Tratar la caída del cabello
Se sabe que cada día crecen nuevos cabellos en nuestra cabeza mientras que otros también caen diariamente. Se considera normal la pérdida diaria de entre 50 y 100 cabellos como media. Es un ciclo que se renueva constantemente. Igual que la persona nace, crece y muere, el cabello sigue una regla de tres muy parecida: Crece, descansa y cae. Así de simple. El problema viene cuando ese ciclo vital del cabello se altera y aparecen las conocidas alopecias especialmente en el hombre.
El Dr. Joan Ferrando, profesor titular de dermatología de la Universidad de Barcelona y Miembro Fundador del Grupo Español de Tricología de la Academia Española de Dermatología y Venerología, habla sobre el tema.
¿Por qué a ciertas personas cae el cabello y por qué en ciertas zonas del cuero cabelludo y no en todas?
Sin duda nos estamos refiriendo a la calvicie común o alopecia androgenética. En este caso existe un componente genético importante que determina que ciertas áreas sean más sensibles a la pérdida del cabello. En el varó se manifiesta en las “entradas” frontoparietales y la “coronilla” y, en la mujer, de forma difusa en todo el cuero cabelludo.
¿Se tiene alguna estadística de qué modo afecta la alopecia en el varón en España?
Se dice que aproximadamente afecta al 20% de varones de 20 años, al 30% de los varones con 30 años, y así sucesivamente.
¿La mujer de algún modo está más protegida frente a esta caída del cabello?
De hecho en la mujer incide menos porque aparte del componente genético el otro componente son las hormonas masculinas, que la mujer, lógicamente, tiene menos.
¿Todas las alopecias del hombre son iguales?
Por supuesto que no. Si nos referimos solo a la calvicie común, aparte del patrón clásico –anglosajón- (“entradas” y “coronilla”) un 10% de varones presentan el patrón difuso propio de la mujer; otros el patrón semita (sin “coronilla” o poca y “entradas” que se unen centralmente dando lugar a una recesión central paulatina. Otros tipos de alopecia que pueden presentar tanto hombres como mujeres son la alopecia areata y las alopecias cicatriciales.
¿Toda caída del cabello sigue un proceso irreversible o como piensan algunos hombres “no me caerá todo el pelo y se frenará”...?
La calvicie común es un proceso lentamente progresivo pero se puede detener con tratamiento e incluso mejorar, según los casos. Otras pérdidas de cabello son temporales como los efluvios por stress, fiebre prolongada o por fármacos, o estacionales o en situaciones fisiológicas (postparto) etc…
Ni todo es serio ni todo es eficaz en el tratamiento de una alopecia. ¿Cómo se trata adecuadamente?
La calvicie común tiene 2 fármacos rigurosamente comprobados que son eficaces: minoxidil tópico y finasterida oral (no admitido sanitariamente en la mujeres por peligro de teratogénesis). Otros como aminexil, vasodilatadores tópicos, inhibidores naturales de 5-alfa-reductasa, también ayudan. También son eficaces el autotrasplante de cabello y la aplicación de factores de crecimiento del propio plasma.
¿Cuándo recomienda un trasplante de pelo?
Cuando se desea aumentar densidad en el área afecta pero es aconsejable que se disponga previamente de un tratamiento (minoxidil, finasterida,…) que nos garantice no perder los propios y mantener lo trasplantados.
Ahora que llega el verano, ¿qué cuidados recomienda para nuestro cabello?
Básicamente protegerlo de las inclemencias medio ambientales: salitre del mar, cloro de las piscinas, viento, arena,…Lavarlo tantas veces como sea necesario al día, sin problemas, aplicarle filtros solares que los hay en spray para cuero cabelludo, y buenos acondicionadores capilares tras el lavado.
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“Dios es amor mejor con humor” trata de acercar El Antiguo Testamento a todos. La dosis de humor intenta facilitar la comprensión del Libro Santo. Siempre con respeto y con matices didácticos nunca pierde la parte espiritual y sensible de un conjunto de textos tan antiguos como actuales. Para traernos a un Dios que sigue con nosotros. Que nos perdona a pesar de las torpezas y debilidad del hombre. Que sigue con el pueblo elegido. Porque los elegidos somos los que nos dejamos elegir.
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