La clave para no engordar está
en la saliva
Un equipo biomédico español ha dado con la clave que
permitirá saber qué alimentos podremos tomar y cuáles no en función de la
tolerancia o intolerancia que tengamos a éstos
¿Una
cervecita después del baño con unas patatas fritas? Un helado después de comer?
¿Y por qué no las dos cosas? A priori, cualquiera de nosotros se podría
embarcar gustosamente en esta aventura gastronómica. Al fin y al cabo, el
verano es el verano, y un caprichito de vez en cuando no viene mal a pesar de
que lo que no mata, engorda...o engordaba. Gracias a un equipo biomédico
español se puede asegurar que lo que no mata, ahora ya no engorda.
Estos
expertos nutricionistas y genetistas capitaneados por Juan Carlos de
Gregorio, fundador y Ceo de Clínicas CRES (Clínicas de Recuperación del Estado
Saludable) han dado con la clave que permitirá saber qué alimentos podremos
tomar y cuáles no en función de la tolerancia o intolerancia que tengamos a
éstos. “La clave está en una muestra de saliva en poder del código genético
y en saber cómo metabolizamos los distintos componentes alimentarios”,
explica Juan Carlos De Gregorio. “Si el alimento no se metaboliza bien lo
guardamos en sitios específicos de nuestro cuerpo y solemos acumularlo de forma
selectiva. Es decir, leyendo el código genético de una mínima muestra de saliva
somos capaces de saber qué alimento nos sienta bien o mal”
Y es que una
cerveza con su pinchito, o un buen plato de embutidos, por ejemplo, no le
engorda lo mismo a una persona que a otra. La saliva, o mejor dicho, el estudio de la saliva,
nos proporcionará la respuesta sobre lo que podemos o no comer, o hacerlo con
más o menos asiduidad sin que luego nos tengamos que arrepentir.
Basado en 96
polimorfismos seleccionados que intervienen en la nutrición, a través del
test se investigan intolerancias a la lactosa, al gluten, a la histamina o a la
mala absorción de la fructosa. También se estudian los tres micronutrientes
esenciales en el día a día como son la sal, la vitamina D y el ácido fólico,
así como la correcta metabolización de nutrientes.
La prueba es
muy sencilla. Se trata
de obtener una pequeña muestra de saliva. A partir de los resultados de ese
test ya podremos saber si ese aperitivo playero lo podemos convertir en una
excepción o en una práctica habitual porque la ventaja es que la información
que adquirimos a través de geneticres es para toda la vida ya que la genética
no cambia. Así sabremos que alimentos nos sientan mejor o peor y cuáles contribuyen
a que ganemos peso o lo perdamos.
https://www.larazon.es/atusalud/la-clave-para-no-engordar-esta-en-la-saliva-AJ19325342
No hay comentarios:
Publicar un comentario