¿Por qué nuestros antepasados hacían fotos a los muertos?
En el caso de los adultos, además
podía cumplir otra función: demostrar el fallecimiento. «Como un
documento notarial por temas de herencias o para demostrar los gastos
del sepelio, especialmente si los herederos estaban disgregados», apunta
la autora.
Foto de familia
Si el difunto era un niño o una
persona muy joven, la razón de capturar su imagen para la posteridad
tenía más que ver con obtener un recuerdo de su existencia. Por ello,
estas imágenes tienen una escenografía más blanca y dulcificada que la
de los mayores. En algunos casos, incluso, aparecen junto al bebé fallecido sus padres o sus hermanos,
como si se tratase de una foto más del álbum familiar. De hecho, a
mediados del siglo XIX, cuando comienza la tradición de la fotografía
post mortem, es habitual disimular la muerte con una escenografía que
les hiciera pasar por vivos: sentados juntos a otros familiares mirando a
cámara, como adormilados en un sillón...
De la Cruz descubrió en 2005 algunas de estas inquietantes instantáneas en un puesto del mercado de Portobello, en Londres. «Los que las vendían a saldo no se habían dado cuenta
de que en ellas aparecían difuntos», recuerda. Para el ojo de la autora
de «El retrato y la muerte» no pasaron desapercibidas. «Se puede
detectar por la posición de las manos, el cuello o los hombros. Están
caídos, como un peso muerto y eso no se puede ocultar», apunta.
Años más tarde, los escenarios de
estas instantáneas, que preparaban con esmero los familiares del
difunto, evolucionan, se hacen más evidentes y ya no pretenden ocultar
el deceso. En el caso de los niños se intenta incluso divinizar el momento. Se coloca a los más pequeños en un altar y se les llena de flores y estampas religiosas, como si fueran ángeles.
Un trabajo más cotizado
El interés de De la Cruz por estas imágenes llegó de la mano del fotógrafo gallego Virxilio Vieitez. Quería hacerle una antológica para su tesis doctoral y repasando su trabajo descubrió algunas fotos
de difuntos. «Me fascinó e inquietó el asunto y quise investigar si
otros fotógrafos hacían lo mismo en Galicia y en otras partes de
España», relata. Y efectivamente descubrió que otros profesionales como Maximino Reboredo o Francisco Zagala habían
realizado este trabajo. «No las hacían por gusto. Eran encargos de los
familiares del difunto y era un trabajo más cotizado. Se trataba como
una ceremonia más dentro de la comunidad y la familia», explica.
Además, comprobó que estas imágenes
no sólo son patrimonio de nuestro país, sino que se realizaron en otros
lugares como EE.UU., India o Japón. «Existen en cualquier sitio donde
haya una fuerte convicción religiosa. La foto es un medio para solventar
ciertas cuestiones traumáticas del duelo», apunta.
Aunque vistas con los ojos del siglo XXI estas fotos
pueden resultar macabras, la autora del libro, que cuenta con una
colección propia de unos cien ejemplares, considera que no hay que
mirarlas como algo «negativo o morboso». «Hay que situarse en esa época y
entender las necesidades y la angustia vital del momento», señala.
Lo cierto es que nuestros antepasados tenían una relación más natural con la muerte
que nosotros. Las personas fallecían en su casa y allí mismo era donde
se velaba el cuerpo. «Antes había más tasas de mortandad y era común
tener una o varias pérdidas en la familia, sobre todo en el caso de los
niños, pero en el momento en el que empieza a haber medios para alargar la vida, comenzamos a apartar la muerte de nuestras vidas y a verla como un tabú», señala De la Cruz.
En España, la imagen post mortem profesional más reciente con la que la autora se ha topado es de 1980. A partir de ese momento,
la fotografía se populariza y las familias tienen ya capacidad
económica para adquirir sus propias cámaras. «Probablemente pasaron de
hacer el encargo profesional a realizarlas ellos mismos, pero es muy
difícil seguir el rastro de esas instantáneas porque la gente no es dada
a contar que las ha hecho...», concluye.
http://www.abc.es/sociedad/20131101/abci-antepasados-fotos-muertos-201310291241.html
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