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lunes, 28 de marzo de 2011

Cristina Fernández. I ReutersLa imparable popularidad de Cristina Fernández

Un estudio de la consultora Ipsos Mora y Araujo, demuestra que Cristina está muy cerca de obtener el nivel de popularidad que tuvo al iniciar su mandato. En diciembre del 2007, la ex senadora contaba con un 67% de aprobación, un porcentaje que se puede atribuir al 'período de gracia' que los ciudadanos otorgan a quienes recién se instalan en el poder.
Si se analiza la curva de su popularidad a través del tiempo se observan tres profundos abismos. El primero, en julio del 2008, cuando el conflicto con los productores agrícolas estaba en pleno apogeo. El segundo, tras la derrota del oficialismo en las elecciones parlamentarias de junio del 2009 y el último en septiembre de ese año, cuando trató de impulsar la Ley de Medios, para debilitar a la prensa opositora.
El común denominador de los tres eventos tiene nombre y apellido: Néstor Kirchner. Cada vez que el 'primer varón' de la república intervino en los asuntos de su esposa –la guerra contra los agricultores, la estrategia electoral y la ley de medios fueron obra suya- la presidenta pagó los platos rotos. En consecuencia, no resulta nada extraño que Cristina comenzara a despegar en las encuestas, el mismo 27 de octubre del 2010 en que falleció su esposo.
Así llegamos a que hoy el 65% de los encuestados por Ipsos Mora y Araujo, tienen una imagen "muy buena" o "bastante buena" de la jefa del Gobierno. Y a que sólo el 30% de los que respondieron a la encuesta tiene una imagen similar del alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, el rival de mayor peso que tendría Cristina en las elecciones presidenciales de octubre del 2011. Ricardo Alfonsín, uno de los pre-candidatos más importantes de la opositora Unión Cívica Radical (UCR) cuenta con un 27% de imagen positiva y la buena imagen de Eduardo Duhalde, es de apenas un 18%.
Aparte de que Néstor Kirchner ya no interfiere en sus decisiones, Cristina Fernández ha remontado vuelo gracias al buen funcionamiento de la economía, donde el crédito al consumo disimula en buena parte, el aumento de la inflación. Pero por encima de estos factores está la confusión y las divisiones que imperan en los cuadros de la oposición. En las palabras de Luis Costa, director de Estudios Sociales de Ipsos-Mora y Araujo "la escena para los opositores es casi trágica. Son voces en el desierto y por más que griten y gesticulen, nadie parece verlos".

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