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sábado, 13 de septiembre de 2014

Descubre tu propia erótica

Una mujer leyendo literatura erótica sentada en una escalera.Descubre tu propia erótica

  • Activar nuestra erótica ayuda a fortalecer las relaciones

  • La erótica es libre en cada persona pero sí está sujeta a modas

  • Los juegos BSMD deben ser consensuados por la pareja

Las rupturas de pareja en verano no son ningún mito. Es cierto que si una pareja está desgastada durante el año, el verano y las vacaciones son propicios para terminar definitivamente con la relación. Sin embargo, si la pareja funciona, puede ser un buen momento para disfrutar juntos. Sobre todo, para descubrir aún más su propia erótica.
Así lo asegura la psicóloga Ana Sierra, terapeuta sexual y de pareja: "Muchas parejas, al pasar más tiempo juntas en vacaciones, hacen más evidentes sus carencias como pareja y pueden desencantarse y finalizar la relación. Pero, por el contrario, si una pareja es fuerte y no tiene fisuras, es un gran momento para el disfrute: puede ser una oportunidad para el descubrimiento erótico, afectivo y sexual".
Las personas deben vivir su sexualidad en base a lo que sienten, a lo que les gusta, sin normas establecidas. La clave está en saber buscar dentro de nosotros todo aquello que nos resulte atractivo, especial, erótico. O lo que es lo mismo, vivir la diversidad de la sexualidad y romper los cánones erróneamente establecidos.
Pero, ¿cómo romper con las normas? Durante varias décadas, los expertos en salud sexual han ido mostrando que efectivamente, un gran porcentaje de las disfunciones sexuales que surgen por causas psicológicas se debe especialmente a entender las relaciones sexuales con el coito como finalidad en vez de tener en cuenta otros abanicos posibles. Incluso aunque para muchas personas no es la forma con la que más disfrutan, pues es por otras vías cuando llegan al orgasmo.
Silvia Carpallo, escritora y autora del libro El Orgasmo de mi vida, mantiene que uno de los principales problemas para llegar al orgasmo es precisamente la presión que tenemos para llegar a él. "Tenemos una idea preconcebida de lo que 'debe' de ser el sexo: preliminares, coito y orgasmo. Y, precisamente, es esta partitura la que habitualmente nos impide llegar a nuestro propio placer". Por tanto, la clave está en romper esa partitura. Esto es, "aventurarse a descubrir por nosotros mismos nuestro cuerpo, nuestras zonas sensibles, nuestros juegos favoritos y compartirlos con la pareja. Ser nuestros propios directores de orquesta".
A raíz de la revolución de la sexualidad femenina, allá por los años 60 y 70, explica Carpallo, se ha entendido que el cuerpo es erógeno, y no sólo lo son los genitales. Ahora, el error está en materializarlo, "en buscar nuevas partituras, por ejemplo con artículos del tipo 'Top ten de las zonas erógenas'". Lo ideal, porque cada cuerpo es un mundo, sería aventurarse con cada nueva pareja. "Hay que descubrir qué es lo que más le gusta, que nos lo enseñe, y que quizás también se lo podamos descubrir y sorprenderle. Si queremos hacerlo más dinámico, es decir, no ponernos en frío a buscar zonas erógenas, podemos inventar juegos", señala.
En definitiva, se trata de 'activar la clave erótica', como lo llama Sierra. Lo que significa, según esta especialista, meter erótica y sexo en nuestra cabeza, focalizarnos en lo que nos resulta erótico y descubrir qué es erótico para nosotros. "Activar la clave erótica aumenta el deseo y genera vínculos afectivos con la pareja. Te prepara para el juego y el disfrute, además que favorece una adecuada respuesta sexual", mantiene.

Marcada por las modas

La erótica no es algo etéreo, existe un cierto contexto. "La erótica es cultural y se construye socialmente", defiende Sierra. La época en que vivimos, el lugar, las modas, el cine, la literatura, todo lo socio-cultural afecta a nuestra erótica. Por ello, diversos temas al normalizarse y 'salir del armario' parecen que se vuelven modas, sin embargo, sólo se trata de normalización. Es el caso, por ejemplo, de lo que tradicionalmente se denomina 'sadomasoquismo' y que ahora se ha agrupado bajo las siglas BDSM: Bondage; Disciplina y Dominación; Sumisión y Sadismo; y Masoquismo. Se trata de un grupo de prácticas y fantasías sexuales que tuvieron su máximo boom a raíz del fenómeno de 50 sombras de Grey.
Malenka Ramos, especialista en literatura erótica y autora del reciente De rodillas, afirma que son prácticas que se vienen realizando desde hace años, sólo que ahora con el boom de la literatura erótica son más visibles. "Este tipo de prácticas no entiende de clases, hay todo tipo de gente que las realiza, de distintas clases sociales y económicas. Se ha hecho toda la vida. Si se quiere y se desea, hay que probar", comenta.
En definitiva, añade Sierra por su parte, al normalizar este u otros temas hay más gente que los conoce, que ya no los ve como algo oscuro, sino como sensuales y se animan a probarlos y a disfrutarlos si les gusta.
Lo novedoso siempre suele despertar nuestro interés. No se trata de tener que hacer algo nuevo porque sí, o porque todo el mundo hable de ello, mantiene Ramos, sino que es una forma más de poder disfrutar del sexo. La libertad y la autonomía de la mujer actual hacen que ya no se sienta mal si juega por ejemplo a representar el rol de sumisa, pues se trata de un simple juego.
Eso sí, el BSMD debe ser siempre acordado de forma coherente, matiza la experta. Existen unas normas establecidas, si no, se trataría de otra cosa. La pareja tiene que estar de acuerdo, definir muy bien los roles y tener todo consensuado. Entender que se trata de un puro juego y que los roles duran lo que dura el juego. Eso sí, aconseja que este tipo de prácticas las realicen las parejas, es decir, parejas establecidas que se conocen y tienen confianza.
 
 
 http://www.elmundo.es/salud/2014/09/12/5411d7f3e2704e9b458b457c.html

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