Una inyección de células para la artrosis de rodilla
Las células madre, sobre todo las embrionarias, han estado en los últimos años en boca de muchos investigadores y como promesa de muchas terapias. Sin embargo, las que proceden de un embrión, además del debate ético que hay sobre su aplicación, todavía no han demostrado que estén exentas de riesgos, como el desarrollo de tumores. De las que sí hay una certeza probada sobre su eficacia y seguridad, son las células madre procedentes de la médula ósea, utilizadas sobre todo en el trasplante de médula para tratar problemas como la leucemia. Ahora un trabajo español demuestra que este tipo de células también podría ser útil en la artrosis de rodilla.
Más de siete millones de españoles tienen artrosis. Según una encuesta realizada por la Sociedad Española de Reumatología y la Sociedad Española de Médicos de Asistencia Primaria, la de rodilla tiene una prevalencia del 10% y la de cadera del 4%. No obstante, a partir de los 60 años, el 29% de la población tiene síntomas, como el dolor de rodilla, debido a esta enfermedad que consiste en la degeneración del cartílago articular.
Los tratamientos actuales se centran en frenar los síntomas y el avance de la enfermedad bien con fármacos analgésicos o con cirugía para reemplazar la articulación. Sin embargo, no existe hasta el momento ninguna terapia para regenerar el cartílago, algo que podría solucionarse con la terapia celular, según los resultados preliminares de un estudio realizado por investigadores españoles y cuyos datos han sido publicados en la revista 'Transplantation'.
"Se trata de un estudio piloto, en fase I-II, con el que hemos querido constatar la seguridad de esta terapia y ver algunos resultados sobre su eficacia", explica Javier García-Sancho, del Instituto de Biología y Genética Molecular de la Universidad de Valladolid, miembro de la Red de Terapia Celular del Instituto de Salud Carlos III. Y esos objetivos se han cumplido.
Procedimiento
En primer lugar, los investigadores seleccionaron a 12 personas con artrosis de rodilla y con una edad media de 49 (+-5) años, algunos de ellos deportistas, que tras seis o nueve meses de tratamiento no tenían respuesta en cuanto a la reducción de sus síntomas o a la mejora de la movilidad. A todos ellos se les realizó una punción en la cadera (cresta iliaca) para extraer una muestra de su médula ósea. Posteriormente, estas muestras fueron enviadas a la Sala Blanca del Parque Científico de la Universidad de Valladolid para cultivarlas durante tres semanas con la finalidad de conseguir un mayor número de células madre.
Tras el cultivo, las células (un volumen de 8mm) fueron inyectadas en la rodilla de los pacientes que fueron seguidos y evaluados durante un año, en el Centro Médico Teknon de Barcelona. Pasado ese tiempo, se pudo comprobar la seguridad y mejoría del dolor y la discapacidad. La eficacia media estuvo entre el 65% y el 78%, superior al de los tratamientos convencionales. Además, se demostró una mejora de la calidad del cartílago articular (un 27% de promedio) por técnicas de resonancia magnética cuantitativa en 11 de los 12 pacientes de este ensayo.
Entre las posibles complicaciones que el equipo médico se planteaba que pudieran aparecer estaban las infecciones, hemorragias o daño en el cartílago debido al pinchazo. Sin embargo, "no se ha producido ninguno de estos problemas ni tampoco efectos secundarios. Tan sólo algunos pacientes notaron tensión en la rodilla que cedió tras unos días y que se controló bien con ibuprofeno", afirma García-Sancho.
Además, este especialista señala que, tras una serie de pruebas de dolor que se realizaron a los participantes, se pudo comprobar que "la terapia reduce mucho el dolor durante la actividad física. Los resultados aquí son espectaculares pues se pasa de una escala de dolor del 80 a menos de 10. También hemos observado que en personas que realizan deporte habitualmente la mejoría es mucho mayor".
Aunque de momento no está muy claro su mecanismo de acción, "se piensa que hay una regeneración del cartílago: las células generan factores de crecimiento que estimulan las células madre del propio tejido, las formadoras del cartílago. Además, también creemos que segregan factores que inhiben la inflamación y el dolor. La suma de todo es la responsable del efecto final", afirma este especialista.
Alto precio
En cuanto a su posible aplicación en la práctica clínica, García-Sancho señala que primero es necesario un estudio con mayor número de participantes. Además, "actualmente tenemos en marcha otra investigación también en fase I-II para saber si la terapia funciona igual de bien cuando las células proceden de la médula ósea de un donante. Sería lo más fácil para poder generalizar su uso".
En un año conocerán sus resultados, señala este experto que también intervino en otra investigación que probó la terapia celular para tratar la lumbalgia.
No obstante, uno de los hándicaps de este tratamiento es su precio. "En torno a unos miles de euros, porque requiere de instalaciones especiales para cultivar las células, materiales muy caros, un control de calidad tremendo y personal muy especializado", señala este experto.
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2013/05/22/biociencia/1369246065.html
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