“Dios es amor mejor con humor” trata de acercar El Antiguo Testamento a todos. La dosis de humor intenta facilitar la comprensión del Libro Santo. Siempre con respeto y con matices didácticos nunca pierde la parte espiritual y sensible de un conjunto de textos tan antiguos como actuales. Para traernos a un Dios que sigue con nosotros. Que nos perdona a pesar de las torpezas y debilidad del hombre. Que sigue con el pueblo elegido. Porque los elegidos somos los que nos dejamos elegir.
DIOS ES AMOR, MEJOR CON HUMOR
domingo, 16 de octubre de 2016
Todos los escándalos sexuales de los presidentes de Estados Unidos
Todos los escándalos sexuales de los presidentes de Estados Unidos
En
1987, Gary Hart era la gran esperanza del partido demócrata, después de
dos mandatos de Ronald Reagan y la posibilidad de que su
vicepresidente, George H.W. Bush, se instalara en la Casa Blanca.
Una tormenta de artículos sobre supuestas infidelidades a su mujer,
rematadas con una foto en la que una joven descansaba sobre su regazo
acabó con sus ambiciones presidenciales. Hart, un visionario que en los
80 anticipó la llegada del terrorismo desligado de naciones-estado y que
apostó por un modelo económico basado en la información y la
tecnología, suspendió su campaña. Mike Dukakis ganó las primarias
demócratas de 1988 y perdió la elección presidencial contra Bush. El
caso de Hart significó la cristalización de un fenómeno iniciado con el
escándalo «Watergate» y la dimisión de Richard Nixon: la búsqueda de escándalos personales entre los candidatos y presidentes como principal objetivo periodístico.
Esa
tendencia no solo ha perdurado, sino que se ha intensificado desde
entonces. Y el candidato republicano este año a la Casa Blanca, Donald Trump
-también una esperanza, a su manera, para parte del electorado
conservador-, es una fuente inagotable de material. Ha sido
especialmente abundante en las últimas semanas, con la publicación de un
vídeo con lenguaje obsceno y una reciente avalancha de acusaciones de
abusos sexuales -seis mujeres lo han hecho en los último días-.
La
historia presidencial de EE.UU. -desde los Padres Fundadores a Bill
Clinton- está plagada de escándalos sexuales. Lo mismo ocurre con los
candidatos. Theodore White, el periodista electoral más célebre de la
segunda mitad del siglo XX, aseguraba en unas memorias escritas en 1978
que todos los candidatos presidenciales que había cubierto eran
mujeriegos. Las únicas excepciones que citaba eran Harry Truman, George
Romney y Jimmy Carter. Durante décadas, las aventuras con una secretaria
o una asistente -una situación evidente de abuso de poder- eran el pan
de cada día. Ahora, la sociedad los condena y la prensa los persigue.
Thomas Jefferson
Uno de los padres de la democracia estadounidense,
responsable de la redacción de buena parte de la Constitución, pasó
también a la historia por su relación con Sally Hemings, una esclava
negra que además era hermanastra de su mujer (hija de su suegro). Los
análisis de ADN de Jefferson han mostrado que al menos tuvo un hijo con
Hemings y se especula que tuvo otros cinco con ella. Cuatro de ellos
llegaron a edad adulta y Jefferson les dio carta de libertad a todos.
Pero no a Hemings, que siguió como esclava hasta la muerte del que fuera
presidente.
James Buchanan
Si
muchos no quieren una mujer en la Casa Blanca, ¿aceptarían los
estadounidenses un presidente gay? Los historiadores apuntan a que no
hay que esperar a que la sociedad de EE.UU. avance en ese sentido,
porque ya hubo un homosexual al frente del país, a mediados del siglo
XIX. Fue James Buchanan, presidente entre 1857 y 1861, y
el único que permaneció soltero toda su vida. Durante años convivió con
William Rufus King, un senador por Alabama y ex vicepresidente, y su
relación era conocida por sus contemporáneos. Quizá los EE.UU de la
época era mucho más abierta que la actual.
Warren Harding
Muchos
contemplan a Warren Harding (1921-1923) como el peor presidente de la
historia de EE.UU. Su estancia en la Casa Blanca estuvo plagada de
corrupción, pero también de escándalos sexuales. Tuvo un romance de
quince años con la mujer de un amigo y otro con una mujer a la que
sacaba treinta años y con la que tuvo una hija. Murió tras una
intoxicación con comida en mal estado, pero los rumores de la época
apuntan a que lo envenenó su mujer.
Franklin Delano Roosevelt
Al
presidente de EE.UU. (1933-1945) durante buena parte de la Segunda
Guerra Mundial se le adjudicaron diversos romances extramatrimoniales,
entre otros, con la secretaria de su mujer y con la princesa Marta de
Noruega.
John Fitzgerald Kennedy
La
interminable lista de infidelidades de John Fitzgerald Kennedy no le ha
quitado el puesto como uno de los presidentes más populares de la
historia de EE.UU. La actriz Marilyn Monroe, la periodista Inga Arvad,
la «stripper» Blaze Starr o la amante de mafiosos Judith Exner Campbell
están entre sus romances. Pero JFK tampoco tuvo inconveniente en seducir
a dos de sus secretarias de la Casa Blanca, Priscilla Weir y Jill
Cowan, con quienes se bañaba desnudo en la piscina presidencial. Sus
apodos eran «Fiddle» y «Faddle».
Lyndon Johnson
La
fama de mujeriego se la ha llevado JFK, pero su sucesor, Lyndon B.
Johnson, le sacaba ventaja. «He estado con más mujeres por accidente de
las que él ha estado por voluntad», alardeó LBJ, en una fanfarronería
que hoy le hubiera costado la presidencia.
Ronald Reagan
La
misma sociedad que miró a otro lado las infidelidades en las que caían
casi todos los presidentes, se alborotó porque Ronald Reagan, el padre
del conservadurismo contemporáneo, era un hombre divorciado. Reagan
estuvo casado en su época de actor con Jane Wyman,
entre 1940 y 1948, y volvió a contraer matrimonio con Nancy Davis en
1952. Más peliaguda fue la acusación de que, también en 1952, forzó a la
actriz Selene Walters a tener sexo con él. Lo escribió Kitty Kelley en
una biografía no autorizada sobre «Nancy Reagan». Ningún otro testimonio
apoya la acusación, pero los Reagan tampoco interpusieron acciones
legales contra Kelley.
Bill Clinton
Los
escándalos sexuales de Bill Clinton todavía acosan al ex presidente y
suponen una amenaza para las aspiraciones presidenciales de su mujer,
Hillary Clinton. Tiene un largo historial de infidelidades (Gennifer
Flowers, entre otras), acusaciones de violaciones (Juanita Broaddrick,
entre otras) y el lío sexual más famoso de la historia de EE.UU.: su
relación con la becaria Monica Lewinsky. Lo que en otra época hubiera sido pasado por alto, a Clinton le costó un «impeachment», un juicio al presidente.
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