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miércoles, 15 de agosto de 2018

El gen 'zombi' que protege a los elefantes contra el cáncer

El gen 'zombi' que protege a los elefantes contra el cáncer

Este animal ha desarrollado un conjunto especial de proteínas para acabar con las células dañadas y protegerse de la enfermedad
La clave es la recuperación de un gen inactivo en otros mamíferos
El cuerpo humano tiene alrededor de 37 billones de células. Cada vez que una de ellas se divide, existe una pequeña posibilidad de que adquiera una mutación que acelere su crecimiento y aquellas que acumulan varias de estas mutaciones pueden acabar provocando la aparición de tumores cancerosos. Por eso los animales más pequeños y de vida más corta, que tienen un menor número de células y que experimentan menos divisiones, deberían estar menos expuestos a desarrollar la enfermedad. Pero no es así. Aunque un ser humano pasa a lo largo de su vida por 10.000 divisiones celulares más que un ratón, ambas especies tienen tasas similares de cáncer. Los científicos llaman a esta circunstancia la paradoja de Peto, en honor al investigador que la observó por primera vez.
Para explicarlo se asume que los habitantes más grandes del reino animal han desarrollado armas adicionales para evitar la enfermedad. "Los elefantes enferman de cáncer mucho menos de lo que cabría esperar por su tamaño, por eso queremos entender la base de esta resistencia", explica el genetista y biólogo evolutivo de la Universidad de Chicago Vincent Lynch. Pese a que la esperanza de vida en las dos especies es similar y a que el número de células en un paquidermo es 100 veces mayor, la tasa de mortalidad por cáncer en humanos es de un 17%, por un 5% en los elefantes en cautividad.
Este martes Lynch y su equipo han publicado en la revista Cell una investigación en la que analizan cómo los elefantes han llegado a ser tan eficientes en la lucha contra esta enfermedad, utilizando un conjunto especial de proteínas para eliminar las células dañadas. La clave es que este animal ha conseguido recuperar un gen no funcional -pseudogen o gen muerto- llamado LIF6. En respuesta a cualquier daño en el ADN de una célula, como el causado por errores durante la división o por rayos ultravioleta, la proteína p53 del elefante impulsa a este gen 'zombi' a matar las células antes de que puedan ser cancerosas.

Un gen renacido

Mientras que los humanos tenemos sólo un par de genes p53 -responsables de esta proteína supresora de tumores-, los elefantes han desarrollado hasta 20 copias, lo que hace que sus células sean más sensibles al ADN dañado. "Este gen muerto ha vuelto a la vida, de ahí que lo llamemos zombi", afirma Lynch, "y cuando reacciona en respuesta al ADN dañado acaba de inmediato con la célula". Según los autores, la recuperación de LIF6 parece haber surgido en el momento en el que los precursores de los mamíferos actuales comenzaron a crecer, hace 25 o 30 millones de años.
Para poner este mecanismo a prueba los investigadores introdujeron daños en el ADN en células de elefantes y en otros animales para observar si el organismo del paquidermo respondía de manera diferente a la amenaza. "Las células de los elefantes morían inmediatamente; eran totalmente intolerantes al daño, a diferencia de las de otros mamíferos", afirman.

En busca de nuevas respuestas

A continuación, los científicos se centraron en descifrar los detalles de la estrategia genética responsable de este comportamiento. Dado que en el mismo laboratorio también se estudia el papel del gen LIF en el embarazo y que por tanto habían investigado cómo sus proteínas ayudan en la supresión tumoral, el equipo inmediatamente sospechó del papel que juega este gen, en vista de su fuerte presencia en el genoma del elefante. "Primero se introduce un elemento de estrés, como puede ser el daño al ADN inducido por el cáncer, que activa el supresor tumoral p53", explica Lynch, "esto a su vez activa el gen LIF6 que llega entonces a la mitocondria y desencadena la apoptosis, o muerte celular".
Los autores también señalan que los elefantes no son los únicos animales que han adquirido estrategias para resistir al cáncer. Las ratas topo, por ejemplo, viven hasta 30 años sin contraer la enfermedad gracias a una proteína que detiene el crecimiento de células que se dividen rápidamente; una solución completamente diferente a la que los elefantes parecen haber desarrollado. Además, la enfermedad no afecta a todas las especies por igual: algunos animales han evolucionado hasta poner en práctica métodos muy efectivos para evitarla, como las ballenas o las tortugas, mientras que otros son especialmente vulnerables, como ocurre con algunas razas de perro como los golden retrievers o los terriers escoceses.

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