4 pasos para facilitar la digestión
Es un proceso prodigioso si todo va bien. Pero no siempre es así, ya que la pesadez o la hinchazón hacen del omeprazol el medicamento más consumido en España.
Una digestión pesada
puede venir dada por muchos factores. Los más comunes, una enfermedad
de base intestinal o gástrica o una alimentación inadecuada. Analizamos
con expertos médicos cómo comer con cabeza para digerir mejor sin darnos
cuenta.
1. ¿Cómo puedo combatir la hinchazón? La
doctora Carmen Gómez Candela analiza algunas causas: factores
irritantes como determinados fármacos, infecciones como la provocada por
la bacteria Helicobacter pylori, presenta en la capa mucosa del
estómago, o hábitos poco saludables, como comer mucho en poco tiempo. La
doctora Vidales invita a fijarse en cómo nos sentamos a la mesa, con
una postura correcta, y a rechazar las bebidas carbonatadas. Tampoco
conviene mezclar demasiados tipos de alimentos en una misma comida: "Una
buena combinación sería un solo tipo de hidratos con algún vegetal que
no provoque flatulencia -una pasta cocida con salsa de tomate y comino,
que evita la formación de gases-, o una proteína con vegetal -un pollo,
pescado o ternera a la plancha con espárragos, con propiedades
depurativas-", ejemplifica. Frutas como el melocotón, la piña, la
manzana o la pera maduros son buenos para la hinchazón, pero no como
postre sino como tentempié -la fructosa ralentiza la digestión-. Mejor
terminar con una infusión de menta poleo o anís con menta. El doctor Rivero recomienda además pelar el tomate y prescindir del azúcar.
2. ¿Es una buena costumbre comer con agua con gas? Algunas personas recurren a ella como sustituta sana de los refrescos (sin aditivos, colorantes y azúcares), e incluso consideran que les ayuda a digerir mejor. Para Rivero, "si no padecen de demasiados gases, flatulencia o reflujo sí puede tener ese efecto, pues contiene ácido carbónico y produce sensación de saciedad".
3. Cada vez que viajo me duele el estómago y me estriño más, ¿cómo evitarlo? El cambio de hábitos está detrás de estos síntomas, según los expertos. Nos olvidamos de un menú con un primer plato de verduras y picoteamos constantemente, probamos cosas nuevas, mezclamos alimentos que no solemos mezclar, hacemos comidas copiosas o con mucho condimento, tomamos más alcohol o dulces... Y nuestro aparato digestivo se resiente. Comer poca cantidad si detectamos exceso de grasa o compensar en la siguiente ingesta con fruta o infusiones puede funcionar. Ante el estreñimiento del viajero la doctora Gómez Candela aconseja "mantener una importante ingesta de fibra con fruta, verdura, legumbres en ensalada. Beber mucha agua y recurrir al gazpacho, melón y sandía, que son muy hidratantes, y realizar actividad física". La doctora Vidales apunta a la cuestión psicológica; "Debemos buscar ese momento para ir al baño y, si sabemos que nos va a pasar, que podemos estar cinco o seis días sin lograrlo, llevar en la maleta fibra o un complemento para mejorar el tránsito intestinal".
4. ¿Cómo puedo frenar la acidez? A las pautas generales que cita Rivero -evitar llenar mucho el estómago y antiácido a demanda-, Vidales añade otras: rehuir alimentos ácidos, el alcohol, las comidas copiosas o tumbarse en las dos horas siguientes a la comida (también, elevar el cabecero de la cama). La acidez puede responder tanto a causas fisiológicas (algo no marcha bien en la vía alta de la digestión) como a una alimentación que nos hace daño: "Si se relaciona con un alimento concreto, conviene retirarlo. También es bueno detectar por ensayo y error si solo nos sienta mal cocinado de una determinada manera o combinado con otros: quizás digerimos bien un pimiento asado, pero no con aceite, cebolla y atún. Si no somos capaces de identificarlo los análisis de intolerancia alimentaria pueden ayudarnos a descubrir más acerca de ese ardor, reflujo, mala digestión o retención de líquidos relacionada con una mala metabolización de los alimentos".
2. ¿Es una buena costumbre comer con agua con gas? Algunas personas recurren a ella como sustituta sana de los refrescos (sin aditivos, colorantes y azúcares), e incluso consideran que les ayuda a digerir mejor. Para Rivero, "si no padecen de demasiados gases, flatulencia o reflujo sí puede tener ese efecto, pues contiene ácido carbónico y produce sensación de saciedad".
3. Cada vez que viajo me duele el estómago y me estriño más, ¿cómo evitarlo? El cambio de hábitos está detrás de estos síntomas, según los expertos. Nos olvidamos de un menú con un primer plato de verduras y picoteamos constantemente, probamos cosas nuevas, mezclamos alimentos que no solemos mezclar, hacemos comidas copiosas o con mucho condimento, tomamos más alcohol o dulces... Y nuestro aparato digestivo se resiente. Comer poca cantidad si detectamos exceso de grasa o compensar en la siguiente ingesta con fruta o infusiones puede funcionar. Ante el estreñimiento del viajero la doctora Gómez Candela aconseja "mantener una importante ingesta de fibra con fruta, verdura, legumbres en ensalada. Beber mucha agua y recurrir al gazpacho, melón y sandía, que son muy hidratantes, y realizar actividad física". La doctora Vidales apunta a la cuestión psicológica; "Debemos buscar ese momento para ir al baño y, si sabemos que nos va a pasar, que podemos estar cinco o seis días sin lograrlo, llevar en la maleta fibra o un complemento para mejorar el tránsito intestinal".
4. ¿Cómo puedo frenar la acidez? A las pautas generales que cita Rivero -evitar llenar mucho el estómago y antiácido a demanda-, Vidales añade otras: rehuir alimentos ácidos, el alcohol, las comidas copiosas o tumbarse en las dos horas siguientes a la comida (también, elevar el cabecero de la cama). La acidez puede responder tanto a causas fisiológicas (algo no marcha bien en la vía alta de la digestión) como a una alimentación que nos hace daño: "Si se relaciona con un alimento concreto, conviene retirarlo. También es bueno detectar por ensayo y error si solo nos sienta mal cocinado de una determinada manera o combinado con otros: quizás digerimos bien un pimiento asado, pero no con aceite, cebolla y atún. Si no somos capaces de identificarlo los análisis de intolerancia alimentaria pueden ayudarnos a descubrir más acerca de ese ardor, reflujo, mala digestión o retención de líquidos relacionada con una mala metabolización de los alimentos".
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