaren en 2007 fue él quien provocó que el banco se decidiera a invertir en el certamen por más que la relación entre el piloto asturiano y la escudería de Woking (Londres) terminara saltando por los aires y el corredor se marchara a Renault a final de curso. Sin embargo, tras dos años (2008 y 2009), Botín volvió a dar un paso al frente para facilitar que el español fichara por Ferrari. El principal grillete no lo arrastraba el ovetense sino la Scuderia, que debía prescindir de uno de sus dos pilotos, Kimi Raikkonen o Felipe Massa, para dejar hueco a él con vistas a 2010. El acuerdo entre el finlandés y la compañía de Maranello se cerró después de firmar un finiquito que superó los 20 millones de euros y que, en mayor o menor parte, salió del Santander.
En los ocho años en los que Alonso y Botín coincidieron por medio mundo, el uno enfundado en su mono de piloto y el otro con un traje, sus botines Hogan y su sombrero blanco decorado con un ribete rojo, tuvieron tiempo de comer y cenar, y de recorrer en bicicleta algunos de los circuitos en bicicleta. También entabló amistad con Bernie Ecclestone, a quien visitaba a menudo en su caravana. “El miércoles cené con Don Emilio. Planeábamos otra vuelta en bici en Singapur…Nos deja un amigo, un gran amigo”, escribió Alonso en su cuenta de Twitter, adjuntando una foto de ambos en el circuito Marina Bay, tomada el año pasado. “Esto es para mi querido amigo Emilio Botín, que acaba de fallecer. Te echaré muchísimo de menos”, colgó en su perfil Lewis Hamilton. “McLaren está conmocionado después de haberse enterado de que Botín ha muerto. Era apasionado y encantador, siempre muy firme pero también justo. Adoraba las carreras. Nunca vi a nadie tan emocionado como él en el garaje cuando teníamos la victoria al alcance”, expresó en un comunicado Ron Dennis, director de la estructura británica.
En cuestiones de F-1, el rol del empresario no se limitaba solo a los despachos. Si iba a un gran premio de los suyos, era habitual verle encima de sus asistentes para que estos revisaran que las vallas publicitarias estuvieran bien colocadas y fueran visibles. Durante los ensayos se metía en el taller de Ferrari, se encasquetaba unos auriculares con sus iniciales, y se quedaba detrás, en la pared del box, en silencio pero al tanto de todo. Esperando al domingo, cuando se dejaba ver por la parrilla de salida y le deseaba suerte a Alonso instantes antes de que los semáforos se apagaran.
La pieza clave para entender el vínculo del Santander con la F-1 es Fernando Alonso. Con su fichaje por McLaren en 2007 fue él quien provocó que el banco se decidiera a invertir en el certamen por más que la relación entre el piloto asturiano y la escudería de Woking (Londres) terminara saltando por los aires y el corredor se marchara a Renault a final de curso. Sin embargo, tras dos años (2008 y 2009), Botín volvió a dar un paso al frente para facilitar que el español fichara por Ferrari. El principal grillete no lo arrastraba el ovetense sino la Scuderia, que debía prescindir de uno de sus dos pilotos, Kimi Raikkonen o Felipe Massa, para dejar hueco a él con vistas a 2010. El acuerdo entre el finlandés y la compañía de Maranello se cerró después de firmar un finiquito que superó los 20 millones de euros y que, en mayor o menor parte, salió del Santander.
En los ocho años en los que Alonso y Botín coincidieron por medio mundo, el uno enfundado en su mono de piloto y el otro con un traje, sus botines Hogan y su sombrero blanco decorado con un ribete rojo, tuvieron tiempo de comer y cenar, y de recorrer en bicicleta algunos de los circuitos en bicicleta. También entabló amistad con Bernie Ecclestone, a quien visitaba a menudo en su caravana. “El miércoles cené con Don Emilio. Planeábamos otra vuelta en bici en Singapur…Nos deja un amigo, un gran amigo”, escribió Alonso en su cuenta de Twitter, adjuntando una foto de ambos en el circuito Marina Bay, tomada el año pasado. “Esto es para mi querido amigo Emilio Botín, que acaba de fallecer. Te echaré muchísimo de menos”, colgó en su perfil Lewis Hamilton. “McLaren está conmocionado después de haberse enterado de que Botín ha muerto. Era apasionado y encantador, siempre muy firme pero también justo. Adoraba las carreras. Nunca vi a nadie tan emocionado como él en el garaje cuando teníamos la victoria al alcance”, expresó en un comunicado Ron Dennis, director de la estructura británica.
En cuestiones de F-1, el rol del empresario no se limitaba solo a los despachos. Si iba a un gran premio de los suyos, era habitual verle encima de sus asistentes para que estos revisaran que las vallas publicitarias estuvieran bien colocadas y fueran visibles. Durante los ensayos se metía en el taller de Ferrari, se encasquetaba unos auriculares con sus iniciales, y se quedaba detrás, en la pared del box, en silencio pero al tanto de todo. Esperando al domingo, cuando se dejaba ver por la parrilla de salida y le deseaba suerte a Alonso instantes antes de que los semáforos se apagaran.
http://economia.elpais.com/economia/2014/09/10/actualidad/1410346746_789374.html
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