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viernes, 23 de mayo de 2014

Una dieta a base de frutas exóticas protege nuestro sistema inmunitario

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Las frutas exóticas dan un toque único a nuestra alimentación y sorprenden a nuestros amigos y familiares con caparazones extraños, colores desconocidos y formas que nos hacen dudar de su consumo. Pero su gracia no está sólo en la estética: también son una fuente nutricional inmejorable, puesto que tienen pocas calorías y protegen el sistema inmunitario con antioxidantes naturales. Acércate a las fruterías especializadas y los locales gourmet para degustar estos extravagantes frutos.
Carambola. A esta fruta indonesia se la conoce como tamarindo chino, fruta estrella o tiriguro. Su pulpa, muy jugosa, tiene un alto contenido en potasio y fibra, así como en vitamina B y C. Ayuda a reducir el riego de enfermedades cardiovasculares y está indicada para personas con diabetes, aunque es mejor evitarla si tenemos gastritis o estómago delicado.
Pitaya. Con un sabor dulce similar al kiwi, la pitaya o "fruta de dragón" proviene de la familia del cactus mejicano. Está indicada para dietas de adelgazamiento, puesto que tiene muy pocas calorías y ayuda a la digestión, evitando la retención de líquidos. Es rica en vitamina C y hierro, y se consume como reconstituyente después de practicar deporte.
Rambután. Escondido dentro de un caparazón rojo, el rambután malasio tiene un aspecto y sabor que recuerdan a la uva, aunque pertenece a la familia del lichi. Contiene potasio y vitamina C, que ayuda a fortalecer los huesos y los dientes y favorece la absorción de hierro. Además, tiene poco sodio y muchos carbohidratos, por lo que está indicado para personas hipertensas.
Kumquat. Este cítrico asiático está considerado como el más pequeño del mundo. Con tan sólo tres centímetros de diámetro, es especialmente rico en potasio y vitamina C y tiene un gusto un poco picante. También es una buena fuente de ácido fólico, que protege el sistema inmunológico, y de antioxidantes como los flavonoides y los carotenoides, que previenen la oxidación.
Melón kiwiano. Con forma de melón ovalado, este extraño fruto de Nueva Zelanda es una fusión de sabores entre el plátano y el pepino. Aporta vitamina C, potasio y hierro y fortalece el sistema inmunitario gracias al betacaroteno, que actúa como antioxidante. También contiene vitamina E, que previene la aparición de enfermedades degenerativas.
Durian. Esta cotizada fruta del sudeste asiático se consideran un manjar exquisito, afrodisíaco y muy nutritivo. Tiene un olor tan fuerte que algunos hoteles y restaurantes prohíben su consumo, pero su pulpa se utiliza para preparar todo tipo de jugos y acompañantes. Contiene magnesio, hierro y potasio, que ayuda a controlar la presión arterial, y está indicado para la salud del colon por su alta dosis de fibra dietética.
Guayaba. Similar a una pera, esta fruta americana contiene mucha vitamina C (hasta siete veces más que una naranja) y su consumo se recomienda para reducir el colesterol y la presión arterial. Además, ofrece vitaminas B3 y B6, que mejoran la capacidad intelectual y de concentración, y vitamina A, que mejora la visión y la elasticidad de la piel.
Mangostán. Esta melosa fruta tailandesa no tiene nada que ver con el mango, y su sabor es una mezcla entre melocotón y frambuesa. Está indicado para combatir la fatiga porque aporta mucha energía, y entre sus antioxidantes destaca las catequinas y las xantonas. El potasio y la fibra también están presentes en esta fruta, por lo que nos permite regular el tránsito intestinal.

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