El olor de la malaria
Los ratones infectados con el parásito de la malaria liberan un tipo de olor diferente al de los individuos no infectados, haciendo a los ratones infectados más susceptibles
La culpa es del olor. Los ratones infectados con el
parásito de la malaria liberan un tipo de olor diferente al de los
individuos no infectados, haciendo a los ratones infectados más atractivos para los mosquitos. Investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich
(Suiza), demuestran que si los mosquitos de la malaria encuentran a la
víctima idónea a la que picar, el parásito 'Plasmodium' actúa para
manipular a su huésped cambiando las características del olor corporal
del individuo infectado, haciéndolo más atractivo para los hambrientos
mosquitos.
La malaria es
y sigue siendo una enfermedad temible que se transmite a los humanos
por el mosquito Anopheles. El patógeno es un protozoo del género
'Plasmodium'. Si no se trata, el paludismo puede ser mortal, pero el
parásito tiene un problema: para completar su ciclo de vida, con el
tiempo debe ser adquirido por otro mosquito, algo que se produce cuando
el insecto pica a una persona infectada, una fase de reproducción en la
que el patógeno provoca un olor muy fuerte.
En este trabajo publicado en «The Proceedings of the National Academy of Sciences»,
los investigadores han visto que los ratones ya infectados eran más
atractivos para los mosquitos debido a que tenían una alta concentración
de gametocitos, las células reproductivas del parásito plasmodium, en
su sangre. Cuando el mosquito consume dichas células junto con las de la
sangre, comienza un nuevo ciclo de desarrollo en el intestino del mosquito.
Más atractivos
Los investigadores han visto que los agentes patógenos no
parecen activar la expresión de componentes únicos del olor y tampoco
han identificado ningún componente que existiera sólo en las personas
infectadas. En cambio, los agentes patógenos de la malaria alteran los
niveles de compuestos que ya están presentes en el olor de las personas
no infectadas.
«Parece que hay un incremento general de varios compuestos
que son atractivos para los mosquitos», explica la investigadora
Consuelo De Moraes. Los investigadores creen que es lógico que las
personas infectadas tengan un olor más atractivo pero no generen olores
corporales muy específicos, sobre todo teniendo en cuenta que el agente
patógeno de la malaria también puede tener efectos adversos en los
mosquitos.
Para siempre
Más sorprendente es el hallazgo de que la infección de la
malaria deja su huella en el olor corporal de por vida. Incluso cuando
los ratones infectados ya no tenían síntomas, su olor corporal mostró que eran portadores del patógeno,
aunque no todas las etapas de la enfermedad tenían el miso olor: el
perfil de olor de la enfermedad aguda se diferencia del perfil que se
encuentran en las personas que presentan las etapas posteriores a la
infección por malaria.
Aunque los resultados obtenidos en este estudio no se
pueden trasladar directamente a la malaria en los humanos, sugieren que
efectos similares podrían estar involucrados en la atracción de los
mosquitos por las personas infectadas. El equipo de De Moraes está
investigando actualmente dicha posibilidad en un nuevo trabajo con
personas en África.
Además de ayudar en los esfuerzos por desestabilizar la transmisión del paludismo a través de los mosquitos,
los científicos esperan que los hallazgos de este trabajo también
puedan ser utilizados para desarrollar nuevos procedimientos
diagnósticos no invasivos que facilitarían la detección eficaz de las
poblaciones humanas con infecciones por malaria, en particular con el
fin de identificar a los individuos que de otro modo no expresan los
síntomas pero siguen siendo capaces de propagar la enfermedad.
http://www.abc.es/salud/noticias/20140701/abci-malaria-olor-mosquito-201406301919.html
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