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martes, 7 de junio de 2011

Tras hundir al pepino y a la soja, sigue sin pruebas sobre el foco de la bacteria

La alarma alemana por los cultivos de soja se ha extenido a otros cultirvos. En la imagen, un operario con brotes de remolachaTras hundir al pepino y a la soja, sigue sin pruebas sobre el foco de la bacteria

La E. coli ridiculiza a Alemania

Alemania sigue perdida en la búsqueda de la fuente exacta del brote de E. coli y continúa dando palos de ciego a cualquier sector, institución o negocio que muestre algún indicio, por mínimo que sea, de ser el culpable.
Tras acusar de manera injusta a los pepinos importados desde España y a un restaurante de Lübeck, las autoridades sanitarias germanas pueden haberse vuelto a equivocar al apuntar, el pasado domingo, a unos brotes de soja de una explotación agrícola de Bienenbuettel, una población al sur de Hamburgo. Los primeros resultados de la investigación han puesto de nuevo en evidencia los métodos, imprecisos y alarmistas, seguidos por Berlín en esta epidemia que ya se ha llevado consigo la vida de 23 personas en toda Europa y cuenta con 1.526 contagiados en el país. Según ha comunicado el Ministerio de Agricultura de la región de Baja Sajonia, 23 de las 40 muestras recogidas para analizar en el laboratorio han dado negativo a la presencia de la bacteria E. coli, mientras que el resto siguen siendo analizados. Este hecho ha llevado a los máximos organismos sanitarios a advertir que la investigación se va a prolongar en el tiempo, situación que, como se ha comprobado, dificulta aún más encontrar el foco infeccioso.
En los próximos días se conocerá el resultado del resto de muestras, así como diversos estudios que se han centrado en analizar los sistemas de ventilación. A pesar de ello, hoy mismo podría darse un paso importante en la resolución de esta crisis, pues está previsto que se conozcan las conclusiones de los análisis efectuados a un paquete de 100 gramos que tenía una mezcla de semillas germinadas procedente de la granja afectada y que un paciente de Hamburgo, contagiado con la bacteria, conservaba en su nevera. Como ya ocurriera con Frunet, la empresa española distribuidora de los pepinos presuntamente contaminados, diversos miembros de la plantación de Bienenbuettel han expresado su malestar por las acusaciones gratuitas vertidas por fuentes gubernamentales alemanas. De este modo, Klaus Verbeck, director ejecutivo de Gaertnerhof, afirmó ayer que no entiende por qué se ha dicho que los brotes de soja y otros productos de su plantación podrían ser los causantes de esta crisis. Además, defendió  al periódico  «Neue Osnabruecker Zeitung» que no utiliza ningún tipo de fertilizantes para sus cultivos.
Críticas internas
La mala gestión de la crisis sanitaria ha provocado importantes críticas que se han multiplicado en los últimos días. Internamente, numerosos grupos políticos han levantado la voz para protestar y denunciar las carencias existentes. Así, la copresidenta de Los Verdes alemanes, Claudia Roth, lamentó la tardanza en actuar del Gobierno federal ante la magnitud del problema, mientras agregaba que echaba en falta un centro de crisis unificado y un número de teléfono de atención al ciudadano. La líder del mismo partido proecologista, Rentae Künast, fue más dura aún al calificar de «mero espectáculo» la coyuntura actual. Fuera de sus fronteras, Alemania también ha recibido serios correctivos por parte de gobiernos y expertos en tratamiento de epidemias. Desde España, el director del Laboratorio de Referencia del E.coli (LREC), Jorge Blanco, ha manifestado que «todavía quedan muchas preguntas por responder, porque hasta ahora tan sólo ha habido falsas alarmas». Por su parte, la investigadora  Margarita Salas señaló que las acusaciones al pepino de la consejera de salud de Hamburgo, Cornelia Prüfer-Storcks,  fueron «muy desafortunadas y muy aventuradas. Es absolutamente falso lo que dijo».
La UE quiere ahora compensar al campo español, que está al límite
El sector hortofrutícola español podría comenzar a ver la luz al final del túnel si, como se prevé, los Veintisiete alcanzan hoy un acuerdo para compensar a España por los perjuicios causados a raíz del brote de E. coli en Alemania, y la posterior acusación germana hacia los pepinos de nuestro país. La Comisión Europea anunció ayer, tras la reunión mantenida en Luxemburgo por los ministros de Salud de la UE, que propondrá «medidas concretas de compensación» para los agricultores afectados por la caída de consumo provocada por el brote infeccioso. La titular de Sanidad española, Leire Pajín, trasladó durante la reunión el «profundo malestar» de España por el modo en que Berlín ha gestionado la «crisis del pepino», pero que también ha salpicado a otros productos como la soja.
Después de prácticamente arruinar la temporada de muchos agricultores y productores españoles con su acusación directa a las verduras españolas, ahora Alemania se muestra a favor de compensar a un sector muy tocado por las sospechas de contaminación. La Federación Española de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex), aseguró ayer que los agricultores españoles han perdido 175 millones de euros en exportaciones y otros 50 millones en el mercado nacional. El comisario europeo de Salud y Protección al Consumidor, John Dalli, defendió «ajustes» en el sistema de alerta sanitaria para favorecer que en el futuro se active sobre la base de datos científicos y «no por cualquier declaración».

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