H5N1, agente sin secretos
El jefe de enfermedades infecciosas de los NIH (Institutos Nacionales de la Salud norteamericanos), Antoni Fauci, que es uno de los científicos reunidos por la OMS, ha sido el encargado de aplacar a su propia fiera. Fauci acaba de revelar, en una reunión organizada en Washington por la Sociedad Americana de Microbiología, que el Gobierno federal va a encargar a su propio panel "que se avenga a reexaminar las nuevas versiones de los artículos", vulgo que se la envaine.
Y así lo ha hecho en efecto el jefe del NSABB, Paul Keim, que le acaba de reconocer a los editores de Science que "la recomendación del NSABB, qué duda cabe, podría cambiar en el futuro", y que ellos pueden "dar marcha atrás y revertir todo esto si es que ése es el mejor curso de acción", vulgo para ti la perra.
Y así lo ha hecho en efecto el jefe del NSABB, Paul Keim, que le acaba de reconocer a los editores de Science que "la recomendación del NSABB, qué duda cabe, podría cambiar en el futuro", y que ellos pueden "dar marcha atrás y revertir todo esto si es que ése es el mejor curso de acción", vulgo para ti la perra.
Los trabajos de Ron Fouchier, de la Escuela de Medicina Erasmus en Rotterdam, y Yoshihiro Kawaoka, de la Universidad de Wisconsin, Madison, demuestran que bastan cinco mutaciones (cambios de letra) en uno de los genes del virus para hacerlo transmisible entre hurones, cuya respuesta a la gripe es casi idéntica a la nuestra.
El envío de sus artículos a Nature y Science desató la recomendación de censura del NSABB y un considerable barullo en los centros de bioseguridad, bioterrorismo y guerra biológica, no escasos en Estados Unidos. Hasta The New York Times llegó a pedir en un editorial no ya la censura de los datos, sino la destrucción de un virus que nunca debió fabricarse.
Pero el propio NSABB había reconocido que los trabajos debían hacerse. Si estamos a solo cinco mutaciones de una pandemia, tenemos que saber cuáles son. En realidad, ambos estudios fueron financiados por el instituto de Fauci, léase el Gobierno. El subdirector de seguridad sanitaria de la OMS, Keiji Fukuda, tuvo muchos reflejos. Salió enseguida en apoyo de Fouchier y Kawaoka y organizó un contrapanel con la flor y nata de la gripe mundial.
También estuvo brillante al hacer pública su composición, una práctica muy recomendable a la que el organismo de Naciones Unidas se había mostrado alérgico hasta ahora.
http://blogs.elpais.com/simetrias/2012/02/h5n1-agente-sin-secretos.html
El envío de sus artículos a Nature y Science desató la recomendación de censura del NSABB y un considerable barullo en los centros de bioseguridad, bioterrorismo y guerra biológica, no escasos en Estados Unidos. Hasta The New York Times llegó a pedir en un editorial no ya la censura de los datos, sino la destrucción de un virus que nunca debió fabricarse.
Pero el propio NSABB había reconocido que los trabajos debían hacerse. Si estamos a solo cinco mutaciones de una pandemia, tenemos que saber cuáles son. En realidad, ambos estudios fueron financiados por el instituto de Fauci, léase el Gobierno. El subdirector de seguridad sanitaria de la OMS, Keiji Fukuda, tuvo muchos reflejos. Salió enseguida en apoyo de Fouchier y Kawaoka y organizó un contrapanel con la flor y nata de la gripe mundial.
También estuvo brillante al hacer pública su composición, una práctica muy recomendable a la que el organismo de Naciones Unidas se había mostrado alérgico hasta ahora.
http://blogs.elpais.com/simetrias/2012/02/h5n1-agente-sin-secretos.html
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