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miércoles, 10 de septiembre de 2014

Alfonso Echávarri, Teléfono de la Esperanza

Alfonso Echávarri, Teléfono de la Esperanza

Un hombre sentado a la mesa en un despachoDel otro lado del teléfono

Suena el teléfono en la sede del Teléfono de la Esperanza en Navarra. El número que ha llamado aparece oculto, no hay manera de saber dónde se encuentra la persona que marcó el 902 500 002 buscando ayuda.  A Alfonso Echávarri los años de experiencia le permiten actuar de forma eficaz en este tipo de situaciones. Al otro lado del teléfono estaba ella, afectada por trastorno límite de la personalidad y recién abandonada por su pareja, pensando que la única solución posible era ponerle fin a su vida tirándose por la ventana. "Recuerdo que en este caso no le pregunte por qué, sino que para qué. Su respuesta fue clara y automática: para dejar de sufrir", explica Echávarri recordando aquella llamada. Como ella, miles de personas solicitan ayuda telefónica cada año cuando la idea de quitarse la vida les ronda por la cabeza, porque concede el anonimato y la posibilidad de hablar con alguien desconocido.
¿Es beneficioso el anonimato?
Sí, allí puedes profundizar muchísimo en su intimidad y es un arma que permite a la persona abrirse.  Por ejemplo, en el caso de la persona que comentábamos anteriormente, a mí me fue posible del otro lado del teléfono acceder a lo que, en ese momento estaba sintiendo.
¿Se lleva a cabo alguna metodología durante las llamadas?
Vamos dirigiendo la conversación. Son personas con mucha ambivalencia, dudan entre vivir y morir, y por lo tanto necesitan seguridad  y autoridad al otro lado del teléfono. Con esa dirección vamos explorando algunos aspectos de su vida y  elementos que le permitirían engancharse; explorar algún recurso que le permita querer seguir con vida. Normalmente en este tipo de llamadas, si tenemos la ubicación de la persona se activa un protocolo. También si se consigue controlar la crisis, se le dice a la persona que puede venir presencialmente para evitar que un futuro vuelva a recaer en este pensamiento.
En el caso que comentábamos anteriormente, ¿se activó un protocolo?
Era una persona que llevaba un número oculto y no era posible localizarla para movilizar a algún equipo de emergencia. Si tenemos los datos suficientes para movilizar un servicio de emergencia, lo hacemos. Lo más importante en ese momento es salvar la vida de quien llama.
¿Qué sucedió con esta persona?
No sé qué pasó con ella. Era un número oculto. Yo intenté sacarle más información pero ella no estaba dispuesta. Después del rato que hablamos, la angustia había desaparecido, esto le permitió tener opciones en su cabeza diferentes a poner fin a su vida. Lamentablemente, muchas de las llamadas que recibimos no sabemos cómo terminan. 
¿Cuál es el perfil de las llamadas que reciben con intención de suicidio?
Hombre, de unos 35 a 44 años. Pero realmente en la etapa de pensamiento suicida las que más llaman son las mujeres. ¿Quiere decir eso que ellas son más vulnerables? No, todo lo contrario. Las mujeres son más capaces de pedir ayuda. No debemos olvidar que el suicidio en la gente mayor es un gran problema, muchísima gente de la tercera edad se suicida. Quizás por la soledad, por la incomunicación. Son tantos los factores que influyen...
¿Por qué cree que han aumentado los suicidios en el último año en España?
La crisis económica que estamos viviendo tiene mucho que ver. No como la causa principal, pero sí quizás como desencadenante de otras crisis. Me explico. Una persona que tiene problemas con su pareja, se divorcia, queda en una situación económica precaria y, encima, es despedida del trabajo tiene más factores desencadenantes. Y estas situaciones son muy comunes últimamente.
¿Es necesario un plan estatal de prevención de suicidios?
Sería fenomenal que existiera un plan estatal de prevención de suicidios. La conducta suicida es un fenómeno universal. Sin embargo, poner de acuerdo a todas las autonomías puede ser complicado. Queda mucho trabajo por hacer.
¿Han recibido el apoyo económico que necesitan?
Necesitamos muchísimo más apoyo tanto de instituciones públicas como privadas. Mantener una estructura como ésta es costoso. El Teléfono de la Esperanza es un servicio de calidad y profesionalizado. Requiere dinero para que sea realidad constante.

Sin cifras de intentos de suicidio

El Teléfono de la Esperanza lleva 43 años de andadura. Se dedican a trabajar con personas en crisis y a promover la salud emocional. Su ámbito de trabajo abarca tanto la atención telefónica como personalizada. Está presente en 27 sedes físicas en España, pero también en Europa, Sudamérica y, recientemente, EEUU. En su memoria de 2013 indica que en España recibieron en ese año 1.567 llamadas con intención suicida, lo que representa un 3,2% del total de las llamadas que reciben. "Hablando de conducta suicida, 1.567 llamadas son muchas.  De ellas, unas 50 ya estaban llevando a cabo su intento", indica Echávarri.  En España no hay datos oficiales del número de intentos de suicidio en la población. Ni siquiera el Instituto Nacional de Estadística (INE) dispone de esos datos.  El jefe del servicio de Psiquiatría de la Fundación Jiménez Díaz en Madrid, Enrique Baca, lleva algunas estimaciones sobre intentos suicidas: "Aproximadamente un hospital que tenga un área entre 300.000 y 400.000 habitantes, como son la mayoría de los de Madrid, presentan de uno a dos suicidios diarios." Sin embargo, el doctor Baca asegura que no hay datos oficiales porque las estadísticas de intentos de suicidio son muy complejas de analizar ya que necesitan un sistema de vigilancia intensivo, y eso significaría inversión de tiempo y dinero.
 
 
 http://www.elmundo.es/salud/2014/09/10/540f1a98268e3e227e8b4584.html

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