El sacerdote español detenido en El Salvador se encuentra hospitalizado
-
Antonio Rodríguez está acusado de delitos que lo vinculan con las pandillas
-
Está bajo custodia policial en una clínica de San Salvador por un ataque de hipertensión
El sacerdote español, Antonio Rodríguez, acusado por la Fiscalía General de El Salvador
de delitos que lo vinculan con las pandillas y detenido desde el pasado
30 de julio, se encuentra hospitalizado y bajo custodia policial en una
clínica de San Salvador. El motivo, un ataque de hipertensión.
Según explicó a El Mundo en conversación telefónica una de sus abogadas, Bertha de León, el padre Toño, como es conocido entre los defensores de derechos humanos con los que lleva trabajando más de una década, "es hipertenso y diabético y fue hospitalizado el viernes debido a una subida de tensión fruto del estrés de los últimos días".
"Se puso muy mal y fue ingresado de emergencia pero ahora se encuentra en una situación controlada y sedado", dijo la abogada el sábado por la tarde, madrugada del domingo en España. El sacerdote, del Servicio Social Pasionista y originario de Daimiel (Ciudad Real), llegó a El Salvador hace 14 años y desde entonces realizaba trabajos de reinserción de pandillas y labores pastorales en las prisiones del país centroamericano. Debido a los contactos y credibilidad que tenía, en los últimos años ha formado parte del diálogo entre el gobierno y las maras destinado a bajar la violencia en ese estado.
Su detención fue parte de una redada que conllevó el arresto de 125 personas en distintos puntos del país, una operación que la policía salvadoreña calificó como un "duro golpe" a los grupos criminales que operan en El Salvador. El padre Toño está acusado de tráfico de influencias, ingreso de ilícitos a centros penitenciarios y agrupaciones ilícitas, cargos que son rechazados tanto por el sacerdote como por numerosas organizaciones de derechos humanos que se han solidarizado con él.
En una primera audiencia se le decretó libertad condicional pero antes de que se pudiera hacer efectiva se le interpusieron nuevos cargos con lo que hasta que ingresó en el hospital se encontraba detenido en la División Antinarcóticos de la Policía Nacional Civil.
Los abogados del religioso consideran que las acusaciones forman parte de una persecución contra su papel como defensor de los derechos humanos y denuncian, además, que durante el proceso se violaron sus derechos.
"Se violentó su derecho a la defensa que fue negado en un principio, hubo una violación sistemática de garantías procesales y también del principio de presunción de inocencia", explicó De León. Mientras se prepara su apelación y acciones ante organismos internacionales, la mayor preocupación de los abogados es intentar mantener al padre en un lugar tranquilo donde no se repitan sus problemas de salud.
Según explicó a El Mundo en conversación telefónica una de sus abogadas, Bertha de León, el padre Toño, como es conocido entre los defensores de derechos humanos con los que lleva trabajando más de una década, "es hipertenso y diabético y fue hospitalizado el viernes debido a una subida de tensión fruto del estrés de los últimos días".
"Se puso muy mal y fue ingresado de emergencia pero ahora se encuentra en una situación controlada y sedado", dijo la abogada el sábado por la tarde, madrugada del domingo en España. El sacerdote, del Servicio Social Pasionista y originario de Daimiel (Ciudad Real), llegó a El Salvador hace 14 años y desde entonces realizaba trabajos de reinserción de pandillas y labores pastorales en las prisiones del país centroamericano. Debido a los contactos y credibilidad que tenía, en los últimos años ha formado parte del diálogo entre el gobierno y las maras destinado a bajar la violencia en ese estado.
Su detención fue parte de una redada que conllevó el arresto de 125 personas en distintos puntos del país, una operación que la policía salvadoreña calificó como un "duro golpe" a los grupos criminales que operan en El Salvador. El padre Toño está acusado de tráfico de influencias, ingreso de ilícitos a centros penitenciarios y agrupaciones ilícitas, cargos que son rechazados tanto por el sacerdote como por numerosas organizaciones de derechos humanos que se han solidarizado con él.
En una primera audiencia se le decretó libertad condicional pero antes de que se pudiera hacer efectiva se le interpusieron nuevos cargos con lo que hasta que ingresó en el hospital se encontraba detenido en la División Antinarcóticos de la Policía Nacional Civil.
Los abogados del religioso consideran que las acusaciones forman parte de una persecución contra su papel como defensor de los derechos humanos y denuncian, además, que durante el proceso se violaron sus derechos.
"Se violentó su derecho a la defensa que fue negado en un principio, hubo una violación sistemática de garantías procesales y también del principio de presunción de inocencia", explicó De León. Mientras se prepara su apelación y acciones ante organismos internacionales, la mayor preocupación de los abogados es intentar mantener al padre en un lugar tranquilo donde no se repitan sus problemas de salud.
http://www.elmundo.es/internacional/2014/08/10/53e6d138e2704ecf0d8b4587.html?cid=MNOT23801&s_kw=el_sacerdote_espanol_detenido_en_el_salvador_se_encuentra_hospitalizado
No hay comentarios:
Publicar un comentario