Easy Rider
cumple 50 años desde su estreno. Una película de moteros que no sólo se
convirtió en un importante referente para toda una generación, sino que
también pasó a ser considerada como la mejor ópera prima de 1969 por el
Festival de Cannes e incluso una de las mejores 100 películas de la historia por el American Film Institute. Por lo que no es de extrañar que Jack Nicholson,
uno de sus protagonistas, alcanzara la fama instantánea con su
fascinante rol de George Hanson, además de recibir su primera nominación
al Oscar como mejor actor de reparto. Pese a ello, el ascenso a la fama
de Nicholson, quien este año cumplió 82 años, no fue fácil. Sobre todo,
porque seis años después de su primer gran papel en el cine, un
periodista -en el afán de ahondar en las raíces del actor- descubrió una verdad que siempre había ignorado: su hermana mayor era en realidad su madre y nadie de su familia se había atrevido a contárselo. La primera película que Nicholson grabó no fue Easy Rider. Antes se estrenó en una cinta llamada The Cry Baby Killer
y realizó 17 películas antes de llegar a trabajar con Dennis Hopper y
Peter Fonda. Sin embargo, resulta innegable que fue Easy Rider la que le
abrió las puertas de Hollywood y le entregó el pase a una popularidad
sin precedentes, Así, cuando en 1974 el director Roman Polanski lo invitó a trabajar con él en el film Chinatown, su público estaba expectante ante su nuevo rol como detective privado. Lo que hizo que un periodista de la revista Time quisiera
dar a conocer un poco más sobre el intérprete y entregar a los lectores
algo de su pasado. Pero el reportero -que se nutrió de información de
cercanos, familiares y vecinos- halló algo diferente a una infancia y
una biografía singular. Se enteró que la mujer a la que Nicholson
llamaba madre no era su progenitora y que su hermana le había dado la vida en 1937.
De acuerdo con el reportaje publicado por Time, June Frances Nicholson -quien siempre se había presentado como la hermana mayor de Jack- había quedado embarazada cuando sólo tenía 17 años y
aun tenía muchos sueños por cumplir (entre ellos, ser actriz y
bailarina). Asimismo, no contaba con la certeza sobre quién era el padre
biológico de la criatura, lo que resultaron ser razones suficientes
para que sus padres -John y Ethel- optaran por criar a su nieto como su hijo,
pero sin decirle ni una sola palabra. De ese modo, tras la
investigación de la afamada publicación (hace 45 años), Jack Nicholson,
estrella incipiente, se vio obligado a enfrentar toda la verdad sobre su vida, su infancia y su familia en una llamada telefónica. Porque fue el propio autor del artículo
quien debió revelarle la mentira de la que había sido "víctima" durante
37 años y que, por supuesto, generó negación en él. Al menos, en un
comienzo.
Según el documental de 2018 Dr. Jack y Sir Nicholson,
que ha sido emitido en España este julio, Jack Nicholson se sintió
sobrepasado por la revelación y dudó de la veracidad de esta. A pesar de
ello, su reacción posterior fue de una sensatez absoluta. "Después de
todo, cuando descubrí quién era mi madre ya era maduro psicológicamente. De
hecho, me aclaró muchas cosas. Si sentí algo fue, sobre todo,
agradecimiento", confesó posteriormente. No obstante, el artista
necesitó la confirmación de una persona cercana para comenzar a creer en
la historia. Esta fue su otra hermana (es decir, su tía) Lorraine. Tras
la compleja llamada telefónica del periodista, Nicholson habría
contactado al esposo de su hermana para ratificar la noticia, recibiendo
sólo un "no lo sé". Aunque finalmente, Lorraine llamó de vuelta -de
acuerdo con la prensa de la época- hecha un mar de lágrimas, para decir
que efectivamente su fallecida hermana era su madre y quienes había creído que eran sus padres, también muertos, eran en realidad sus abuelos.
Pero quien todavía no había desaparecido de mapa era su supuesto padre. O, mejor dicho, sus supuestos padres. Porque, de acuerdo con el libro de 1994 Jack's Life: A Biography of Jack Nicholson -escrito por Pat McGilligan- existen dos hombres que podrían ser los padres biológicos de
la 'celeb': Eddie King, un ex colega de June en sus tiempos de
bailarina, y Donald Furcillo, el que fuera el marido de la mayor de los
Nicholson y quien estaba absolutamente seguro de ser portador del mismo
ADN que el protagonista de El resplandor. Una teoría abalada
por el biógrafo Marc Elliot, quien también decidió sacar un libro sobre
la verdad de Jack, en 2013. Por otra parte, antes de su deceso, en 1997,
Furcillo le habría pedido a su hija Donna que luche por su
reconocimiento como padre de Nicholson. Así, Donna Rose lanzó en 2001 el
libro You Don't Know Jack: The Tale of a Father Once Removed, donde la supuesta hermana intenta entregar evidencias históricas y científicas de que el intérprete es sangre de su sangre.
Aun así, Jack Nicholson no suele hablar al tema. Aunque en 1984 sí habló con Rolling Stone sobre su compleja experiencia familiar. "Si June o Ethel hubiesen tenido menos carácter, yo no nunca hubiese llegado a vivir. Esas mujeres me dieron el regalo de la vida.
Ellas me entrenaron bien. Hasta el día de hoy no le he pedido prestado
ni cinco centavos a nadie y nunca he creído que no puedo cuidar de mí
mismo. Ellas hicieron imperativa mi autosuficiencia", confesó, además de
declararse en contra el aborto ("no tengo derecho a
verlo de otra forma") y asegurar que se parecía mucho a June y que ella
jamás le contó su secreto porque sabía que habría reaccionado mal. Pese a
lo anterior, sí estuvieron juntos cuando ella estaba a punto de morir.
"Me miró a los ojos y me dijo '¿debo esperar?'. En otras palabras '¿debo intentar salir de esto?'.
Y yo le dije que no", explicó a la revista, posiblemente con el fin de
enterrar el tema y continuar centrándose en lo que más le importa: su
oficio.
https://www.elmundo.es/loc/celebrities/2019/07/29/5d3ad3c9fdddff83558b45d4.html?cid=BOOREC&utm_source=taboola&utm_medium=internal-referral
“Dios es amor mejor con humor” trata de acercar El Antiguo Testamento a todos. La dosis de humor intenta facilitar la comprensión del Libro Santo. Siempre con respeto y con matices didácticos nunca pierde la parte espiritual y sensible de un conjunto de textos tan antiguos como actuales. Para traernos a un Dios que sigue con nosotros. Que nos perdona a pesar de las torpezas y debilidad del hombre. Que sigue con el pueblo elegido. Porque los elegidos somos los que nos dejamos elegir.
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