La relación entre el chocolate y los premios Nobel
El día de los inocentes no es el 28 de diciembre, sino el 1 de abril. De vez en cuando hasta a las revistas científicas más serias les da por publicar una inocentada en esas fechas. Pero como no estamos en esas fechas no creemos que lo que hoy publica nada menos que 'The New England Journal of Medicine' sea una broma.
Expertos de la Universidad de Columbia en Nueva York afirman, en lo que para los médicos es la Biblia del sector, que el consumo de chocolate por habitante y año está relacionado con el número de premios Nobel que ha obtenido un país determinado.
¿Un disparate? Puede. Quizás también sea una casualidad de la estadística, que siempre se puede retorcer hasta que de un resultado sorprendente. Pero el hecho de que la revista médica más importante del mundo de publicidad a semejante dato tiene que dar qué hablar. Quizás lo más curioso de esa noticia con sello de científica -y amable también- sería el debatir sobre la hipótesis de por qué cuanto más chocolate, más premios Nobel.
Hace tiempo que el chocolate tiene muy buena prensa en sanidad. Salvo su carga elevada en calorías, parece que el cacao tiene sobre todo sustancias excelentes. Dicen que es un antioxidante muy potente y que eleva las capacidades cognitivas. Luego, si aumenta el conocimiento, aumentan las posibilidades de que te den un premio por lo excelente que pueda ser lo que hagas.
Detrás del consumo de chocolate no hay ensayo controlado que pruebe sus bondades y es muy poco probable que lo haya alguna vez.
Lo que sí hay es una carga de datos de observación muy sólidos sobre su positiva acción en nuestra fisiología. En la vascular, sobre todo.
Bienvenida la ciencia que apoya el que no todo lo que produce placer, el chocolate puede ser una fuente del mismo, engorda o es pecado. Hay cosas que si se hacen con mesura se convierten en adicciones que hay que permitirse. Más aún si hasta son saludables.
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/10/17/codigosalud/1350497936.html
“Dios es amor mejor con humor” trata de acercar El Antiguo Testamento a todos. La dosis de humor intenta facilitar la comprensión del Libro Santo. Siempre con respeto y con matices didácticos nunca pierde la parte espiritual y sensible de un conjunto de textos tan antiguos como actuales. Para traernos a un Dios que sigue con nosotros. Que nos perdona a pesar de las torpezas y debilidad del hombre. Que sigue con el pueblo elegido. Porque los elegidos somos los que nos dejamos elegir.
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