Las estatinas baratas son igual de eficaces
Dosis máximas de los fármacos atorvastatina (comercializado por Pfizer con el nombre de Cardyl y Zarator en España y Lipitor en Estados Unidos) o rosuvastatina (Crestor, de AstraZeneca) combaten con una eficacia similar la aterosclerosis. La principal diferencia es que el primero resulta más barato porque ha perdido la patente y cuenta con versiones genéricas en el mercado español.
Ambas estatinas reducen de forma significativa la formación de placas de colesterol en las paredes de las arterias coronarias, según los resultados de un estudio presentado en el Congreso de la Asociación Americana del Corazón (AHA), que se celebra esta semana en Orlando (EEUU), y publicado simultáneamente en la revista 'The New England Journal of Medicine' ('NEJM'). Es más, los dos agentes llevaron a un retroceso de la enfermedad en la mayoría de los participantes en el ensayo clínico.
La investigación contó con más de 1.000 pacientes, que fueron divididos en dos grupos: a la mitad se les administró atorvastatina en dosis diarias de 80 mg y al restante 50%, 40mg de rosuvastatina. Los resultados del tratamiento se evaluaron mediante ecografía intravascular, un sistema de imagen que permite visualizar el interior de las arterias coronarias. Dos años después del inicio del estudio, el volumen de las placas de ateroma había disminuido considerablemente en los dos grupos y con pocos efectos secundarios destacables.
El fármaco más caro, rosuvastatina, produjo un descenso ligeramente superior del colesterol LDL (el malo) y aumentó más el colesterol HDL (el bueno). Sin embargo, esas ventajas no se tradujeron en una progresión más favorable de la enfermedad coronaria. "La diferencia fue relativamente modesta", reconocen los autores del trabajo, que ha sido financiado por compañía AstraZeneca.
En lo que sí hay variaciones es en el precio de los dos productos. En España, el tratamiento con las dosis empleadas en el estudio cuesta casi el doble si se emplea rosuvastatina. La terapia con esta última cuesta en torno a 77 euros cada 28 días, frente a unos 37 en el caso de atorvastatina (Fuente: Precios menores de las diferentes presentaciones de medicamentos. Ministerio de Sanidad y Política Social).
Los investigadores de los más de 200 hospitales que han participado en este ensayo liderado por la Clínica Cleveland (EEUU) concluyen que cualquiera de los dos fármacos puede utilizarse para reducir la placa de ateroma. En este sentido, aseguran que la disminución observada ha sido muy superior a la mostrada por otros estudios.
En opinión de Enrique Galve, presidente de la Unidad de Hipertensión de la Sociedad Española de Cardiología, ese es el punto fuerte de la nueva investigación. "Estas estatinas son capaces de hacer retroceder la placa de forma muy evidente". Concretamente, la reducen un 1%, cifra que puede parecer irrisoria. Sin embargo, el cardiólogo subraya que se trata de un gran logro. "Cuando hablamos de la placa de ateroma, solemos decir a nuestros pacientes que aspiramos a que no se forme más, a que se mantenga", apunta. Sólo con eso disminuyen los accidentes cardiovasculares. Ir más allá de ese objetivo es dar un paso de gigante.
Para Galve, otra lectura positiva del estudio es que se consigue detener la progresión de la enfermedad coronaria "prácticamente sin efectos secundarios". De hecho, en los más de 1.000 pacientes tratados no se observó ningún caso de rabdiomiolisis, que es una toxicidad muscular que constituye la complicación más grave que puede aparecer.
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/11/17/corazon/1321535590.html
Ambas estatinas reducen de forma significativa la formación de placas de colesterol en las paredes de las arterias coronarias, según los resultados de un estudio presentado en el Congreso de la Asociación Americana del Corazón (AHA), que se celebra esta semana en Orlando (EEUU), y publicado simultáneamente en la revista 'The New England Journal of Medicine' ('NEJM'). Es más, los dos agentes llevaron a un retroceso de la enfermedad en la mayoría de los participantes en el ensayo clínico.
La investigación contó con más de 1.000 pacientes, que fueron divididos en dos grupos: a la mitad se les administró atorvastatina en dosis diarias de 80 mg y al restante 50%, 40mg de rosuvastatina. Los resultados del tratamiento se evaluaron mediante ecografía intravascular, un sistema de imagen que permite visualizar el interior de las arterias coronarias. Dos años después del inicio del estudio, el volumen de las placas de ateroma había disminuido considerablemente en los dos grupos y con pocos efectos secundarios destacables.
El fármaco más caro, rosuvastatina, produjo un descenso ligeramente superior del colesterol LDL (el malo) y aumentó más el colesterol HDL (el bueno). Sin embargo, esas ventajas no se tradujeron en una progresión más favorable de la enfermedad coronaria. "La diferencia fue relativamente modesta", reconocen los autores del trabajo, que ha sido financiado por compañía AstraZeneca.
En lo que sí hay variaciones es en el precio de los dos productos. En España, el tratamiento con las dosis empleadas en el estudio cuesta casi el doble si se emplea rosuvastatina. La terapia con esta última cuesta en torno a 77 euros cada 28 días, frente a unos 37 en el caso de atorvastatina (Fuente: Precios menores de las diferentes presentaciones de medicamentos. Ministerio de Sanidad y Política Social).
Los investigadores de los más de 200 hospitales que han participado en este ensayo liderado por la Clínica Cleveland (EEUU) concluyen que cualquiera de los dos fármacos puede utilizarse para reducir la placa de ateroma. En este sentido, aseguran que la disminución observada ha sido muy superior a la mostrada por otros estudios.
En opinión de Enrique Galve, presidente de la Unidad de Hipertensión de la Sociedad Española de Cardiología, ese es el punto fuerte de la nueva investigación. "Estas estatinas son capaces de hacer retroceder la placa de forma muy evidente". Concretamente, la reducen un 1%, cifra que puede parecer irrisoria. Sin embargo, el cardiólogo subraya que se trata de un gran logro. "Cuando hablamos de la placa de ateroma, solemos decir a nuestros pacientes que aspiramos a que no se forme más, a que se mantenga", apunta. Sólo con eso disminuyen los accidentes cardiovasculares. Ir más allá de ese objetivo es dar un paso de gigante.
Para Galve, otra lectura positiva del estudio es que se consigue detener la progresión de la enfermedad coronaria "prácticamente sin efectos secundarios". De hecho, en los más de 1.000 pacientes tratados no se observó ningún caso de rabdiomiolisis, que es una toxicidad muscular que constituye la complicación más grave que puede aparecer.
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/11/17/corazon/1321535590.html
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